AGUA & RIEGO
ESCENARIOS
Investigadores expusieron la situación de los glaciares en la cuenca de los ríos San Juan y Jáchal. Recomiendan un abordaje integral del problema.
Culminó este jueves el ciclo de conferencias organizado por la Estación Experimental Agropecuaria INTA San Juan a instancias del Consejo Asesor de esa unidad con sede en Pocito, que tuvo como tema convocante al problema de la crisis hídrica en la Región. La exposición de ayer estuvo a cargo del doctor Pierre Pitte (geógrafo), investigador de INANIGLA-CONICET, quien se explayó sobre el estado y evolución de los glaciares relevados en San Juan durante los estudios que vienen realizando investigadores de esas instituciones, para conocer la situación de la alta cuenca de los ríos sanjuaninos.
Los científicos cerraron ya el inventario (impulsado por la Ley nacional 26.639 de Protección de Glaciares, sancionada en 2010), y preparan una segunda etapa del trabajo que les permitirá determinar las fluctuaciones de esos bloques de hielo, para culminar con un “balance de masa” cuyo resultado -dicho sea de paso- probablemente no resulte ser el más deseable. Es que, aunque restan procesar muchos datos, y otros directamente no están disponibles -por la carencia de series históricas previas que ayuden a comparar- está claro que los glaciares vienen perdiendo volumen aceleradamente.
Sobre este punto, y a falta de datos generales para toda la Cordillera -y específicamente para las cuencas de los ríos San Juan y Jáchal- el doctor Pitte apeló a resultados del trabajo que fue su tesis doctoral, hace unos años. De ellos surge que, si se comparan datos acumulados entre 1959 y 1968, con relevamientos realizados en 2007, se puede observar el típico patrón de pérdida de área glaciar que se observa en distintas partes del mundo, y que también es característico de esta zona.
Señala que “las pérdidas siempre se concentran en la parte baja de los glaciares”, mientras que “la zona alta, que es más fría y donde precipita más, tiene menos sensibilidad en general, y puede no haber cambiado o cambiado muy poco a lo largo de las últimas décadas”. Lo cierto es que, puesto en números, “esa pérdida de área de los glaciares, en cinco décadas, ha estado en el orden del 20% al 30%”, advirtió. Aunque “en algunos casos es algo más extrema, debido a la fragmentación que sufren algunos glaciares”.
El fenómeno del cambio climático ha determinado un persistente ascenso de “la isoterma de 0°”. El investigador explicó que “esa suba, debido a la dinámica de la circulación atmosférica en altura, es mayor (probablemente el doble) que en las zonas de llanura” y favorece el derretimiento de los glaciares (aunque relativamente menor), pero “sí tiene un efecto muy grande en la nieve, porque la posición de la isoterma define la zona debajo de la cual la nieve se derrite, y encima de la cual, mantiene su consistencia”. Eso, “tanto en los eventos de precipitación, como en la evolución del manto nival a lo largo del año”, explicó Pitte. De todos modos, “la subida de la isoterma (producto del aumento de las temperaturas a nivel global) es el principal factor que explica el retroceso de los glaciares en el mundo”, aseguró.
El doctor Pierre Pitte (que, dicho sea de paso, es representante en Argentina del Servicio Mundial de Glaciología, organismo de Naciones Unidas con base en Suiza), reveló que “en Argentina hay más de 16.000 glaciares, que suman algo más de 5.700 km2 de hielo”.
No están distribuidos uniformemente a lo largo del país. Hay dos grandes zonas que concentran glaciares. Por un lado, el Sur de Patagonia, y por otro Los Andes Centrales (donde están la cuenca del río San Juan y la del río Mendoza). Aquí hay mayor número de glaciares, aunque cubren una superficie menor.
Haciendo foco en la zona en cuestión, el investigador señaló que sobre los 24.600 km2 que ocupa, la cuenca del río Jáchal (que pertenece a los Andes Desérticos, e incluye también territorios de las provincias de Catamarca y La Rioja), dispone de sólo 140 km2 de hielo, esto es, 0,6% de su superficie.
La cuenca del río San Juan (todavía dentro de los Andes Centrales) se extiende por una superficie relativamente similar, unos 22.800 km2, pero con una porción mucho mayor ocupada por glaciares, que suma unos 510 km2, lo que equivale al 2,2% de la superficie de la cuenca.
Un estudio reciente, realizado sobre datos relevados por medición satelital, permite ver que las pérdidas de volumen de hielo en los últimos 20 años (si bien es un fenómeno que viene de mucho antes) son generalizadas, en toda la Cordillera de Los Andes. Aunque a un ritmo variable. En ese sentido, los glaciares de la Patagonia están mostrando tasas más altas, porque allí los glaciares son más sensibles a las altas temperaturas; y son menores en los Andes Centrales (y con mayor razón en Los Andes Desérticos) donde están perdiendo menos.
Pero la preocupación crece cuando se achica el período de estudio. Porque, si bien en la primera de estas dos últimas décadas, el balance fue prácticamente equilibrado (y hasta con saldo escasamente positivo en algún caso), “en los últimos diez años hay un marcado déficit hídrico, con una tendencia negativa”, advierte Pitte.
Volviendo a la Región, esa tendencia negativa de los últimos diez años -anualizada- da como resultado que los glaciares de la cuenca del río Jáchal perdieron, en promedio, un volumen 18,5 hm3, y los de la cuenca del San Juan, 41,9 hm3/año en promedio.
Para tener una referencia más acotada en dimensiones, sirve referir los resultados de mediciones realizadas por investigadores de la Región sobre el glaciar Agua Negra, en San Juan. Esos relevamientos permitieron determinar que perdió 3 metros (acumulados, y en mayor medida en su parte inferior) en los seis años durante los cuales han venido “siguiéndolo”. De manera que, entre 2014/2015 y 2019/2020, se “achicó” a una tasa promedio de 50 cm por año.
El especialista apuntó que hoy en día hay información básica de glaciares, clima e hidrología, que se enriquece con relevamientos mediante sensores remotos e inclusive con datos aportados por instituciones chilenas que estudian la evolución de los glaciares a la misma latitud, pero del otro lado de la Cordillera.
Eso permite, en alguna medida, comenzar a diseñar modelos para comprender los procesos a escala de cuenca. Esto es, cuánto se están derritiendo los glaciares y cuánta agua podrían conservar. Pero admite que “son aproximaciones de primer orden, con un margen de error considerable”.
Es que, la falta de series de mediciones de alta montaña, de largo plazo (décadas), es el principal factor de incertidumbre para entender los procesos actuales y modelar escenarios futuros. De todos modos, reconoce que el gran aporte a los caudales de los ríos lo hace la nieve que precipita cada año junto, también, con el agua subterránea. Estima que “la variabilidad interanual de la acumulación de nieve explica más del 90% de la variabilidad interanual de los caudales de los ríos de la Región”.
Por ello, está de acuerdo en que los glaciares puede ser más un termómetro de lo que pasa en alta montaña que un aporte significativo para ayudar a resolver la crisis hídrica. Pero subraya que “son un gran indicador del cambio climático; nos están mostrando prácticamente en tiempo real lo que está sucediendo y nos ayudan a dimensionar la envergadura de ese cambio que “es dramático, y no tienen precedentes al menos en el último siglo”.
Pierre Pitte puntualizó que “los cursos de agua subterránea y los de agua superficial no están desconectados”, y que “es la nieve la que los alimenta”. Hoy, “la recarga de los acuíferos está mermada por la menor cantidad de nieve, y todas las proyecciones indican que la tendencia a la reducción de las precipitaciones de nieve se va a mantener en las próximas décadas”.
Sobre el cierre de su exposición, el investigador reflexionó que “lo que podemos llegar a conocer más, estudiando la alta montaña, es la oferta del recurso; pero como sociedad, debemos plantearnos qué hacemos con el agua, cómo la distribuimos y qué tan eficientes somos cuando la usamos”. Por ello, destacó el valor del espacio abierto por el INTA para tratar el tema con un criterio multidisciplinario, desde distintas perspectivas.
Precisamente, en la jornada de este jueves el ingeniero agrónomo Maximialiano Battistella -director de la EEA INTA San Juan- recordó que, a través del ciclo, se intentó contemplar la diversidad de aspectos que plantea la problemática de la crisis hídrica reflejada en un dato tan concreto como que, este año, el río San Juan ha disminuido su caudal al “mínimo histórico en más de 115 años de registro”.
Fernando González, técnico investigador de la EEA San Juan del INTA que coordinó el ciclo, hizo un ajustado y muy preciso resumen de los muy diversos enfoques durante el abordaje del problema de la crisis hídrica a lo largo de este ciclo de conferencias.
Lanzó el desafío de profundizar algunas de esas vertientes de análisis, desde la oferta (natural) del recurso hasta el desagregado de la demanda, en todas sus variantes, pasando -entre otras- por cuestiones estrictamente agronómicas (en función de los requerimientos específicos de cada cultivo); otras vinculadas con la incorporación de tecnología de riego; o con estrategias de almacenamiento y distribución del agua; y hasta con la necesidad de revisar diversos aspectos de la legislación vigente.
Sobre el cierre de la jornada, el doctor ingeniero agrónomo Claudio Galmarini, director del Centro Regional Mendoza-San Juan del INTA, destacó la repercusión que tuvo este ciclo, lo que atribuyó a “la trascendencia del tema planteado”. En ese sentido, remarcó que “ocuparnos de la crisis hídrica es prioridad para nuestro Centro Regional…en la medida que es un tema prioritario para las comunidades de la Región Andina, donde todos dependemos del agua”.
Galmarini coincidió en que “este problema requiere un abordaje integral y conjunto”; pero planteó que “ahora tenemos que transformar todo esto que estamos haciendo en acciones coordinadas y planificadas, para resolver de manera más eficiente el gran desafío que tenemos hacia los años que vienen… que no son muchos, porque ya tenemos instalado el problema”.
El director regional del INTA destacó que el asunto ha sido abordado, a lo largo de este ciclo, de manera oportuna y con mucha profundidad por cada uno de los disertantes”; y de igual manera se pronunció el presidente del Consejo Asesor Local de la Experimental San Juan. Pedro Martín confesó que el impacto que tuvo este ciclo superó las expectativas que tenían al momento de organizarlo. “Esto nos plantea grandes desafíos para adelante” -remarcó el productor sanjuanino- e “imagino que en ese futuro inmediato en que vamos a tener que trabajar mucho, y con todas las instituciones involucradas en el problema, el INTA tendrá mucho para aportar”.
Compartimos el link para ver por YouTube, esta conferencia sobre los glaciares en San Juan (la última del ciclo organizado por el INTA). https://youtu.be/SuLzBkpNt6Q
CAMBIO CLIMÁTICO CRISIS HÍDRICA EN MENDOZA CRISIS HÍDRICA EN SAN JUAN ESCASEZ DE AGUA EN MENDOZA ESCASEZ DE AGUA EN SAN JUAN GLACIARES EN RETROCESO