RECURSOS HÍDRICOS
PANORAMA
Carlos Sánchez, funcionario del Departamento General de Irrigación, señaló que cierra un año que fue atípico, por los grandes caudales que hubo en distintas cuencas, tras las copiosas nevadas invernales.
AFLUENTE. La subcuenca de Horcones, una de las que alimenta al Río Mendoza, hace una semana que ya no aporta agua de deshielo. FOTO / Revista Campo Andino & Agroindustria.

Las altas temperaturas y las profusas nevadas que se registraron en la Cordillera de Los Andes colmaron los cauces del río Mendoza, al punto que el agua llegó -después de muchos años- hasta las inmediaciones de Guanacache (departamento Lavalle) en el Norte de la provincia de Mendoza.
Al mismo tiempo, las lluvias registradas en departamentos como Luján de Cuyo y Maipú (pocos kilómetros al sudeste de la ciudad de Mendoza), hicieron un aporte considerable, todo lo cual configuró una temporada excepcional, luego de una década y media de sequía en la provincia cuyana.
Aunque lo bueno dura poco; porque el recurso hídrico de este ciclo se va agotando. De hecho, «las estaciones nivométricas marcan que no queda mucho de deshielo» dijo el jefe de Distribución del río Mendoza, Carlos Sánchez.
El funcionario explicó que «el río Mendoza proviene de dos subcuencas, la de Horcones y la de Tupungato, que es la más importante». En la de Horcones, hace una semana ya no quedaba prácticamente nada, y del lado del Tupungato, «algo queda de aporte glaciar y periglaciar», por lo que «luego de los grandes caudales, los aportes del deshielo están llegando a su fin», señaló.
«El caudal que trae el río Mendoza a partir de una ola de calor extraordinaria produjo un continuo de caudales importantes con el río lleno. Por lo tanto, desde el Departamento General de Irrigación tomamos una parte de ese caudal para riego y para abastecimiento poblacional», explicó.
Lo que sobró -que no puede captar el sistema de riego- fue evacuado por el dique Cipolletti, aguas abajo. «Durante enero, ya sobre la última quincena, Irrigación empezó a hacer erogaciones un poco más importantes», admitió Sánchez.
«Hay días que nos ha aportado cerca de 160 metros cúbicos por segundo. Como para dimensionar: lo que estaba pronosticado era alrededor de 100 metros cúbicos como promedio para enero y 75 metros cúbicos promedio en febrero», reveló el jefe de Distribución del Río Mendoza.
Lo cierto es que el calor ha impulsado los caudales hasta unos 150 kilómetros al Norte de Mendoza, al punto de rozar los límites con la provincia de San Juan. En el Este mendocino, a mediados de este mes, el agua llegó a 60 kilómetros del río Desaguadero, cuyo tramo medio es el límite entre Mendoza y San Luis.
En los últimos diez días, bajaron los caudales de los ríos debido a que las temperaturas fueron más bajas. Pero hasta hace una semana el río Mendoza seguía por encima de los 100 m3/s, con lo cual el embalse Potrerillos seguía lleno, e Irrigación continuaba evacuando; aunque unos días después comenzó a liberar menos agua. Los cambios en el clima que se observan en Mendoza replican lo que ocurre en otras latitudes.
Carlos Sánchez remarcó, en ese sentido, que «es un año atípico; venimos de un período de 15 años de escasez hídrica, solo interrumpido por el período 2015-2016, que fue bueno, cercano a la media, pero no tan abundante como este 2024». Recordó que «el año pasado, a duras penas alcanzamos 800 hectómetros cúbicos de derrame del río Mendoza».
CARLOS SÁNCHEZ CAUDAL DE RÍOS DE MENDOZA DEPARTAMENTO GENERAL DE IRRIGACIÓN