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El ritmo de devaluación del peso bajará a 1% mensual desde febrero

14 de enero de 2025

El Banco Central de la República Argentina anunció en un comunicado oficial que ése será el «nuevo desplazamiento» mensual para el tipo de cambio del peso frente al dólar estadounidense.

CLAROSCURO. La medida es bien recibida por quienes ponen énfasis en que implicará una baja en el costo de los insumos importados para las empresas nacionales, pero observada por quienes prefieren poner el acento en que agravará los problemas de competitividad cambiaria. FOTO / Revista Campo Andino & Agroindustria.


El Banco Central de la República Argentina (BCRA) anunció este martes que, a partir del 1° de febrero próximo, bajará a 1% mensual la tasa de depreciación del tipo de cambio oficial del peso frente al dólar estadounidense.

La novedad llegó mediante un comunicado subido al sitio de la autoridad monetaria en Internet, bajo el título: «El BCRA establece un nuevo sendero de desplazamiento de 1% mensual para el tipo de cambio» que, hasta ahora, es del 2% por mes.

El reporte señala, textualmente (aunque el resaltado es nuestro): «En consideración de la consolidación observada en la trayectoria inflacionaria durante los últimos meses, y en las expectativas de baja de la inflación, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) establece un nuevo sendero de desplazamiento de 1% mensual para el tipo de cambio, comenzando el 1° de febrero de 2025″.

«En un contexto de recuperación de la actividad económica y aumento estacional de precios -prosigue- tanto la inflación de los últimos meses como las observaciones de alta frecuencia confirman una inflación observada a la baja y por debajo de las expectativas relevadas en el mercado».

El comunicado del Banco Central concluye señalando que «el ajuste para el tipo de cambio continúa cumpliendo el rol de un ancla complementaria en las expectativas de inflación» .

LA SEÑAL DEL GOBIERNO

La decisión de la autoridad monetaria se conoció la misma tarde de este martes, después que el INDEC hiciera público el informe sobre la evolución del Índice de Precios al Consumidor en diciembre pasado que, con un 2,7% de incremento intermensual, situó al acumulado de 2024 en poco más de la mitad que la inflación con la que había cerrado el año previo.

La medida -dispuesta luego del tercer mes consecutivo con IPC por debajo de 3%- es una señal que va en consonancia con el compromiso del Poder Ejecutivo Nacional de reducir el crawling peg al 1% mensual (dados ciertos índices de inflación) y suspenderlo cuando -posteriormente- la evolución de precios se sitúe más cerca de ese 1% durante un trimestre.

El propio presidente de la Nación y el equipo de Economía están convencidos, al parecer, de la necesidad de diluir la expectativa sobre la evolución del tipo de cambio, para ir restándole peso como factor de incremento inercial de los precios de la economía.

La desaceleración de la devaluación del peso frente al dólar (al margen de la eliminación del denominado «Impuesto PAIS»), implicará una baja en el costo de los insumos importados para las empresas nacionales que, en teoría, deberían tener su correlato en el precio final de los productos.

Visto desde otra perspectiva, se profundizaría lo que desde distintos sectores evalúan como «atraso cambiario» en un contexto de inflación interna por encima del crawling peg, de fortalecimiento del dólar estadounidense en el mundo, y devaluación del real brasileño (muy importante como socio comercial) lo que -se interpreta- agravaría los problemas de competitividad.

Por otra parte, si el tipo de cambio oficial resulta «creíble», el Central tendría margen para reducir la tasa de política monetaria (con menos riesgo de que los operadores empezaran a poner sus ojos sobre el dólar) ante la necesidad del Estado de acotar el costo del endeudamiento en pesos.

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