GANADOS & CARNES
MERCADOS
Es que, desde esta región, está muy bien abastecida por Brasil. Además, incide el nivel de oferta en Argentina, que no parece mostrar el grado de retracción estacional esperable.
ALLÁ LEJOS, podría quedar la expectativa por una mejora estacional en el precio de la vaca. China lo mantiene frenado y, en Argentina, ha seguido más o menos firme el envío a faena de esa categoría. FOTO / Revista Campo Andino & Agroindustria.

Aunque sin aflojar considerablemente el ritmo de importaciones de carne vacuna, China (el mayor comprador del mundo) mantiene pisados los precios que paga a sus proveedores, según consigna el informe semanal del Mercado Ganadero de Rosario.
El reporte del ROSGAN, que coordina la analista María Julia Aiassa, pone sobre relieve el dato recientemente publicado por la Aduana china, que da cuenta de otro volumen relevante importado en agosto (casi 270.000 t de carne), «apenas 10% menos que en julio de este año cuando marcó su récord histórico».
De esta manera, hasta el octavo mes de este año, acumuló compras por 1,79 millones de toneladas. Esto le permitió «compensar prácticamente en su totalidad el bache generado a inicios de este año tras el auto embargo impuesto por su principal proveedor, Brasil», apunta.
Pero en materia de precios las tendencias no resultan tan auspiciosas, según el informe del mercado rosarino. En efecto, «las importaciones de agosto, con un valor promedio de USD 5.231 por tonelada, marcan el tercer mes consecutivo en descenso«, señala.
Apunta que esto se dio luego de haber insinuado un principio de recuperación en mayo, que finalmente no logró sostenerse y terminó «profundizando la caída a unos 26 puntos porcentuales, medido contra aquel pico registrado en julio de 2022 de USD 7.100 por tonelada».
El informe puntualiza que, en los primeros ocho meses de 2023 China, registró compras de carne vacuna por unos 9.600 millones de dólares, lo que, llevado a términos relativos, representa una baja del 16% respecto de 2022.
En ese período, el precio promedio (de USD 5.350/t) marcó un retroceso interanual de 20%, cuando la demanda todavía se encontrada en plena ola de reactivación post pandemia.

Las compras chinas representan cerca del 80% de las exportaciones argentinas de carne vacuna. Esto implica que absorben más del 20% de toda la carne producida por la industria frigorífica local. El resto, va a otros destinos externos y, fundamentalmente, al mercado interno.
Lo cierto es que, medido en divisas, «China está aportando 6 de cada 10 dólares que ingresan al país por exportaciones de carne bovina y menudencias», destaca el reporte que firma Aiassa.
Pero la analista advierte que «más allá de lo cuantitativo, un aporte no menor de China reside en el tipo de mercadería que lleva». En efecto, el país asiático ofrece un canal de salida virtuoso para la vaca, que cuesta mucho colocar (o directamente no tiene demanda) en el mercado interno.
Hace notar, por otra parte, que estacionalmente la oferta de vacas en Argentina tiende a reducirse a partir de septiembre, lo que coincide con una aceleración de las compras chinas, previo a las festividades de su año nuevo lunar, que este año será el 10 de febrero.
«Esta mayor presión de compra tiende a generar un alza en las cotizaciones durante el último cuatrimestre del año que permite sostener los valores para la vaca de descarte, incentivando la reposición de vientres», comenta.
«Sin embargo -subraya- hasta ahora los compradores chinos parecen estar adoptando una actitud muy selectiva en sus compras frente a la abundante oferta de carne que está encontrando en la región, principalmente en Brasil».

Mientras tanto, Argentina sigue faenando un elevado número de vacas. En agosto, y pese a una ligera desaceleración, seguía mostrando un incremento del 28% respecto de un año atrás, con casi 260.000 vacas faenadas.
El informe señala que «para septiembre, la tendencia que se observa a través de los envíos de hacienda a faena, muestra una mínima reducción respecto de agosto, sosteniendo la brecha contra septiembre pasado en más de 30 puntos porcentuales».
«Clima mediante, octubre, noviembre y hasta los primeros días de diciembre suele ser el período en el que se expresa un mayor valor para este tipo de hacienda, por un doble efecto de escasez de oferta y mayor presión de demanda», recuerda.
Apunta que, de hecho, «a excepción del año pasado, en los tres años previos el precio promedio de la vaca para faena registró de septiembre a diciembre un incremento medio del 12%, medido en términos reales».
No obstante, el contexto actual, «tanto por el lado de la oferta como también por las débiles señales que envía la demanda, podría llegar a modificar nuevamente este movimiento estacional del mercado».
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