GANADERÍA

ENFOQUES

«Los próximos dos años, por lo menos, van a ser buenos para la ganadería»

1 de julio de 2025

El productor bonaerense Georges Breitschmitt, presidente del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina cree, no obstante, que «no hay que dormirse en los laureles». Propone superar el cortoplacismo con una visión de largo plazo de la Cadena de Ganados y Carnes, producto del trabajo conjunto de la producción primaria, la industria y la dirigencia política.

GEORGES BREITSCHMITT se plantea como objetivo de gestión -en los dos años que tiene al frente del IPCVA- «sembrar la semilla» de la visión estratégica; y potenciar el mensaje del Instituto para -entre otras cosas- «llegar al productor de a pie, contarle lo que hacemos, cómo funcionamos, y sumarlo… porque también le pertenece». FOTO / Revista Campo Andino & Agroindustria.


Es productor ganadero en el norte de la provincia de Buenos Aires. La empresa familiar, que comparte con su madre y su hermano, es asociada de la Cooperativa Agropecuaria Ltda. Carabelas, fundada en 1937 en la localidad de Las Carabelas, partido de Rojas.

A través de la entidad de primer grado comenzó a participar de la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA), una «cooperativa de cooperativas», como se define la entidad, que conforma uno de los más poderosos conglomerados de agronegocios de Argentina.

El hombre decidió, en su momento cruzar la tranquera -hacia afuera- e involucrarse en el gremialismo empresario también, hasta ocupar un lugar en el Consejo de Administración de Coninagro, entidad de tercer grado que nuclea a 16 federaciones que agrupan, a su vez, a más de 350 cooperativas agropecuarias dispersas en gran parte del territorio nacional.

Reconoce que es más fácil pronunciar su apellido que escribirlo (y algo de razón tiene), por eso es que vamos a escribirlo con mucho cuidado. Breitschmitt. Así es.

Georges Breitschmitt fue nuestro interlocutor. En este caso, en su condición de Presidente del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), adonde llegó en representación de Coninagro a fines de marzo, y por dos años.

Dialogamos con el cooperativista bonaerense en Genera Alvear, al sur de Mendoza, en el marco de la Jornada Técnica que organizó el IPCVA junto con el INTA, a la que nos hemos referido en estos días. Los párrafos que siguen, reflejan parte del extenso diálogo que mantuvimos con… Georges.



– ¿Un ganadero en una cooperativa como la de Carabelas que, según dicen, tiene un perfil de asociados más inclinados a la agricultura?

-Buena pregunta; porque en una zona particularmente agrícola, somos un poco cabeza dura como productores, y somos de los que destinamos tierras agrícolas para la ganadería.

***

– ¿Fue la mejor decisión no haberle puesto límites a esa tozudez?  

– La idea original fue poner los huevos en distintas canastas; y la verdad es que fue una buena decisión. Primero, porque hace a la vida del campo. La ganadería te obliga a estar todos los días. Por otro lado, porque en los años de seca que hemos tenido, la ganadería nos ha permitido, en cierta forma, tapar los huecos de temporadas agrícolas no tan buenas.

***

– ¿Se focalizan en determinado eslabón de la cadena ganadera, o…

– Hacemos ciclo completo, y vendemos gordo para faena. Sabemos muy bien que en este país pueden cambiar las reglas de juego a mitad de camino, pero siempre hemos decidido ir de punta a punta.

***

– ¿Cómo está el negocio en el segmento de la producción primaria?

– Ahora está bueno… fruto de las decisiones que se tomaron hace 4 años, por lo menos. Sabemos que la ganadería es de tiempos largos, y no conoce de ciclos políticos. Así es que, los buenos momentos que estamos viviendo ahora, son consecuencia de lo ocurrido en el pasado… y por los próximos dos años, por lo menos, vamos a tener -estimo yo- buenos tiempos para la ganadería.

***

– Si esto es así… ¿qué decisiones habría que tomar hoy, no en función de la coyuntura, sino para que la actividad siga siendo negocio dentro de cuatro años?

– Durante estos dos años en la presidencia del IPCVA quisiera dejar plantada la semilla para, precisamente, llegar a revertir eso. En el instituto está sentada toda la cadena: la producción propiamente dicha, la industria y el gobierno. Tenemos que superar ese horizonte temporal para que no se estén cambiando las políticas todos los años.

***

-¿Pensar la Cadena con visión estratégica?

– Con una visión estratégica, donde confluya toda la dirigencia, incluida la clase política, para fijarnos un horizonte de largo plazo. Una de las consecuencias más evidentes de estar atados a la coyuntura, es que seguimos frenados en un stock ganadero de 50 millones de cabezas, cuando nuestros vecinos de Brasil, por ejemplo, que en algún momento estuvieron en el mismo nivel que nosotros, hoy tienen 200 millones de cabezas.

OBJETIVO. «Tenemos que superar el horizonte temporal, para que no se estén cambiando las políticas todos los años». (Georges Breitschmitt).

-¿Cuál debería ser el resultado de pensar más allá de la coyuntura?

– Cuando el ganadero sepa que va a tener un horizonte de largo plazo, va a arriesgar más, va a invertir para aplicar tecnología que mejora muchos indicadores… como estamos viendo hoy en General Alvear. Es cierto que hay en el medio una cuestión de bolsillo. Pero, por más que el productor disponga de los recursos necesarios, es muy probable que -aún en esos casos- la falta de previsibilidad demore indefinidamente ciertas inversiones.

***

– ¿Hasta qué punto hay riesgo que, plantear una visión de largo plazo, no logre superar el plano de lo aspiracional… en un país como Argentina, que parece signado por el cortoplacismo?

Entiendo que lo veas como aspiracional. De hecho, el productor agropecuario, en general, tiene una alta dosis de irracionalidad porque, muchas veces, si actuara racionalmente… dejaría de ser productor. Comparto que la propuesta puede tener algo aspiracional, pero en algún momento hay que sentarse y revertir eso.

***

– Seguramente llevará tiempo…

– Es que… no digo que sea algo de un día para el otro. Por eso digo que es sembrar una semilla. Tratar de empezar a establecer esas políticas públicas para, justamente, cambiar esa tendencia. En el mejor de los casos… va a llevar 10 años, porque en un ciclo ganadero ya tenés 4 años mínimo, y para poder notar una tendencia, vas a tener 8 años.

***

– ¿Qué dice el resto de los miembros del Consejo de Administración del IPCVA cuando se pone este tema sobre la mesa? Bueno… ¿Surge este tema?

Lo he planteado… y aunque el Instituto es un ente técnico, y sé que éste es un tema que tienen que tratar las gremiales del campo, estoy convencido de que es un trabajo que debemos encarar entre todos los que estamos ahí sentados. Estamos hablando de la producción más federal, tal vez, porque está en todas las provincias. Por lo que, en realidad, debemos tratar esto con toda la cadena y los referentes políticos de todos los colores también.

***

– Sembrar esa semilla, entonces, es uno de los ejes estratégicos de la gestión de Breitschmitt al frente de la Institución…

– Ése es uno… y espero poder transmitirlo al presidente que me suceda. El otro, es lo que llamo evangelizar el Instituto. Hay que hacer llegar más el mensaje de lo que hace el IPCVA… porque tiene su razón de ser.

PREVISIBILIDAD. «Cuando el ganadero sepa que va a tener un horizonte de largo plazo, va a arriesgar más, va a invertir para aplicar tecnología que mejora muchos indicadores». (Georges Breitschmitt).

– ¿Por qué tiene que tiene que haber un Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina? Evangelicemos…

– Todos nuestros competidores tienen sus institutos de promoción de su carne, porque nadie compra carne porque el que la vende sea lindo. Hay que salir a venderla. Lo de la mejor carne del mundo… todavía lo podemos seguir defendiendo; pero nuestros competidores están trabajando en defender la calidad de su carne. Brasil tiene el volumen, y está trabajando en ganar calidad. No podemos dormirnos en los laureles.

El IPCVA es una entidad bien pensada, es de toda la cadena, hay que trabajar para hacerla funcionar cada vez mejor. Tenemos un gran camino por recorrer en ese sentido, para llegar al productor de a pie, contarle lo que hacemos, cómo funcionamos, y sumarlo… porque también le pertenece.

***

– La coyuntura nos puede… Con un stock de hacienda que no se recupera, el mercado interno sigue siendo el principal cliente del sector -y convalidando precios interesantes- mientras la industria exportadora parece complicada para competir afuera. ¿Hay que buscar un equilibrio ahí? En ese caso: ¿Por dónde pasaría… y quién debería encontrarlo?

– Buena pregunta. Primero, creo que hay que romper la dicotomía mercado interno versus mercado externo, porque si algo tenemos -y otros países todavía no logran equipararnos- es la integración entre ambos mercados.

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– ¿Por ejemplo?

– Por ejemplo, del producto de la faena kosher, una parte se puede exportar y otra no. Esa parte que no se puede exportar hay que volcarla al mercado interno… o a otro lugar, pero hay que integrarlo, y eso lo sabemos hacer muy bien. Así que, por un lado, hay que romper esa dicotomía.

Por otra parte… efectivamente, estamos viviendo esa coyuntura, y el mercado la está resolviendo con estos precios, porque la hacienda es la que hay… y no va a aumentar de un día para el otro. Creo (volviendo a la idea de la primera parte de la charla) que por los próximos dos años no va a cambiar sustancialmente la situación.

Ahora… ¿cómo se resuelve? Y… se irá ajustando al mercado. Si el mercado quiere pagar el novillo gordo, habrá novillo gordo. Si el mercado quiere pagar el novillo más liviano (gordo, pero más liviano) el productor hará esos novillos. Hoy se han eliminado muchas restricciones, o sea que se va a terminar definiendo por ahí.

***

Hay quienes han tirado de nuevo, sobre la mesa, el tema del peso mínimo de faena…

– Convengamos que el peso mínimo de faena es algo que no existe en otros lugares, y las restricciones siempre nos han jugado más en contra que a favor. La realidad es que, hoy en día, a un ganadero que ha gastado un montón de tiempo en lograr un ternero, lo que más le conviene es meterle kilos.

Claro que… la pregunta que uno se hace es: ¿Cuántos kilos tengo que meterle para maximizar mi ecuación? Hoy, hacer un gordo de 250 kilos o 280 kilos… creo que no es negocio para nadie. La ecuación que hay que mirar es si conviene hacerlo de 350, 380 kilos… o llevarlo a 500 kilos. Ahí es donde digo que el mercado se va a tener que definir para dónde va.

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