MEDICINALES
AVANCES
Apunta a expandir toda la cadena de valor, desde la producción hasta el proceso en laboratorio. Al mismo tiempo, avanza en el estudio del cannabis industrial.
Con 25 proyectos distribuidos en todo el territorio nacional, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria articula con el sector privado la expansión de la cadena de valor del cannabis para uso medicinal, mientras que avanza con estudios para la producción de cáñamo, la fibra de uso industrial que se obtiene de la misma planta.
Entre otras iniciativas se destacan, por ejemplo, la que llevan adelante el INTA Patagonia Norte y la Asociación Civil Ciencia Sativa (ACCS), que trabajan en la inscripción de la primera variedad del INTA en el INASE; o el convenio del INTA Pergamino con la empresa Pampa Hemp, que está enfocado en el mejoramiento de la especie para crear un banco de semillas.
El cannabis se utiliza desde hace siglos en distintas culturas alrededor del mundo, para diferentes fines. Entre ellos, el medicinal. La investigación médica y científica del uso medicinal del cannabis y sus derivados tiene oficialmente solo cuatro años en la Argentina, desde la sanción de la ley nacional 27.350.
La “Ley de Cannabis medicinal” -nombre que recibe la norma sancionada en 2017- es el marco legal para el estudio de Cannabis spp. bajo estándares de calidad y control, mediante la investigación científica y estudios agronómicos.
En este contexto, organismos de ciencia y técnica, como el INTA, dependiente de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, trabajan en la obtención de materiales vegetales, desarrollo de técnicas de manejo y metodologías específicas para la producción de la planta de cannabis y sus derivados, como el aceite medicinal, entre otros.
Silvina Lewis, directora del Instituto de Recursos Biológicos (IRB) del Centro de Investigaciones y Recursos Naturales (CIRN) del INTA, aseguró que “los avances del INTA han sido muy importantes en algunos proyectos, como el de Patagonia Norte o el de Pergamino, que han logrado articular con varios actores que trabajan con el cultivo, o que forman parte de algunas de las etapas del ciclo productivo de la planta de cannabis”, indicó.
Lewis, que es responsable titular -por el INTA- ante el Consejo Consultivo Honorario (CCH) de la Ley 27.350, apuntó que “nuestros investigadores empiezan a conocer la planta, analizarla, verla crecer y cómo se comporta”, y que “ese expertise se está generando desde los grupos de trabajo, sobre todo aquellos que se asocian con terceros”. Por ejemplo, los que vinculan al INTA “con municipios, provincias, asociaciones civiles de cannabicultores, laboratorios, empresas públicas y privadas”.
Reveló, por otra parte, que actualmente se está trabajando en un documento de Red de Cannabis que incluirá todo lo que se está haciendo en cannabis medicinal y, además, líneas de trabajo relacionadas a cáñamo industrial.
Ese uso del cannabis se incluye en la Ley 27.669, promulgada en mayo de este año. Establece un marco regulatorio para la cadena de producción tanto de cannabis medicinal como industrial.
“A partir de esta ley, la Argentina tiene la oportunidad de retomar con una industria que fue muy próspera en la década del 70”, señaló por su parte Carla Arizio, investigadora del Instituto de Recursos Biológicos y referente en la temática.
El cáñamo es una planta con gran variedad de usos, y Argentina tiene muchas posibilidades de cultivarla, en su vasto territorio y teniendo en cuenta su diversidad de regiones agro-climáticas.
“El desarrollo de esta industria dependerá de muchos otros factores, pero tenemos condiciones y estamos articulando con diferentes organismos del Estado y otras instituciones para importar germoplasma” adecuado al destino específico que tendrá el producto final, subrayó Arizio.
Para obtener germoplasma de calidad, el INTA considera fundamental tener una correcta trazabilidad de los procesos, en el programa de mejoramiento. Desde la siembre de la semilla hasta obtener el producto final. Además, asegurar buenas condiciones sanitarias de los materiales vegetales propagados, que deberán ser homogéneos y estables en sus características. “Se busca una planta que, en su composición química y perfil de cannabinoides, responda a las necesidades de salud”, explicó Carla Arizio.
CÁÑAMO CANNABIS DE USO MEDICINAL CANNABIS SPP. INSTITUTO DE RECURSOS BIOLÓGICOS INTA LEY DE CANNABIS MEDICINAL ARGENTINA LEY NACIONAL 27.350