VITICULTURA

NEGOCIOS

Costos de producción y comparación de sistemas productivos de uva para mosto

23 de abril de 2022

¿Hay que arrancar de cero a producir uva para mosto? ¿Con qué sistema de conducción? ¿Conviene cambiar de espaldero o parral, hacia box pruning?


El mosto es un commodity con fuerte demanda del exterior; y aunque Argentina es el primer exportador mundial, se trata de un producto expuesto la competencia de otros que pueden sustituirlo. Es que el jugo concentrado de uva (que de eso se trata) tiene uso como edulcorante en la industria de alimentos y bebidas, y puede ser reemplazado por otros que cumplen esa función, como el de manzana, por ejemplo, cuyo mayor volumen de producción (dicho sea de paso) se concentra en China.

Como se trata de un producto no diferenciado (distinto del vino, aunque reconozcan su origen en las uvas), el del mosto es un negocio de volumen, con precios relativamente estables, cuyo techo lo establece el valor de los sustitutos. Esto determina que los márgenes sean relativamente bajos, tanto para el productor primario como para la industria. Por eso, hay que poner el foco en producir mucho, al menor costo posible.

El desafío de producir uvas con destino específico a la elaboración de jugo concentrado fue motivo de una de nuestras recientes publicaciones, a partir de una conferencia técnica convocada por la Estación Experimental Agropecuaria INTA Junín (Mendoza), para abordar esa temática.

En esa oportunidad comentamos algún tramo saliente de lo que expuso el ingeniero agrónomo Fernando Barcia sobre la factibilidad técnica de encarar una producción específicamente orientada a ese propósito, y dejamos planteado el interrogante acerca la conveniencia de hacerlo.

Adelantábamos, también, que (en paralelo con los estudios técnico-agronómicos) un equipo técnico de la Experimental Junín de INTA coordinado por el licenciado en Economía Raúl Novello, había evaluado la factibilidad económica de un cambio como el que se propone.

La cuestión es saber hasta qué punto es conveniente arrancar de cero con la producción de uva para mosto y con qué sistema de conducción. Inclusive, si conviene -y en qué casos- dejar de producir en espaldero o en parral y cambiar a box pruning.

Para llegar a esa conclusión, Novello -que participó en esa jornada técnica- quiso empezar mostrando un panorama del mercado. Expuso un par de gráficos (que compartimos con nuestros lectores) en los que puede verse, por un lado, la evolución de las exportaciones argentinas de mosto concentrado, en volumen y valor y, por otro, la evolución del valor de las exportaciones argentinas de mosto de uva, expresado en dólares equivalentes por quintal (aunque se negocia por tonelada), que promedió los USD 25en los últimos años.

AFINANDO EL LÁPIZ

En este último punto, precisamente, centraron su análisis los especialistas del INTA Junín. Partieron del supuesto de un viñatero propietario de la tierra, responsable inscripto, que administra su finca y controla las tareas que se realizan.

Es -en este caso hipotético- una finca de 10 ha donde trabaja un obrero en forma permanente. Se riega por gravedad, con agua “de turno”; se controlan malezas en forma combinada (con procedimientos mecánicos y químicos); y la poda es manual, con pitón y cargador, y se contempla la atada.

En cuanto a la cosecha, plantearon dos hipotéticos escenarios. Uno, el de un viñedo conducido en parral, donde ingresa una cuadrilla a cosechar a mano, y se incluyó el costo de control de cosecha. El otro escenario es el de un viñedo conducido en espaldero y en box pruning, donde la cosecha (tercerizada) se hace con máquinas.

Se supone que al final del ciclo se vende la uva producida, y no se considera la eventual depreciación de la parte financiada de la operación.  

CUÁNTO CUESTA PRODUCIR

Con estas premisas, calcularon el costo directo (suma de costos operativos más gastos de estructura) para tres casos distintos. Uno, suponiendo que ese viñedo de 10 ha está conducido en espaldero tradicional, con un rendimiento de 150qq/ha. Otro, que es un parral cuyano y que rinde 250qq. El tercer modelo, es el de un viñedo conducido en box pruning, que rinde 220 qq/ha.

A valores de febrero de 2022, el costo directo por kilo de uva producida en un espaldero (mecanizado) les dio $ 29,51. Para el sistema de conducción en parral cuyano tradicional (manual) sacaron un costo de $ 22,50 por kilo de uva. Mientras que, si esas 10 ha de vid fueran conducidas en box pruning (mecanizado) el costo directo hubiera bajado a $ 19,67/kg de uva.

Compararon estos números con aquellos (aproximados… y equivalentes) $ 25 promedio por kilo derivados del valor FOB promedio de las exportaciones de mosto de los últimos años, y quedó claro que, para no quedar afuera, hay que buscar la forma de producir más y, al mismo tiempo, bajar los costos.

ARRANCAR DESDE CERO…

Ahora bien, para obtener más altos rendimientos y a menor costo hay que hacer las cosas de una manera distinta; y desde el punto de vista técnico, parece demostrada la conveniencia de cambiar el sistema de conducción hacia otro que permita mecanizar la poda y la cosecha.

Habrá que ver entonces cuánto hay que invertir para cambiar. El equipo liderado por el Lic. Novello centró la comparación entre el parral y el box pruning, considerando que el espaldero limita el volumen de producción.

Si hubiera que arrancar desde cero, para hacer una hectárea de parral habría que disponer de $ 1.105.451, mientras que para hacer una hectárea en box pruning el número bajaría a $ 742.987. Por otra parte, el costo de implantar un espaldero nuevo es menor aún (poco más de $ 659.000).

El economista del INTA explicó que, quien se plantea una inversión, compara entre los sistemas conocidos… o más difundidos, y como la diferencia es tan grande respecto del parral (40% menos), podría terminar optando por el espaldero.

Pero el problema de este sistema de conducción es que no da para producir el volumen necesario, cuando la uva cosechada va a tener por destino la elaboración de mosto. Es decir, no es capaz de dar los kilos que se necesitan para sea negocio destinar la materia prima a un producto final de bajo precio.

… O MODIFICAR EL SISTEMA

Claro que, quien está produciendo uvas para mosto (o quien va a entrar en el negocio, comprando una finca armada, por ejemplo) podrá evaluar también la alternativa de modificar el sistema. Es decir, no “arrancar desde cero”, sino transformar un parral o un espaldero a box pruning.

Esta cuestión también fue motivo de estudio en la Experimental Junín del INTA. La conclusión fue que (siempre a valores de febrero de 2022), cambiar de parral a box pruning costaba algo más de $ 750.000/ha; y desde espaldero, algo menos de $ 460.000/ha.

Estas conclusiones son relevantes, pero lo que resta precisar es cuánto tiempo demandaría la amortización de estas inversiones. Novello y su equipo hicieron esa evaluación, y trabajaron sobre una proyección a veinte años.

La conclusión preliminar fue que, para producir “kilos de azúcar”, cambiar (a box pruning) desde espaldero, siempre conviene. Pero si se está produciendo en parral, el cambio es conveniente sólo si el rendimiento de ese parral no supera los 150 qq/ha.

EN RESUMIDAS CUENTAS…

Según se desprende del análisis económico realizado por el equipo técnico del INTA Junín, que encabezó el Lic. Raúl Novello, hay tres casos en los que claramente conviene optar por box pruning, si el propósito es producir uvas para mosto.

Uno, si el sistema de conducción actual es en espaldero. Otro, si el viñatero está produciendo en parral, y ese parral está en malas condiciones y es poco productivo. Finalmente, si se está pensando en realizar una nueva inversión para producir uvas con destino a mosto. Para “hacer azúcar”, no vino.

Se trata, entonces, de ir hacia sistemas de mecanización integral del viñedo, para lograr altos rendimientos al menor costo posible.

En relación con esto -dicho sea de paso- puede darse una situación en la que conviene hacer algún ajuste, sin cambiar de sistema de conducción. Por ejemplo, un parral joven, en buen estado, que esté dando más de 150 qq/ha. En este caso, se puede adaptarlo a cosecha mecánica, cosecha asistida, y mejorar el sistema de poda mediante el uso de tijeras eléctricas, por ejemplo.

LA ESCALA ES UN PROBLEMA

Claro que, los sistemas altamente mecanizados funcionan mejor en unidades económicas de cierta escala. No sólo por la capacidad financiera para incorporarlos, sino también por el nivel de eficiencia que pueden lograr. Por eso es que, facilitar el acceso de productores de menor escala a la innovación tecnológica, constituye un verdadero desafío. Sobre todo, en economías agrícolas como las de Mendoza y San Juan, donde numerosas explotaciones (por diversas razones, y según la actividad) no llegan a ser lo que se podría considerar una “unidad económica”. Este ya es otro tema, que merecerá un abordaje en otra oportunidad.

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