GANADERÍA

POLÍTICAS

El negocio ganadero no es sostenible en este contexto inflacionario

14 de diciembre de 2021

La inquietud fue expuesta por la dirigencia ruralista del Norte de La Pampa que, por otra parte, comparte problemas con territorios de Mendoza y San Luis.


Los sucesivos encuentros convocados en el marco del relanzamiento del Plan Ganadero Provincial de La Pampa, permiten reforzar un par de conceptos sobre la coyuntura y las potencialidades del sector; pero también sobre la incertidumbre que se cierne sobre el futuro de la actividad… en todo el país.

Junto con ello, queda de manifiesto la diversidad -en algunos casos muy marcada- de escenarios productivos dentro de una misma provincia y, por lo contrario, las notables similitudes entre zonas de provincias vecinas.

Estas facetas comunes activan mecanismos de interacción entre productores ganaderos dispersos en vastos territorios, en una estrategia de mejora competitiva coordinada -sobre todo- desde organismos técnicos nacionales.

Ejemplo de ello es la Jornada de Destete Precoz convocada para este jueves en la Agencia de Extensión Rural Unión (San Luis) por la Plataforma de Innovación Territorial de la Zona Semiárida Central del INTA, coordinada desde la Experimental Junín (Mendoza), y que abarca parte de esa provincia, de San Luis y de La Pampa.

LAS DOS REALIDADES

Lo cierto es que, desde la segunda quincena de noviembre, la Dirección de Ganadería (dependiente de la Subsecretaría de Asuntos Agrarios del Ministerio de Producción de La Pampa) viene convocando a una serie de encuentros de productores para mostrar los ajustes que ha tenido el Plan Ganadero provincial, cuya versión original data de 2005.

Ése fue el motivo por el que este lunes (ayer) el director, médico veterinario Marcelo Lluch, estuvo en la Sociedad Rural de General Pico, entidad que es parte de Confederaciones Rurales Argentinas a través de su adhesión a Carbap, la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa.

Los corrillos que matizaron el encuentro realizado en la entidad de Noreste pampeano sirvieron para evidenciar, asimismo, que se está lejos de salvar la brecha entre dos planos de la realidad que no deberían estar disociados para que las cosas funcionaran.

Tenemos, por un lado, la vocación emprendedora y la capacidad productiva del sector privado (generalmente en consonancia con la gestión técnica de organismos provinciales y nacionales).

Por otro, el plano de las decisiones políticas que -en este caso, desde el Gobierno nacional- parecen ir a contramano de la sostenibilidad de una actividad que es crucial para la continuidad de decenas de miles de explotaciones y la supervivencia de otros miles de pueblos diseminados a lo ancho y a lo largo del territorio nacional.

EFICIENTE Y DIFERENCIADA

Hablando de la iniciativa oficial, el director Marcelo Lluch remarcó que “lo fundamental es trabajar sobre la eficiencia en lo productivo y en lo ambiental”, y apuntó al agregado de valor -junto con una adecuada estrategia de promoción- y al manejo del bosque nativo, como ejes centrales del remozado Plan Ganadero.

En diálogo con Campo Andino, el funcionario ponderó la mejora de los índices productivos lograda por los ganaderos pampeanos en los últimos 15 años. Aseguró que subieron de un promedio de 52% de terneros logrados en 2005, al 64% en la actualidad. Lo atribuye, en buena medida a la implementación -como obligatorio desde aquel momento, justamente- del Plan Provincial de Control y Erradicación de Enfermedades Venéreas.

Pero aclaró que en los departamentos del Norte o del Sudeste esos índices llegan a superar largamente el 80%; aunque hay otros (los del Oeste) muy complicados por la seca por lo que, además de haber disminuido el stock ganadero, bajaron mucho el porcentaje de terneros logrados para quedar “entre el 34% y el 35% en el último año”.

En opinión de Lluch, “tenemos que articular entre productores y Estado para lograr una ganadería eficiente y diferenciada, y defender así una actividad que, para La Pampa, es primordial”. Apuntó que “el 75% del territorio está cubierto por monte o bosque occidental, y está cautivo de la ganadería, más o menos intensiva”.

El restante 25%, que son las mejores zonas de la provincia (en toda la franja Este), está con agricultura o con sistemas mixtos intensivos. En cualquier caso, “es una actividad movilizadora de los pueblos” advirtió, por lo que “tenemos que trabajar en conjunto para poder diferenciarla y potenciarla”.

El Gobierno provincial se propone apalancar ese impulso a través de varias líneas de crédito a tasa subsidiada que habilitó el Banco de La Pampa. De hecho, Lluch estuvo en Pico acompañado por un funcionario del área de asistencia financiera, quien detalló aspectos operativos de las herramientas crediticias disponibles para el sector.


MARCELO LLUCH. El director de Ganadería de La Pampa planteó la necesidad de “articular entre productores y Estado para lograr una ganadería eficiente y diferenciada, y defender así una actividad que, para la provincia, es primordial”. FOTO/CAMPO ANDINO.


CADA UNO EN SU MEDIDA

Desde el sector privado valoran el esfuerzo, aunque relativizan el impacto que pueda tener esta estrategia de financiamiento, en términos reales. Pero enseguida veremos esas opiniones. Porque ahora, cabe sumar un par de párrafos sobre cuestiones estrictamente productivas.

La Pampa ocupa el sexto lugar en existencias bovinas. Un ránking que lidera cómodamente la provincia de Buenos Aires, con 20,4 millones de cabezas según el último registro oficial. Esto es un poco más que la suma de las cuatro que le siguen: Santa Fe, Córdoba, Corrientes y Entre Ríos, en ese orden.

El rodeo pampeano, con alrededor de 3,2 millones de cabezas, multiplica por casi 2,3 al de San Luis y por 8 al de Mendoza (que, dicho sea de paso, no entra en el “top ten” nacional). Pero, aun así, estas tres provincias comparten territorios con problemáticas comunes, y empiezan a trabajar sobre estos puntos de confluencia.

Es que, aunque cada una con su dimensión, tienen objetivos compartidos… como así también algunas acechanzas del entorno y, por qué no, ciertas debilidades.

Por ejemplo, así como Mendoza se ha fijado (en el Plan Estratégico que lleva adelante el Cluster Ganadero provincial) terminar, dentro de su territorio, el mayor número posible de terneros nacidos en sus campos de cría, el doctor Lluch planteaba la necesidad de evitar que los terneros “pampeanos” se vayan de la provincia sin haber pasado a otra categoría, y con el máximo agregado de valor posible.

De hecho, La Pampa tiene una industria frigorífica de relevancia, y hay dos o tres proyectos nuevos a punto de entrar en ejecución, lo que potenciaría su cadena de ganados y carnes. En ese punto, precisamente, el director del área cree que hay que trabajar.

Por eso, en su opinión, antes que pensar en aumentar el sotck, cree necesario (como ocurre en el resto del país) implementar las tecnologías de manejo que permitan producir más terneros con el mismo plantel de madres.

Porque -dicho sea de paso- en zonas con ecosistemas más frágiles (aquí aparece una debilidad compartida) ya cometieron el error de forzar la capacidad de carga de los campos… como suele pasar en Mendoza, y probablemente en otras regiones del país también. Y ya se sabe cómo termina “la película” cuando el clima “le suelta la mano” al productor, y las lluvias son menos frecuentes, traen menos agua, o llegan a destiempo.

MITAD LLENA, MITAD VACÍA

La verdad es que los planteos del director de ganadería y su apertura a la interacción con el sector productivo fueron muy bien valorados por los referentes sectoriales del Norte pampeano.

De hecho, el presidente de la Sociedad Rural de General Pico, ingeniero agrónomo Juan Fernández Madrid, destacó que “Marcelo Lluch ha sido muy franco; ha planteado un diálogo muy llano; presentó la propuesta del Gobierno provincial y ahora nos toca analizar los alcances y las posibilidades que tiene esto para nosotros”.

La cuestión es que el funcionario (lo dijo en estos términos a Campo Andino) cree que “más allá de las discusiones de coyuntura -que son más decisiones políticas que técnicas- el marco general es muy auspicioso, estamos muy bien posicionados”.

Los ganaderos, en cambio, (si bien no lo expresaron con estas palabras, por lo que la interpretación corre por nuestra cuenta) creen que, aunque las perspectivas son auspiciosas, la coyuntura podría llegar a ser mucho más que “el aquí y el ahora”, y terminar condicionando los escenarios futuros de la actividad.

Planteado así el razonamiento, implicaría estar poniendo énfasis en “la mitad vacía de la copa”. Algo que, si así fuera, sería comprensible. Porque es cierto que la demanda está, y que hay un sector productivo con capacidad de respuesta, pero no sería la primera vez que hayamos visto pasar de largo las oportunidades, por decisiones políticas restrictivas de la actividad económica, que prácticamente no dejan margen de maniobra.

Además, las “coyunturas” argentinas son sui generis. Cada vez que uno se enfrenta a esa “combinación de factores y circunstancias en un momento determinado”, nunca tiene claro cuánto puede durar ese “momento”. Hasta podría llegar a ser (más o menos, y para que se entienda) como tratar de dilucidar a qué nos referimos con “única vez”, cuánto hablamos de algunos de esos tributos que, desde la política, deciden imponernos… “por única vez”.

Esto está directamente vinculado con las decisiones de los actores económicos. Incluidos los ganaderos. En este caso, y aunque es sobradamente sabido, quizás no esté de más recordarlo: No es posible parar hoy la “fabricación” de terneros (o sea… de la carne futura) bajando una palanca; y subir esa palanca en 15 días, en 30 días o en dos meses, para reactivar la “línea” de producción.

Las terneras que el productor no dejó para madres, o los vientres o los toros que no repuso, o la invernada que no ingresó a los corrales porque los números no cierran, etc., no pueden “bajar de la estantería” en cualquier momento, para que todo siga como si nada hubiera pasado. Como no es posible sembrar una pastura o pasar el rolo para bajar el monte (según la zona), fuera de la época propicia para hacerlo. Es biología; hay un momento oportuno para cada cosa… y son procesos extendidos en el tiempo.


JUAN FERNÁNDEZ MADRID. El presidente de la Sociedad Rural de General Pico (La Pampa), valoró que la Provincia esté reimpulsando el Plan Ganadero, “pero nosotros nos encontramos con problemas mayores, que básicamente pasan por la política inflacionaria” dijo, y advirtió: “El negocio ganadero (o cualquier otro) no es sustentable con inflación. Ésa es nuestra mayor preocupación”. FOTO/CAMPO ANDINO.


LA PROVINCIA NO ES LA NACIÓN

No caben dudas de que el director de Ganadería tiene esto muy claro. No sólo por su condición profesional. Sino porque es productor ganadero también. Pero cumple un rol estrictamente técnico, como aclaró en un tramo del diálogo. Además, viene con un soporte de política pública que, según reconocen en el propio sector, interpreta lo que la actividad necesita, y sigue abierta a los aportes que pudieran enriquecerla.

Pero las demandas del sector “superan lo provincial”, como dijo Juan Fernández Madrid en diálogo con Campo Andino. “Preferimos separar lo macro de lo local”, remarcó el presidente de La Rural piquense.

“Un plan ganadero provincial tiene sentido, como está planteado, en lo referido a mejorar la eficiencia productiva; la infraestructura; a fomentar que no se vayan los terneros y que saquemos un producto industrializado; a promover la ruralidad, que es algo que nosotros impulsamos y para lo cual deberíamos tener mejores caminos y llegar al territorio con las tecnologías de comunicaciones… para que la gente vuelva al campo”, puntualizó el dirigente que, dicho sea de paso, es consejero -por CRA- del Centro Regional La Pampa-San Luis del INTA, y está involucrado con el impulso al desarrollo local.

Entonces, “está bien que la Provincia lleve adelante estas iniciativas -indicó- pero nosotros nos encontramos con problemas mayores, que básicamente pasan por la política inflacionaria”.

Apuntó, en ese sentido, que “la Provincia subsidia tasas (para acompañar el financiamiento de inversiones en el sector), pero estamos con una inflación muy alta; y el negocio ganadero (o cualquier otro) no es sustentable con inflación. Ésa es nuestra mayor preocupación”.

LES GUSTA CONTROLAR

Por otra parte, en relación con el Plan Ganadero que anunció el Gobierno de la Nación, dijo que “ahí… soy bastante más escéptico; me parece que a nivel nacional no es lo mismo que a nivel provincial”. Cree que en el plano nacional “no haría falta lanzar ningún plan ganadero”. Fue terminante al afirmar: “Si me preguntaran si lo tenemos que hacer, diría que no”.

Según el dirigente ruralista, “las medidas que se toman desde los gobiernos debieran apuntar a promover la producción”. Recordó, por ejemplo, que “el INTA tuvo sus inicios en la necesidad del país de fomentar la producción”, y subrayó que “es lo que tendría que hacerse ahora, porque incrementarla y potenciarla es perfectamente factible”.

Advirtió que, para eso, “hay que dejar que los productores hagan su trabajo”; pero reconoció que “son decisiones políticas y cada uno tiene su manera”. Aseveró que “a nosotros nos gusta el libre mercado… y a los gobiernos les gusta más controlar”. El presidente de La Rural de General Pico advirtió que “las políticas restrictivas desalientan la producción y dejan de lado a una franja de productores que son siempre los que tienen menos potencial” para soportar las consecuencias de esas limitaciones impuestas desde el poder político.

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