AGROINDUSTRIA
TEMPORADA
En las góndolas, los valores de las latas con mitades están planchados porque el consumo interno no responde. Para colmo, los costos han subido fuerte en el ciclo productivo primario 2024/2025.
CALIBRES. La maduración de variedades tempranas -que concentran buena parte de la oferta- vino adelantada, por lo que esa fruta quedó con tamaño «algo escaso», según admiten en el sector. FOTO / Revista Campo Andino & Agroindustria.

Con algo menos de producción que la última temporada y la «endémica» falta de precisiones sobre el precio que finalmente recibirán los fruticultores, avanza la cosecha de durazno para industrializar en Mendoza.
La verdad es que las expectativas no son muy alentadoras respecto a las posibilidades de salvar costos de producción de la materia prima y quedar con un margen razonable de rentabilidad.
Es que hay un escenario de demanda retraída de un producto (el durazno enlatado, en mitades y en almíbar) cuyo mayor volumen tiene por destino un mercado interno donde los consumidores priorizan otros destinos para sus ingresos, que no terminan de recuperar capacidad de compra.
Al promediar la semana pasada ya estaba culminando la cosecha de la variedad Pavía Catherina en el Valle de Uco. Había iniciado entre el 18 y el 23 de diciembre (en el Este de Mendoza un poco antes), esto es, con casi 10 días de antelación respecto a las fechas normales.
En las quintas valletanas -en el Centro Oeste de Mendoza, donde se concentra el mayor volumen de producción- es común que la recolección dé comienzo alrededor del 2 de enero, luego de pasada la celebración del Año Nuevo.
José Luis Giuliani, productor de Tupungato, arrancó un día antes de la Nochebuena (el 23 de diciembre) con esa variedad, que es temprana, de ciclo corto, y que «este año nos ha quedado con los calibres demasiado justos… no ha tenido buen tamaño», lamentó.
En diálogo con Campo Andino, Giuliani (quien, en representación del sector de la producción primaria preside la Federación del Plan Estratégico del Durazno de Industria, FePEDI), señaló que los frutos «quedaron tirando a chicos» porque «maduraron antes» de lo normal.
Es que «faltó por lo menos una semana… y en una semana un durazno crece, por lo menos, una pulgada». Explicó que «si el 23 de diciembre tenés un fruto de 57 mm, al 2 de enero podría haber llegado con 60 mm… y no es lo mismo».
En cuanto a la sanidad de las plantaciones, parece que no hubo mayores contratiempos, «excepto en algunos sectores donde hubo algo de viruela». Pero, «en términos generales, la sanidad no es el gran problema» .
Admitió que «un durazno afectado por viruela no sirve para la lata, porque donde quedó el piquete no se puede pelar bien, y queda una manchita».
Aclaró, no obstante, que para resolver eventuales episodios sanitarios «no se han podido utilizar productos de alta gama para hacer desinfecciones, porque no dan los costos» .
La falta de tamaño en Pavía Catherina probablemente se va a reflejar en el volumen total de cosecha, que podría ubicarse -según el productor de Tupungato- en «más de 10.000 toneladas menos que la anterior».
Recordemos que el 18 de diciembre el Gobierno de la Provincia difundió la estimación oficial según la cual podrían llegar a cosecha entre 97.000 y 98.000 toneladas, un volumen que se situaba alrededor de 7.000 t menos que la cosecha anterior.
Giuliani dijo estar «de acuerdo con esos números». En su opinión, «estamos dentro de los rangos normales, porque ya no vamos a tener aquellas cosechas de 150.000 toneladas, vamos a estar moviéndonos en un rango de entre 90.000 y 110.000 toneladas como volúmenes normales… siempre y cuando no haya accidentes climáticos como heladas, granizo, etc.».
El productor del Valle de Uco recordó que «el pronóstico de cosecha para esta temporada refleja, precisamente, los menores calibres… ese tamaño un poco más chico» que ha tenido la fruta de esas variedades tempranas.
Cree que tal vez el adelanto de la maduración «incide más en el proceso fisiológico de los duraznos de ciclo más corto, y lo vamos a ver menos en duraznos más tardíos… que van a tener más tiempo para crecer».
El impacto de la maduración anticipada de Pavía Catherina se hace sentir en el volumen total. Es que, «esta variedad es la más implantada» dice Giuliani, y -aunque aclara que no tiene precisiones- no descarta que concentre cerca de la mitad de la superficie total cultivada con durazno para industria en la provincia de Mendoza.
El presidente de la FePEDI se lamenta porque «todavía no está definido el precio que va a pagar la industria», aunque algunos dicen que los valores de los que se está hablando no son los que esperaría el productor, considerando lo que cobraron por la fruta de la cosecha 2024.
Mientras, por otro lado, «los costos han subido muchísimo, porque los insumos, que cotizan en dólares, hace un año tenía un tipo de cambio de referencia de 300 y algo, y este año estamos en mil y pico» de pesos, por dólar.
Además «la mano de obra para cosecha se ha encarecido mucho» aseguró. Reveló que la cosecha de duraznos «está costando entre $ 40 y $ 50 por kilo» .
Giuliani reconoce que «la fábrica a la que yo le vendo me ha dado los anticipos de costumbre para pagar la cosecha y en ese sentido no he tenido problema… pero los costos de producción se nos has ido a las nubes» y se lamenta porque los precios de los que se habla (por la materia prima) «no son los convenientes» .
Admite, eso sí, que «el durazno de industria se vende, prácticamente entre el 60% y el 80% en el mercado interno… y el mercado interno, en Argentina, está destruido» . Apunta que el consumidor «prioriza otras cosas antes de comprar una lata de duraznos».
Advierte que este escenario ha complicado el flujo financiero de las fábricas, que «han tenido que salir a pre-vender (a las grandes cadenas minoristas) para poder hacerse del dinero necesario para para comprar hojalata», el material con el que hacen los envases que contendrá la fruta procesada.
«Imaginate que vas a un supermercado y encontrás latas de 820 gramos a $1.500; $ 1.600 y hasta $ 2.500, dependiendo de la calidad y de la marca», decía Giuliani. «Cuando a esa lata de $ 1.500 al público (que hay mucha oferta a ese precio) le sacás el costo de la hojalata, de la mano de obra, de todos los costos del proceso industrial y de la materia prima… es de suponer que los precios no van a ser buenos» .
Para José Luis Giuliani, el 2025 «va a ser un año difícil… pero para todas las producciones, no solo para las agroindustrias». Recuerda que «también lo vimos en el ajo, en la cereza… los valores que se han pagado por el producto no son los acordes» para cubrir costos y tener rentabilidad.
El referente valletano admitió que «ahora ha bajado la inflación, pero venimos de un proceso que nos va a llevar por lo menos dos años superar… y van a ser difíciles de sobrellevar para el sector productivo, sobre todo en las economías regionales».
TEMPORADA 2025 DURAZNO DE INDUSTRIA