AGROINDUSTRIA

LEGUMINOSAS

El INTA quiere expandir el cultivo de poroto a más regiones del país

4 de junio de 2023

Fortalece su proyecto de vinculación con una empresa de Jujuy y otra de Córdoba, para obtener y multiplicar variedades que se adapten a ecosistemas diversos.

EL POROTO es una de las legumbres de ciclo corto con buen presente, y un futuro auspicioso. El cambio de hábitos en el consumo de alimentos posiciona al cultivo como una alternativa promisoria.


Luego de cuatro décadas de investigación y desarrollo de nuevas variedades de porotos -en vinculación con una firma jujeña desde 2007- el INTA abrió la participación a una segunda empresa con la idea de expandir el cultivo más allá del Noroeste de Argentina.   

La iniciativa se enmarca en el Programa de Mejoramiento de Legumbres Secas, que lleva adelante el Instituto de Investigación Animal del Chaco Semiárido IIACS del INTA Leales (Tucumán).

En esa unidad, un equipo de investigadores trabaja desde hace más de 40 años en el desarrollo de variedades que ubican a la Argentina como uno de los mayores exportadores de porotos.

Un reporte difundido por INTA Informa (órgano de difusión del organismo nacional) recuerda que ese trabajo ya venía potenciado desde hace alrededor de 15 años por la articulación con la empresa Porosem SRL, de Jujuy, que renovó su alianza por diez años más. Ahora, la idea es llevar el cultivo de poroto a otras zonas del país, por lo que recientemente se sumó al proyecto la cordobesa Granaria SA, reveló el informe.

LA MITAD DEL MERCADO

En la actualidad, la genética desarrollada en el IIACS del INTA ocupa alrededor del 50% de la superficie total de producción de porotos del país, lo que representa alrededor de 500.000 hectáreas, según el informe institucional.

Este dato, proyectado en términos comerciales, permite dimensionar la presencia de la genética nacional en el negocio. Según un informe del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) referido por INTA Informa, en el primer cuatrimestre del año el país exportó 174.000 toneladas por U$S 123 millones, un crecimiento de 26 % con respecto a 2022.

UNA BÚSQUEDA CONSTANTE

El medio institucional recoge declaraciones de Marcelo Gerónimo, especialista en mejoramiento genético del INTA. El informe señala que el profesional (obtentor de las últimas 10 variedades de porotos liberadas por el IIACS) investiga el desarrollo de semillas que se adapten a diversos ambientes, para ofrecer una opción de diversificación de la matriz productiva en distintas regiones de Argentina.

«Entre 2007 y 2021, con Porosem obtuvimos e inscribimos en el INASE diez nuevos cultivares de porotos de diferentes tipos comerciales» indicó Gerónimo, quien señaló que, en la actualidad, se encuentran trabajando en el desarrollo de seis nuevas variedades, que serán liberadas de manera paulatina a partir de este año.

El avance en el desarrollo de nueva genética se explica, además, por la necesidad de responder a la aparición de problemas bióticos y abióticos, que afectan el desarrollo del cultivo y sus potenciales productivos.

«El poroto es un cultivo de origen andino, originalmente adaptado a un clima templado y con temperaturas moderadas», señaló el investigador del INTA. Explicó que «mediante un proceso de adaptación por selección y mejora genética, se logró su producción en otras zonas de meso América con temperaturas y humedad más elevadas».

LA MITAD. En la actualidad, la genética desarrollada en el marco del Programa de Mejoramiento de Legumbres Secas, que lleva adelante el Instituto de Investigación Animal del Chaco Semiárido IIACS del INTA Leales (Tucumán), ocupa alrededor del 50% de la superficie total cultivada con poroto en Argentina.

FRENTE AL MAYOR DESAFÍO

El cambio climático -mediante periodos de sequias y lapsos de temperaturas elevadas cada vez más frecuentes en momento críticos del cultivo- representan un desafío para la producción de poroto del futuro e impacta en el desarrollo del cultivo disminuyendo notablemente los rendimientos.

«Es muy importante la generación y selección de nueva genética que tenga la capacidad de tolerar y producir de manera aceptable en condiciones de altas temperaturas», expresó Gerónimo, en su diálogo con el medio institucional.

Aseguró que «dentro del proyecto de mejora genética de poroto del INTA se desarrolla un programa de selección de germoplasma en condiciones de elevadas temperaturas, que suma 12 años de trabajo».

RESPONDER A LA DEMANDA

Más allá de esto, la mira también está puesta en el desarrollo de productos requeridos por los mercados internacionales, «para garantizar la oferta y, por consiguiente, lograr la sustentabilidad de la producción», puntualizó el investigador.

«Tipos comerciales, tamaño del grano, sumado a la calidad nutricional diferenciada -por el mayor contenido de hierro o zinc- y las características culinarias, son algunas de las demandas que nos motivan constantemente a desarrollar nueva genética que cumpla con esas expectativas», agregó.

En el mismo sentido, Aníbal Liácono -gerente general de Porosem SRL- señaló que la nueva etapa de articulación con el INTA apunta al desarrollo de materiales que respondan a la preferencia de los consumidores, en línea con una tendencia en aumento vinculada con una alimentación más saludable.

EL VALOR DE LA SEMILLA

«Para nosotros la semilla es muy importante. Tiene un valor superlativo, ya que de esa semilla sale un grano que luego se convierte en un alimento», subrayó Liácono, por lo que se trata de ofrecer «la calidad que demanda el mercado internacional, sobre todo, en cuanto a requerimientos nutricionales».

Como, además, «no hay que perder de vista la necesidad del productor» en términos de rendimiento -entre otras variables que determinan la sostenibilidad del negocio- la búsqueda de un punto de equilibrio hace que se extienda en el tiempo el proceso de investigación para el desarrollo de una nueva variedad.

Es que, «con cada cruzamiento se busca un germoplasma que rinda más, que se adapte a diferentes zonas y que posea características deseables, como resistencia a enfermedades y estrés abiótico (sequía y altas temperaturas)», detalló el ejecutivo en su diálogo con INTA Informa.

Al mismo tiempo, «buscamos que esa nueva semilla contenga características nutricionales y culinarias para que se distinga en el mercado internacional», subrayó.

EXPANSIÓN. En el IIACS del INTA trabajan en el desarrollo de semillas de poroto que se adapten a diversos ambientes, para ofrecer una opción de diversificación de la matriz productiva en distintas regiones de Argentina. A partir de este año, esperan liberar -de manera paulatina- seis nuevas variedades.

VARIEDADES Y DESTINOS

Liácono destacó que «la semilla blanca, tipo Alubia, es reconocida -por la calidad comercial y culinaria del grano- en los destinos comerciales de Europa, principalmente en España, que es un mercado muy exigente».

Por otro lado, los porotos negros son muy demandados por Brasil y por Centroamérica, debido a sus características de sabor y consistencia. «La concentración del sabor de nuestras variedades y el caldo que producen hace que sean muy buscadas para hacer ensaladas, puré, salsas, guisos y hasta empanadas y garrapiñadas», describió el gerente general de Porosem.

A los blancos y a los negros se suman los rojos, que «se destacan por ser una variedad bien definida, grande, con un color brillante que persiste luego de la cocción y una cremosidad insuperable», explicó.

Liácono mencionó, por otra parte, el desarrollo de la primera variedad tipo comercial Canela, Leales C1 INTA, de color tostado o beige, cuyo principal destino es España; y un cultivar tipo Cranberry, que es Leales CR5 INTA, un poroto blanco con pequeñas pintas rojas, cuyos destinos principales son Italia y Brasil.

REGIONES PRODUCTORAS

Las variedades desarrolladas en el marco del Programa de Mejoramiento Genético de Poroto se adaptan muy bien a las condiciones agroecológicas del NOA y poseen un buen potencial de rendimiento y calidad comercial.

Sin embargo, con el correr de los años y el aumento de la demanda internacional, las variedades se fueron adaptando a otros ambientes. «Hoy, los cultivares desarrollados por el Instituto de Investigación Animal del Chaco Semiárido IIACS del INTA Leales se cultivan en Catamarca, Santiago del Estero y en el norte de Córdoba», subrayó Liácono.

Pero, con el propósito de expandir el área de cultivo, «a través del INTA se realizan ensayos de distintas variedades para ver cómo se comportan en San Luis, Buenos Aires, Formosa, Chaco y Neuquén para ampliar el área productiva y seguir creciendo».

POROSEM Y GRANARIA

Porosem SRL es una empresa de Jujuy, que hace más de 30 años trabaja en el desarrollo, producción y comercialización de semillas de porotos fiscalizadas. Mediante un convenio de vinculación tecnológica con el IIACS, desde 2007 multiplica y comercializa 10 variedades de semillas de poroto fiscalizadas.

La cordobesa Granaria SA (de Jesús María) se destaca, entre otras actividades, como semillero de cultivares de garbanzo, mediante convenios con la Universidad Nacional de Córdoba y la Universidad de Andalucía en España.

En los últimos años, mediante un convenio con Porosem SRL multiplica y comercializa seis variedades de porotos (dos negros, tres blancos y uno rojo) desarrolladas por el IIACS del INTA. Tiene presencia en el norte de Córdoba, Santiago del Estero, Tucumán y Salta.

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