GANADERÍA

FORRAJES

No hay que comer más ni menos pasto que el que se pueda producir por día y por hectárea  

10 de agosto de 2025

Especialistas del INTA recomiendan sostener esta premisa durante todo el año y en toda el área bajo pastoreo, para sostener la productividad de los potreros. Qué variables hay que medir.

NO TE ENTUSIASMES. Donde, diariamente, se consume más pasto que el que crece, se pierde stock de materia seca, se afectan los rebrotes (según la especie) y se deprime la productividad de la pastura, entre otros males. Pero comer menos que lo producido, también puede traer problemas. FOTO / Revista Campo Andino & Agroindustria.


Optimizar la producción, la calidad y la persistencia de forrajes y pasturas impacta directamente en los índices de conversión animal y, consecuentemente, en la rentabilidad de los establecimientos ganaderos.

El primer paso para lograrlo, es conocer la tasa de crecimiento, el consumo y el desperdicio mediante un constante monitoreo de cada una de esas variables.

Este tema -que suena razonable pero, al parecer, no siempre recibe la atención que merece- fue llevado, por especialistas del INTA, al Congreso 2025 de Aapresid (Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa) realizado durante esta semana en Buenos Aires.

MANEJO EFICIENTE. Optimizar la producción y la «cosecha» permite convertir diariamente, en producto animal, una mayor cantidad de la energía y nutrientes que ofrecen pasturas y verdeos.

ECONÓMICO Y SOSTENIBLE

Referentes del organismo nacional de tecnología agropecuaria subrayan que, incrementar el consumo del forraje de alta calidad producido por las pasturas, es la manera más económica y sostenible de aumentar la productividad de las empresas ganaderas.

Aunque desentrañar las claves para una buena gestión del pasto daría para conversar largo y tendido, Germán Berone, investigador del INTA Balcarce, comparte algunas premisas que, sí o sí, hay que tener muy presentes.

El especialista insiste en que «mediante un manejo eficiente es posible obtener la máxima producción y cosecha de forraje de calidad y una adecuada persistencia de la pastura» dentro de los límites que imponen los distintos ambientes y la posibilidad de acceso a recursos tecnológicos mínimos.

«La optimización de estos factores permite convertir, día a día, una mayor cantidad de la energía y nutrientes que ofrecen nuestras pasturas y verdeos, en producto animal» remarca el referente de la unidad bonaerense del INTA.

TAMPOCO MENOS.  Consumir menos pasto que el que crece en los potreros, también puede traer problemas. Buena parte de lo que no se come, se pierde; y hasta puede obligar a disponer suplementaciones innecesarias.

MEDIR LA MATERIA SECA

En este sentido, destaca la importancia de monitorear y conocer la cantidad de pasto (expresada en kilogramos de materia seca por hectárea, kgMS/ha) y la tasa de crecimiento diaria (kgMS/ha/día) que ofrecen las pasturas y verdeos, para llevar adelante un manejo eficiente de los recursos.

Asimismo, destaca los beneficios de invertir para conocer y manejar de manera eficiente el recurso más importante y barato de la ganadería: el pasto.

«Hay que recordar que es el principal alimento de los sistemas pastoriles y, para poder utilizarlo eficientemente, como ocurre en cualquier sistema de producción, se debe conocer el stock de pasto en tiempo real, la disponibilidad y su tasa de crecimiento» enfatiza.



NO MÁS QUE LO QUE CRECE

Para optimizar producción, calidad y persistencia, Berone recomienda «mantener -durante todo el año y en toda el área bajo pastoreo– un valor promedio de biomasa o stock de pasto y consumir -a diario- una cantidad de forraje por hectárea similar a la tasa de crecimiento diaria por hectárea».

Advierte que, «aquellos sistemas que diariamente consumen más pasto del que crece por día reducen el valor de stock establecido, afectan los rebrotes subsiguientes, deprimen la productividad de la pastura en el corto plazo e incluso afectan su perennidad por sobrepastoreo».

…PERO TAMPOCO MENOS

En cambio, los sistemas que consumen a diario menos pasto del que crece, aumentan el valor promedio de stock, pero son ineficientes desde el punto de vista productivo porque gran parte del forraje producido muere y se cae en lugar de ser consumido por los animales. Incluso -agrega Berone- esto podría inducir suplementaciones innecesarias.

En conclusión, consumir mayor o menor cantidad de pasto del que crece, va en contra del uso eficiente y sostenible de los recursos, afirma el especialista del INTA.

Aclara que, además de la tasa de crecimiento, se debe prestar atención a otras cuestiones como la cantidad de biomasa disponible a la entrada y la salida de los animales en cada potrero y el tiempo de ocupación de las parcelas, entre otros aspectos complementarios.

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