GANADERÍA
GENÉTICA
El pampeano Ricardo Ziegenfuhs, titular de «La Cirila» acepta las «no reglas» del juego de la economía argentina, y dobla la apuesta por sus Angus colorado.
PAREJITOS. Los tres toros Angus colorado de La Cirila fueron premiados como el Mejor Lote de la 89a Exposición Agropecuaria, Industrial, Comercial y de Servicios organizada por la Sociedad Rural de General Pico (al Norte de La Pampa). El de la izquierda se llevó el galardón como Gran Campeón de la muestra. FOTO / Revista Campo Andino & Agroindustria.

Pese al repunte de los valores de la hacienda en pie, que se traslada a los de la carne en el mostrador, los precios de la ganadería -como comentábamos estos días- «siguen de atrás al proceso inflacionario». Esto, en un devenir de la economía tan errático y de final incierto, se refleja también en el negocio de la genética bovina.
Pero, aunque «la venta, en general, no es fácil; la realidad es que una cabaña tiene los toros y los tiene que vender». Es lo que plantea Ricardo Ziegenfuhs, titular de Cabaña La Cirila, establecimiento situado en inmediaciones de la localidad de Ceballos, al Norte de la provincia de La Pampa.
El hombre llegó a la Exposición Rural de General Pico (donde reside) con tres toros Angus colorado y se volvió sin los toros, con plata en el cinto, y con dos premios. Es que fueron elegidos como el Mejor Lote y, uno de esos ejemplares, fue distinguido por el jurado como el Gran Campeón de la Exposición.
La muestra, realizada el pasado fin de semana, reunió a decenas de empresas proveedoras de maquinaria, implementos, insumos y servicios, que se instalaron durante tres jornadas en el predio de La Rural piquense.
El encuentro -que incluyó, en paralelo, numerosas actividades culturales y recreativas- tuvo también su capítulo ganadero, con la presencia de cabañas de reproductores bovinos, ovinos y porcinos, que llegaron desde distintos puntos de la región.
La genética fue puesta a consideración del jurado y de los criadores, que se reunieron en la tribuna frente a la pista de La Rural, sobre el mediodía de la jornada de cierre.
Una veintena de toros salieron a un remate que dejó valores máximos que fluctuaron en torno a $ 1.350.000. Poco más que lo que terminó pagándose por el Gran Campeón de la muestra, el Angus colorado de La Cirila.
APERTURA. En La Cirila, cada año hacen alrededor de 120 toros Angus colorado y ahora también unos 10 Brangus. Esta raza, cruza de índica con británica, se adapta bien al monte, hacia donde va siendo desplazada la ganadería de cría. FOTO / Revista Campo Andino & Agroindustria.
«El fuerte nuestro es Angus colorado, y hacemos Brangus colorado también. Cada año hacemos 120 Angus colorado y 10 Brangus colorado. Es una raza que anexamos ahora”, dijo Ziegenfuhs, apenas abierto el diálogo con Campo Andino.
Recordó que «cuando empecé, hace 20 años, acá no existía el Angus colorado (sí en la provincia de Buenos Aires)»; y explicó que, si se inclinó por esa raza fue «primero, porque me gustaba, y segundo porque venía imponiéndose».
De hecho, «hoy, el colorado es el toro más buscado», aseguró. Venía de vender (un par de días antes, en Huinca Renancó, Córdoba) varios ejemplares a $ 2 millones -promedio- cada uno. «El colorado se paga mucho mejor que el negro» y apuntó que «lo mismo se puede ver en los remates de terneros».

RICARDO ZIEGENFUHS. El titular de La Cirila, de La Pampa, reflexionó que «la cabaña es más por pasión que por plata». Aseguró que «uno siempre trabaja con visión de futuro», y que «si un año perdemos, quizás ganemos el año siguiente». FOTO / Revista Campo Andino & Agroindustria.
Acerca de por qué el mercado prefiere el Angus colorado, explicó que «se adapta mejor a las altas temperaturas, porque tiene el pelo corto y por el color (el negro retiene más el calor y eso es una desventaja)».
Por otra parte, «tiene huesos un poco más finos y en gancho rinde un poco más; y determinadas líneas de colorado son más fáciles de engordar». Admitió, de todos modos, que «también hay líneas negro de más fácil engorde que otras», pero aseguró que «al colorado se le puede sacar 20 ó 30 kilos más».
Por otra parte, cree que «el Brangus es una raza que viene, porque se está adaptando muy bien a la zona de los montes», que es hacia donde sigue siendo desplazada la ganadería de cría en su provincia.
Es que persiste el empuje de la agricultura, que se consolida en las llanuras más fértiles, con regímenes de lluvias más abundantes. Así, la cría bovina se instala (desde hace años, ya) en el Caldenar, una región fitogeográfica -que comparten las provincias de La Pampa y San Luis- situada entre la media luna fértil del Este pampeano y el Oeste árido-semiárido, que en su borde occidental limita con la provincia de Mendoza.
Lo cierto es que «el Brangus se adapta muy bien a caminar el monte, y se mantiene mejor porque camina más» y, por sus características genéticas, «permite lograr mejores índices de preñez en un entorno con temperaturas cada vez más altas». Además, es «una cruza que da muy bien para hacer novillos de exportación».
Señaló que «la primera venta de Brangus la hice el año pasado, y el mismo criador volvió a comprarme este año; lo prueban y lo siguen usando», afirmó.

PREFERENCIA. Para Ricardo Ziegenfuhs, la mejor valoración del Angus colorado se debe a su adaptación a altas temperaturas y a un rendimiento en gancho que -asegura- puede ser de 20 a 30 kilos más. FOTO / Revista Campo Andino & Agroindustria.
«Nosotros normalmente vendemos muy bien, porque tenemos una clientela lograda», comentó Ziegenfuhs. «Este año, en enero ya vendimos algo, pero empezamos firme en marzo-abril, porque el cliente sabe que viene y elige». Reveló que «el 70% de los toros se venden en el campo, y queda nada más que lo que va a exposición».
El cabañero piquense explicó que «hacemos todo el circuito pampeano, vamos a Mercedes (San Luis) donde se vende muy bien, y algo también en Córdoba y algo en la provincia de Buenos Aires».
En cuanto a cómo impacta en su negocio el panorama del sector ganadero y el contexto económico, en general, una sola frase sirve para hacerse una idea: «Nosotros vendemos a 90 días».
De manera que -aunque la interpretación corre por nuestra cuenta- en este escenario de inflación y de incertidumbre crecientes, el clima de negocios está muy enrarecido para una actividad de mediano-largo plazo como la ganadería.
Baste señalar, en ese sentido (aunque es sabido, no está de más subrayarlo) que, desde el punto de vista del criador que adquirió reproductores este año y los pondrá a trabajar en el próximo servicio, los resultados se verán en la zafra del 2025. Ese tiempo, en Argentina (sobre todo en la Argentina de hoy) es una eternidad.
Para el cabañero, lo mismo. Si no, remitámonos a los hechos. Ziegenfuhs puso como ejemplo, en este sentido, una operación que hizo a principios de agosto cuando fue invitado a un remate en Salliqueló (en el Centro-Oeste de la Provincia de Buenos Aires). «Creí que había vendido bien los toros… pero al día siguiente de las elecciones (primarias) valían mucho más; y a esos toros los voy a cobrar el 10 de octubre».
Pero es consciente de que (al margen de la calidad del producto, por supuesto) la financiación es parte esencial del negocio de las cabañas. «Acá (refiriéndose a los plazos de pago establecidos para el remate en La Rural de Pico), podemos decir que no quedamos tan lejos; pero comúnmente vendemos a 90 días libres«.
Reconoció que este año «la venta, en general, no es fácil, pero la realidad es que una cabaña tiene los toros y los tiene que vender; no los puede guardar en el freezer». Así es que «si un año perdemos, quizás ganemos el año siguiente”.
«La Cabaña es más por pasión que por plata», aseguró Ricardo Ziegenfuhs. Apuntó que «este toro (refiriéndose al que se alzó con el máximo galardón) hace 4 años que está planificado». Resumió que «uno siempre va trabajando con visión de futuro; no es posible quedarse un año parado, porque eso significaría perder… pero no siempre se gana».
ANGUS COLORADO CABAÑA "LA CIRILA" GENÉTICA BOVINA EN LA PAMPA RICARDO ZIEGENFUHS