GANADERÍA
COMPETITIVIDAD
Convocados por el Cluster, tuvieron su primer foro y se preparan para otros tres. Cerrarán, a mediados de 2023, definiendo acciones estratégicas a futuro.
Con el respaldo de un sistema de información estratégica que se consolida como herramienta para orientar la toma decisiones a mediano y largo plazo, el Cluster Ganadero de Mendoza puso en marcha el proceso de actualización del Plan de Mejora Competitiva para la ganadería bovina provincial.
Fue la semana pasada, en el Valle de Uco, donde se reunieron productores, técnicos y referentes institucionales de toda la provincia, en el primero de cuatro foros durante los cuales definirán el rumbo a seguir y las acciones que permitan lograr los objetivos fijados.
El encuentro -realizado en Eugenio Bustos, San Carlos- estuvo centrado en el diagnóstico del sector. Los asistentes pudieron acceder a información estadística sobre la situación de la ganadería bovina provincial, y participar en el diagnóstico y reconocimiento de la situación actual de la actividad y de sus principales problemáticas.
A este primer foro le seguirán otros tres. El segundo fue programado para marzo de 2023, en San Rafael, y estará focalizado en el análisis de la visión, misión, objetivos y líneas de acción del sector. Así surge de un documento emitido por el Cluster, un organismo público-privado provincial, de carácter técnico, cuyo rol es relevar las necesidades del sector productivo y generar alternativas y proyectos de mejora.
Dos meses después, en mayo, los ganaderos mendocinos tendrán su tercer foro. Será en General Alvear. Allí definirán las estrategias de acción como sector y, en un cuarto foro -a realizarse en junio de 2023 en un lugar a determinar de la zona Noreste de Mendoza- serán presentados los resultados del trabajo realizado en las tres convocatorias previas.
Por lo pronto, cuestiones relacionadas con la infraestructura pública (caminos, electrificación, acueductos, telecomunicaciones), ocuparon un espacio destacado en la agenda del Foro de San Carlos, que permitió abordar otros cinco ejes temáticos: desarrollo productivo (infraestructura intrapredial); capacitación; sostenibilidad ambiental y social; sistema de información estratégica; proyectos estratégicos y financiamiento a través de herramientas específicas habilitadas por el Gobierno de la Provincia de Mendoza, y de fondos nacionales.
El informe presentado en el Valle de Uco es extenso y muy detallado, y abre una serie de tópicos a partir de cada una de las unidades temáticas mencionadas. De ellas tomaremos algunos datos, sobre todo los relacionados con la caracterización de la actividad, en esta provincia.
Con un total de 450.000 cabezas, la ganadería bovina representa, a la fecha, un tercio del stock total de animales en Mendoza, que -dicho sea de paso- sigue liderado por la producción caprina con algo más de 662.000 ejemplares (poco menos de la mitad del total). Ovinos, porcinos y equinos, en ese orden, suman alrededor del 20%.
En la composición del Producto Bruto Geográfico de Mendoza, la ganadería tiene una participación relativa menor. De hecho, el sector agropecuario, en su conjunto, ocupa el sexto lugar en producción bruta.
Dentro de ese sector de la economía, la cría de ganado bovino y caprino se ubica en segundo lugar (con un 13%) detrás de la vitivinicultura, que representa el 52% del PBG agropecuario de Mendoza, según el reporte.
Dos tercios del rodeo bovino de Mendoza se concentra en los tres departamentos del Sur. El mayor stock lo registra San Rafael, con casi 150.000 cabezas (un tercio del total provincial). Le siguen General Alvear, con casi 84.500 y Malargüe, con algo más de 64.000. Son todos datos de este año, y están contenidos en el resumen que difundió el Cluster al cierre del foro realizado la semana pasada en Eugenio Bustos.

La provincia tiene alrededor de 9 millones de hectáreas (más o menos del 60% de su superficie) aptas para la actividad ganadera. De ellas, 450.000 están en zonas irrigadas, donde se hace recría y algo de engorde. Pero lo que -por ahora al menos- define al grueso del negocio ganadero en Mendoza, es la cría, que se desarrolla en el secano, sobre pastizales naturales.
Son territorios con muy pobres regímenes de lluvias. Por eso el pasto -generalmente- es escaso; y aunque eso implica fuertes restricciones al momento de definir la carga de los campos, la ganadería es la única actividad posible, aunque resulte mucho más difícil de llevar adelante, en comparación con otras zonas del país.
A lo largo de las últimas dos décadas, las existencias bovinas fluctuaron notoriamente en Mendoza. Frente a picos que llegaron a rozar las 600.000 cabezas en los años 2003, 2006 y 2007, por ejemplo, hubo valles como el de 2012, cuando el stock no llegó a las 400.000, o el de 2021, sin ir más lejos, cuando apenas superó esa cifra.
Hoy, los campos mendocinos tienen un número de vacunos muy similar al registrado en el año 2000, aunque con un porcentaje de destete (57%) que, sin ser el mejor de la serie histórica, se ubica 6 puntos por encima del promedio registrado en la provincia, en lo que va del milenio.
Es que, en términos de productividad del rodeo bovino de cría de Mendoza, los buenos desempeños del 2002 o el 2017, cuando fue superado el 60%, fueron drásticamente recortados por varios años que quedaron por debajo del 50%.
Entre ellos, el 40% (más o menos) de destete registrado en 2021 y en 2011, y el pésimo 2004, cuando el sector no llegó a destetar el 30% sobre el plantel de vientres existentes aquel año. Así lo refleja el gráfico (que compartimos) elaborado por el Cluster Ganadero de Mendoza y presentado en este Primer Foro realizado en San Carlos.

Lo cierto es que el 57% de destete de este año está dentro del rango del promedio nacional de Argentina. A pesar, inclusive, de las condiciones en las que se desarrolla la cría bovina en Mendoza.
Es que, en la provincia andina, la actividad tiene lugar en zonas semiáridas, donde las lluvias anuales son muy escasas. Del informe que presentó el Cluster se desprende que el promedio más alto en los últimos 20 años se registró en el Valle de Uco, con alrededor de 280 mm/año. Un poco menos en el Sur, con 260 a 270 mm. En el Este y el Norte, el promedio fue de entre 160 y 170 mm de agua caída.
Aparte, todas las zonas registran varios años (dentro de esa serie de 20) con lluvias muy cercanas… y por debajo, inclusive, a lo que se considera el “umbral de sequía”, que fluctúa en torno a los 120 mm/año para el Este y el Norte; 180/190 para el Sur y no más de 220 mm/año para el Valle de Uco.
Sobre este punto, el informe recuerda el caso extremo del año 2003, cuando la lluvia caída promedió los 90 mm en toda la provincia de Mendoza. Eso dio lugar a que, al año siguiente, el porcentaje de destete se derrumbara hasta el 27% y se produjeran 58.000 terneros menos (que en el propio 2003, porque el 2002 lo había triplicado en volumen de agua caída), con pérdidas que, expresadas en valores actuales, anduvieron alrededor de los 3.000 millones de pesos, según cálculos del Observatorio del Cluster.
Algo similar pasó, más recientemente, en 2020 y 2021, que quedaron por debajo del 50% de destetes (47% y 40%, respectivamente), tras la baja en las tasas de procreo producto de los magros 190 mm (promedio provincial) durante 2019, y 155 mm promedio en el 2020. En ese lapso, sumando las sucesivas caídas en la producción de terneros de un año para el otro, las pérdidas podrían haber rondado -estimativamente- los 2.000 millones de pesos a valores de hoy.
Está claro (y esto no es novedad, en una ganadería de secano) que las lluvias son el factor determinante; y que en un ecosistema semiárido se vive, cada año, poco menos que al borde de la cornisa.
Pero hay otras variables que inciden. Por un lado, la política macroeconómica (nacional) que con cierta recurrencia desalienta a los sectores productivos. Al punto que, al analizar los pobres desempeños de algunos años, no es tan sencillo distinguir si ha pesado más la seca o las malas políticas.
Esto ha sido así a pesar, inclusive, de una determinada asignación de recursos no sólo de gobiernos locales (el de Mendoza, en este caso, que viene evidenciando una estrategia consistente en este sentido) sino también de la Nación, mediante distintas herramientas de financiamiento. Pero pareciera que cuando los sectores productivos terminan de acomodarse para arrancar en serio, alguien cierra la tranquera… y a volver a empezar.
En medio del clima y la política, está lo que hace (o lo que puede… o lo que quiere hacer) cada uno, del alambrado para adentro. En definitiva, las realidades, dentro de cada establecimiento.
Según el reporte del Cluster, sólo el 40% de los campos posee buena infraestructura de manejo; en el 43%, es regular; en el 12%, es mala; y el 3%, directamente no tiene.
Por otra parte, sólo el 11% de los ganaderos mendocinos aplica un paquete tecnológico en el manejo de su rodeo. El 43% aplica alguna tecnología en forma aislada, y el 46% restante, lleva su establecimiento “a la antigua usanza”.
De hecho, este se refleja -por ejemplo- en el momento del destete. Hace años ya que se insiste en la necesidad de incorporar el destete precoz como práctica regular de manejo del rodeo de cría. Los campos del semiárido mendocino nunca están sobrados de pasto. La comida tiene que quedar para las vacas, que tienen que tomar estado corporal para entrar en celo y preñarse.
Lo cierto es que, el relevamiento que ha realizado el observatorio del Cluster Ganadero de Mendoza, revela que sólo el 4% de los productores desteta terneros de 60 a 90 días. El 13% los tiene 5 meses al pie de la madre. Ese período se extiende a 6 meses en el 28% de los establecimientos; mientras que el 35% de los productores desteta a los 7 meses.
Para cerrar, un tema que puede -o no- tener correlato con lo que acabamos de exponer. El trabajo que presentó el Cluster da cuenta de que el 65% de los productores mendocinos con ganado bovino tiene menos de 50 animales. Entre todos ellos, apenas reúnen el 17% del rodeo provincial.
Si ampliamos el universo, y consideramos a los que tienen menos de 100 cabezas, nos encontramos con que ese grupo representa el 82% de los productores y sus tenencias suman el 32% del total.
Con más de 1.000 cabezas hay sólo 36 productores. Entre ellos, reúnen el 15% del stock bovino total de la provincia.
CLUSTER GANADERO DE MENDOZA GANADERÍA BOVINA DE MENDOZA PLAN DE MEJORA COMPETITIVA