GANADOS & CARNES

MERCADOS

El engorde de hacienda vacuna podría quedar con márgenes más ajustados

19 de junio de 2025

El precio del novillito en pie empezó a «aflojar» antes que lo (estacionalmente) habitual. Se desaceleró en los últimos dos a tres meses y -a partir de julio- podría seguir cediendo debido a una esperable mayor oferta, según un informe privado.

EN CONTRASTE con la evolución que ha mostrado el precio promedio de la carne vacuna en relación con la inflación, el valor de la hacienda gorda ha entrado en los últimos meses en una especie de meseta, advierte un análisis del ROSGAN. FOTO / Revista Campo Andino & Agroindustria.


«A medida que las principales variables que conforman la macroeconomía tienden a estabilizarse, comienzan a tomar mucha más fuerza factores de la economía real por sobre los estrictamente monetarios o financieros» .

La frase abre el análisis de fondo contenido en el último reporte del Mercado Ganadero de la Bolsa de Comercio de Rosario (ROSGAN), cuya edición coordina María Julia Aiassa.

Señala, en este sentido, que la desaceleración de la inflación en los últimos meses «deja al descubierto ciertas ecuaciones poco cómodas para algunos sectores que hasta entonces permanecían veladas por el acelerado ritmo de ajuste de precios».

Apunta que, así como el sector exportador tiene dificultades para competir en el mundo (con dólar estable y costos internos altos, en moneda dura y en pesos), «internamente está sucediendo algo similar» .

ESTANCADO. Desde mediados de marzo, el precio del novillito en el MAG prácticamente no se ha movido. Está virtualmente estancado en términos nominales, con promedios de $3.000 a $3.100 por kilo, sin tendencia definida, dice el reporte.

HAY «DESACOPLE» DE PRECIOS

Admite que el consumo interno sigue absorbiendo volúmenes importantes de carne vacuna, convalidando valores que «sorprenden» para ese nivel de oferta.

Pero razona que, «en este contexto de estabilización de precios generales de la economía, ya no deberían observarse tantos desacoples» considerando la «dinámica estacional de oferta y demanda».

Por eso, la analista cree que hoy deberían estar evidenciándose más claramente (especialmente por el lado de la oferta) comportamientos estacionales más ajustados al «patrón histórico» del precio de la carne al mostrador, que siempre ha sido «bastante previsible» .

LO QUE MUESTRA EL MERCADO

Apunta que, hasta mayo, ese precio «ha venido registrando incrementos mensuales superiores a la inflación» .

Recuerda que el último dato publicado por el IPCVA muestra que, en mayo, el precio promedio de la carne vacuna subió un 2,6%, frente a un IPC que evolucionó 1,5%. El acumulado del año suma, respectivamente, 27,5% vs. 13,5%.

Pero subraya que «nos encontramos en el período del año en el que el precio de la carne vacuna en el mercado local suele registrar sus mayores subas» .



EL «PATRÓN HISTÓRICO»

Señala en ese sentido que, al analizar la serie histórica de la relación con el precio promedio mensual para cada año (expresado como índice base 100), surge que «los mayores incrementos se concentran en el primer semestre» .

Precisa que, «en marzo, abril y mayo, el precio tiende a ubicarse entre un 3% y un 4% por encima del promedio anual» .

«A partir de junio y julio, dependiendo del año, la curva comienza a descender hasta alcanzar un piso relativo hacia octubre o noviembre, cuando suele volver a observarse una mayor presión sobre los precios del producto».

Aiassa dice que es «un patrón estacional generado por la propia dinámica con la que se mueven tanto la oferta como la demanda» .

Cree que, «este contexto, podría estar anticipando una posible desaceleración de los precios de la carne en los próximos meses» .

EL GORDO «AFLOJÓ» ANTES

Reconoce que la oferta total de carne se mantiene relativamente estable a lo largo del año, porque la Industria tiene que sostener ciertos niveles de operación sobre la capacidad instalada.

Pero en algunas categorías sí observa comportamientos estacionales de oferta, «de acuerdo con los propios ciclos de producción y terminación de la hacienda que, en definitiva -dice- se reflejan en los precios» .

Señala que «en este caso, y en contraste con la evolución que ha mostrado el precio de la carne en relación con la inflación, el valor de la hacienda gorda ha entrado en los últimos meses en una especie de meseta» .

SEÑALES DE «ESTANCAMIENTO»

«Desde mediados de marzo -subraya- el precio del novillito en el MAG prácticamente no se ha movido, registrando un virtual estancamiento en términos nominales, con promedios para la categoría que oscilan entre los $3.000 y $3.100 por kilo, sin una tendencia definida».

Admite que, «al igual que el precio de la carne, el aumento del gordo en lo que va del año supera el incremento general de la inflación (27,9% frente al 13,5% del IPC)». Pero apunta que, en este caso, registró las mayores subas en los primeros meses del año, «en marcado contraste con la evolución observada en los últimos dos a tres meses».

MÁRGENES MÁS AJUSTADOS

Concluye que, «si nos centramos más estrictamente en el comportamiento estacional que suele mostrar el precio del gordo a partir de julio, despojado ya de los significativos ajustes que solían ocurrir por cuestiones inflacionarias, los valores deberían reflejar el momento de mayor presión de oferta del año».

«En efecto, los números del engorde ya comienzan a registrar márgenes más ajustados y, a medida que avancen los meses, podrían deteriorarse aún más, conforme los precios de reposición del ternero sigan también a su comportamiento habitual de encarecimiento frente a la escasez» finaliza María Julia Aiassa.

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