VITIVINICULTURA
CONTINGENCIAS
Aparte de lo que molió la piedra, las heridas que dejó podrían ocasionar podredumbres. Es que quedan casi 2 meses hasta cosecha, con probabilidad de lluvias.
PELADO. Este espaldero muestra la agresiva defoliación sufrida como consecuencia de la granizada del miércoles por la noche. FOTO/GENTILEZA Romina Molina.
Defender lo que quedó. Después del granizo; que se llevó parte de lo que quedó… después de la helada. Ésa parece ser la consigna, ahora, luego de los daños que provocó la última granizada que se abatió desde las 11 de la noche del miércoles sobre cultivos (particularmente de vid) en el Este de la provincia de Mendoza.
La piedra pegó muy duro. Lo sintieron quienes había salido indemnes de las heladas del 31 de octubre y el 1° de noviembre. Porque muchos de quienes tuvieron cultivos expuestos a aquellas dos frías madrugadas de primavera, ya no tenían qué perder. Lamentablemente.
En principio, las zonas más afectadas ahora por la granizada serían Medrano, tanto la parte de ese distrito que está en jurisdicción de Rivadavia como la que pertenece a Junín, y El Ramblón y Montecaseros, en el Departamento San Martín.
Los cultivos, allí, habrían sido golpeados particularmente por uno de los núcleos graniceros formados en la zona del dique El Carrizal que, algunos productores que compartieron información momentos antes del fenómeno, dijeron haber visto en imágenes relevadas por los radares de la Dirección de Contingencias Climáticas de la Provincia.
Al parecer, ese frente al menos, ingresó a la zona productiva con trayectoria de Sudoeste a Noreste, para enfilar luego hacia el Norte y el Este del territorio. De Medrano habría seguido por La Colonia y la propia ciudad de Junín; de allí habría hacia el Norte, afectando a El Ramblón y Montecaseros (San Martín).
Aunque el hecho es muy reciente para tener precisiones, está claro que el fenómeno provocó daños dispares. Mucho mayor en viñedos -por ser el cultivo que prevalece en la región- y más en unas zonas que en otras, en este caso debido a que las tormentas graniceras difícilmente tengan tan amplio impacto territorial como una helada o un viento Zonda, por ejemplo.

TAPIZ. En este parral, las hojas que cubren el piso ya no estarán para atender la demanda de lo que queda de esta campaña, ni generar reservas en función del siguiente ciclo. FOTO/GENTILEZA Romina Molina.
Quienes tienen presencia en el territorio (dicho sea de paso) son los técnicos del Centro de Desarrollo Vitícola de la Zona Este de Mendoza, que opera desde la Agencia de Extensión Rural de la Estación Experimental Agropecuaria Junín del INTA.
Romina Molina, coordinadora de ese Centro, habló con Campo Andino sobre el panorama que dejó la granizada, dijo que «aunque que hay propiedades donde los daños rondaron hasta el 80% o más, de modo preliminar se podría estimar que, por lo menos, ha superado el 60% en Medrano, y que un impacto similar puede haber tenido en Montecaseros».
Tras haber relevado parte de la zona afectada (lo que alcanzó a recorrer este jueves) y recibido reportes de sus colegas y de productores e instituciones que operan en otros distritos del Este provincial en vinculación con la unidad que coordina, Molina trazó el itinerario que parece haber seguido la tormenta que se abatió sobre el «paño» de vid más grande del mundo (el Este mendocino) poco antes de culminar la jornada del miércoles.
«La primera zona productiva que afectó, y en mayor medida, fue Medrano -sobre todo en la parte que pertenece a Junín, que es lo que más recorrí- pero también tenemos referencias de cultivos muy dañados en el sector de ese distrito que está en jurisdicción de Rivadavia», indicó.
Molina señaló que, por ser una zona con muchos viñedos de Malbec (y considerando que las bodegas donde van esas uvas ofrecen buenos valores), «hay muchos cultivos bajo tela… aunque no sabría decir qué superficie».
Pero, en explotaciones no protegidas, «el impacto ha sido muy fuerte; hay fincas donde se llevado hasta el 80%, pero podríamos decir que por encima del 60% de daño tiene que haber en ese distrito», en los viñedos que no están cubiertos con malla antigranizo.
Afectó «también a Rodríguez Peña (Junín, en un sector lindero con Medrano)»; y después, «hubo una franja de daño en El Mirador y en Reducción (Rivadavia) que podría rondar el 30% aproximadamente», dijo Molina.
Otra zona bastante afectada, ya en San Martín, fueron los distritos «El Ramblón y Montecaseros, en este último caso con daños de una dimensión similar a la que pudimos ver en Medrano, alrededor del 60% o un poco más», apuntó.

RACIMOS enteros y bayas fueron arrancados, y quedaron al pie de las plantas reducidos a una masa verde que remite a la furia del meteoro que se abatió sobre una vasta zona productiva del Este mendocino. FOTO/GENTILEZA Romina Molina.
GOLPEADOS La mayoría de los racimos que no volteó la piedra, quedaron lastimados. FOTO/GENTILEZA Romina Molina.

De allí «hacia el Este, en Alto Verde (una parte pertenece a San Martín y otra a Junín) Ingeniero Giagnoni, Algarrobo Grande y Phillips -en el departamento Junín- hemos tenido registro de lluvia, pero no de daño por granizo».
Molina insistió que «estos números deben ser tomados como lo que son, el resultado del recorrido que pudimos hacer -no hemos podido cubrir todo el territorio- y los reportes que hemos recibido de otros colegas, de productores y de instituciones vinculadas con el Centro de Desarrollo Vitícola».
Pero lo cierto es que, en la zona de Medrano, donde había mucha uva -porque al parecer las heladas de primavera no habían impactado allí en la misma medida que en otras- el granizo ha devastado cultivos y sumido en el desánimo a los productores que venían con la expectativa de una cosecha aceptable.
Si bien el rol del Centro es atender a productores de vid, y en ese cultivo se centraron las observaciones de Molina y los técnicos a su cargo, la profesional aclaró que «la piedra impactó en todas las cadenas productivas». De hecho, comentó que «hay daños en ciruelos, olivos y almendros».
Volviendo a la situación en los viñedos, Romina Molina precisó que el fenómeno impactó en los frutos y en la parte vegetativa. Las hojas que tapizaron la superficie en gran parte de los viñedos del Este mendocino, «ya no estarán disponibles para realizar el proceso de fotosíntesis necesario para alimentar a toda la planta -incluidos los racimos, por supuesto- y generar las reservas en función del ciclo siguiente». De manera que, las hojas que quedaron no darán abasto frente a la demanda de nutrientes.
«Uno a veces entra al viñedo y ve que algunos racimos quedaron en la planta, pero hay que ver en qué estado se encuentran» indicó la referente del Este. «En estos casos, se veían racimos muy lastimados; y esas heridas, habiendo condiciones -elevada temperatura y humedad- les dan entrada a enfermedades, sobre todo podredumbre, y podemos tener daños adicionales muy significativos».
Por eso reiteró que «es importante que el productor defienda lo que le haya quedado en planta, porque las condiciones van a estar, porque vamos a seguir con lluvias», advirtió, y apuntó que la uva que vaya a estar disponible en el mercado va a valer, porque hay poca producción este año.
Molina señaló, entonces, que «más allá del comprensible desánimo del productor que debió sufrir la contingencia, es importante que -apenas pueda ingresar al viñedo, en días sin precipitaciones- haga el esfuerzo y realice curaciones preventivas, para evitar mayores daños por enfermedades y podredumbre».
Porque «todavía queda un mes y medio o dos antes de la cosecha, y teniendo en cuenta las temperaturas y las lluvias que han caracterizado a este tramo del verano en los últimos años, está latente el riesgo de afectación sanitaria».
Dicho sea de paso, los productos que aplique el viñatero se van a «lavar» con las lluvias, por lo que no hay que descartar que sea necesario curar más de una vez hasta el momento de la vendimia.

ROMINA MOLINA. La coordinadora del Centro de Desarrollo Vitícola de la Zona Este de Mendoza advirtió que aún queda un mes y medio o dos antes de la cosecha; y teniendo en cuenta las temperaturas y las lluvias que han caracterizado a este tramo del verano en los últimos años, está latente el riesgo de afectación sanitaria, sobre todo por podredumbre.
Al mismo tiempo, subrayó la importancia que, «ni bien estén habilitados para hacerlo, formalicen la denuncia» ante el organismo competente.
Eso, «además de facilitar la tramitación las ayudas que pudieran corresponder, nos permitirá tener idea más precisa de las zonas afectadas y los daños ocasionados por el fenómeno porque -reconoció- muchas veces resulta difícil cubrir todo el territorio».
En este sentido, desde el Ministerio de Economía de la Provincia recordaban, horas después de ocurrido el fenómeno, que los productores afectados por el granizo deben formalizar las denuncias en delegaciones y centros receptores de la Dirección de Contingencias Climáticas, «dentro de los 10 días hábiles posteriores a la fecha del siniestro».
Romina Molina coordina desde hace un par de meses el Centro de Desarrollo Vitícola de la Zona Este de Mendoza. Esa unidad (como el resto de sus homólogas, ubicadas en distintas regiones) surgió a partir de la vinculación de la Corporación Vitivinícola Argentina y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria.
El Centro del Este tiene base en la Agencia de Extensión Rural dependiente de la Estación Experimental Agropecuaria Junín, en ese Departamento, sobre la calle Isidoro Busquets, en el distrito La Colonia. Allí asesoran de manera gratuita a productores que tengan inquietudes o consultas relacionadas con problemas agronómicos.
Molina está (cuando no en el territorio) en ese Centro, junto con otro de sus colegas; y hay otros tres -uno en San Martín, otro en Rivadavia y otro en Santa Rosa (en este caso cubre también La Paz)- asistiendo a viticultores de esos departamentos. El Centro está habilitado de lunes a viernes de 8 a 16, y allí pueden dirigirse los productores que requieran asesoramiento técnico para optimizar el manejo del viñedo. En cualquier circunstancia, no sólo en situaciones excepcionales, como la que se dio en estos días.
CENTRO DE DESARROLLO VITÍCOLA COVIAR DAÑOS POR GRANIZO EN VIÑEDOS ESTE DE MENDOZA INTA ROMINA MOLINA