GANADERÍA
PROTAGONISTAS
Matías Garmendia, de Cabaña Payma -de María Luisa Gorostidi- se mostró satisfecho con los valores logrados por sus toros (uno de ellos «el mejor de la muestra») en la Exposición Rural de General Pico, La Pampa.
MATÍAS GARMENDIA. El administrador de Cabaña Payma, de Carlos Pellegrini, provincia de Buenos Aires, reveló que hace 3 ó 4 años dieron un giro a su enfoque productivo, reorientándolo hacia la obtención de «una genética bien comercial, muy focalizada en la producción de carne». FOTO / Revista Campo Andino & Agroindustria.

Un toro Angus negro puro controlado de Cabaña Payma de María Luisa Gorostidi, fue distinguido como el mejor reproductor macho en la 90a Exposición Agropecuaria, Industrial, Comercial y de Servicios realizada en la Sociedad Rural de General Pico, al Noreste de La Pampa.
La muestra -que cerró el domingo último- reunió a proveedores de maquinaria, insumos y servicios para el agro, en el marco de una nutrida afluencia de visitantes que colmaron el Predio Ferial.
Los fierros -como suele ocurrir en estos encuentros- tuvieron un rol protagónico, con la exposición y dinámica de maquinarias (de las que ruedan… y de las que vuelan también, porque hubo drones en acción), que tuvo como marco numerosas actividades ecuestres (salto, polo, pato y jineteada), conferencias técnicas y espacios para muestras de artesanías y diversas expresiones culturales y actividades recreativas.
La producción pecuaria -en buena medida desplazada de esta región, por el corrimiento de la frontera agrícola- tuvo presencia a través de la muestra y remate de reproductores bovinos, ovinos y porcinos.
Varias cabañas llegaron con su genética al predio de La Rural piquense para mostrar su oferta a criadores que, de a poco, comienzan a volver la mirada a una actividad en cierto modo retraída en esa región y más al Oeste también… desde hace algunas décadas y hasta no hace mucho tiempo.
Ese repliegue se vio impulsado no sólo por la expansión de los límites de la agricultura, que fue ganando espacio (en campos otrora ganaderos) de la mano de desarrollos biotecnológicos aplicados a la obtención de semillas capaces de prosperar en geografías con regímenes de lluvias mucho más bajos que en las zonas tradicionalmente favorecidas para la producción granaria.
La contracción de la actividad (y, consecuentemente, del rodeo vacuno, mientras la población seguía creciendo), estuvo en gran medida determinada, también, por la fuerte intervención de sucesivos gobiernos, que optaron por restringir la salida al mundo de la carne vacuna para cambiar por votos el precio artificialmente pisado del kilo de pulpa para milanesas o el asado del domingo.
La mesa de los argentinos tuvo carne barata hasta que nos comimos el rodeo, y armarlo de nuevo no es tarea de un año para el otro. Por eso es que las primeras señales de desregulación en distintos sectores la economía, renueva (aunque moderadamente todavía) la expectativa de activar el círculo virtuoso.
En ese círculo juegan, entre otros factores: menos intervención, mayor apertura, el aliento a las inversiones, mejora competitiva, y la recuperación de niveles de rentabilidad que retroalimenten el proceso de inversiones… siempre y cuando no nos vayamos al pasto (nunca mejor dicho) con variables que deberán permanecer estables para darle continuidad a un proceso productivo de mediano-largo plazo como es la producción bovina.

EXPECTANTES. Las primeras señales de desregulación en distintos sectores la economía, renueva (aunque moderadamente todavía) la expectativa de activar el círculo virtuoso en la ganadería bovina argentina.
Estos temas (aunque de manera implícita, porque son consideraciones que corren por nuestra cuenta) estuvieron sobrevolando la charla con Matías Garmendia, ingeniero agrónomo, administrador de Cabaña Payma de María Luisa Gorostidi (su madre).
La familia llegó a La Rural de Pico con reproductores (toros y vaquillonas preñadas Angus negro, puros controlados) obtenidos en el establecimiento ubicado en Carlos Pellegrini, provincia de Buenos Aires, muy cerca del límite con La Pampa.
Uno de los machos fue reconocido como Mejor Toro de la Exposición; mientras que una de las vaquillonas (de un lote que llegó con garantía de preñez) ocupó el segundo lugar en su categoría, detrás de una Angus colorada de una cabaña local.
«Empezamos con la Cabaña hace… entre 10 y 12 años, y hace 3 ó 4 años incorporamos un genetista con el que nos propusimos hacer reproductores capaces de transmitir una genética bien comercial, muy focalizada en la producción de carne» comentó Garmendia.
«La idea es lograr animales eficientes para el trabajo en rodeos de cría» de donde va a salir la invernada que sea apta, inclusive, «para producir carne con destino a exportación» .
Por eso es que, en la búsqueda del mayor equilibrio, «el perfil que estamos dándole a nuestros productos apunta a lograr un toro correcto, bien moderado, con buenas patas… y con mucha carne» detalló el cabañero pampeano, con actividad en suelo bonaerense.

BIEN PLANTADO. El Angus negro PC de Payma -calificado como el Mejor Toro de la muestra- exhibió su muy buena conformación y agilidad en sus desplazamientos. Al salir de la pista, y con el satisfactorio resultado de la subasta, Matías Garmendia lo acompañó hasta los corrales, sabiendo que el replanteo productivo iniciado en los últimos cuatro años, está dando los resultados esperados. FOTOS / Revista Campo Andino & Agroindustria.

Matías Garmendia se manifestó conforme con los valores obtenido en el remate. «Anduvieron muy bien los toros», señaló, refiriéndose a los precios que los criadores de la zona estuvieron dispuestos a pagar por los ejemplares que llevó a La Rural.
El Angus PC que se alzó con el reconocimiento como Mejor Toro de la muestra, marcó la cifra más alta de la subasta, que tuvo lugar el domingo alrededor del mediodía. Cuando sonó el tercer golpe que dio por cerrada la puja, el número quedó en $ 3.900.000.
Ese valor «es más o menos lo que se está haciendo, en general, en todos los remates» indicó el administrador de Payma. Reconoció que «los ganaderos siempre esperamos un poco más», pero valoró el hecho que «los criadores siguen dispuestos a invertir en genética» .
Sobre este punto, y en cuanto al comportamiento de la demanda de reproductores para mejorar los rodeos de cría, indicó que «viene bien, porque hoy la ganadería está en un buen momento, con precios aceptables, que acompañan el momento del país» .

BIEN FEMENINAS. Las vaquillonas Angus PC de Cabaña Payma llegaron a La Rural de Pico con garantía de preñez (y una con ternero al pie). Al igual que los machos, mostraron la morfología propia de la raza y fueron especialmente valoradas por los asistentes a la subasta. FOTO / Revista Campo Andino & Agroindustria.
Garmendia reconoce que la progresiva apertura ha venido a oxigenar la actividad, porque «cada vez que han cerrado las exportaciones nos ha pegado fuerte a todos, y muy pocos nos quedamos en ganadería».
Lamenta el hecho que, debido a esas marchas y contramarchas, «los ganaderos siempre andamos corriéndola de atrás… pero luchándola, porque en esto no se puede andar cambiando» .
«Hacer un toro lleva 3 ó 4 años -advirtió- y en un país donde no se sabe lo que va a pasar en un año… los que seguimos es porque siempre hemos estado muy convencidos de lo que estamos haciendo» .
En cuanto a las perspectivas para la ganadería, señaló que, «si bien al mercado interno le cuesta afirmarse, en la medida que el año próximo la actividad en el país empiece a despegar… y se consolide el proceso de desregulación de la economía para sostener las exportaciones, podremos ir mejorando» .








90 EXPOSICIÓN RURAL DE GENERAL PICO LA PAMPA CABAÑA "PAYMA" DE MARIA LUISA GOROSTIDI MATÍAS GARMENDIA