
AGRICULTURA
MANEJO
Ensayos del INTA -que incluyen la reducción del uso de químicos- evidencian notables resultados combinando esos insumos con herramientas mecánicas y digitales, entre otras.
El control de malezas es un desafío constante para la producción agropecuaria. La resistencia y tolerancia de diversas especies a los herbicidas, generan la necesidad de adoptar un enfoque integral que combine herramientas químicas, mecánicas y digitales para garantizar la sostenibilidad de los sistemas productivos.
Los herbicidas son -desde hace más de 50 años- la principal herramienta para el control de malezas. Pero, esa mayor resistencia de ciertos biotipos y la expansión de especies tolerantes, justifican la adopción un enfoque integral.
En este marco, los herbicidas residuales -o pre emergentes- demostraron una alta eficacia en el control temprano de malezas, además de contribuir, por ejemplo, a mitigar los efectos de la chicharrita (Dalbulus maidis), la plaga que afecta al maíz.
En este entendimiento, un equipo de investigación del INTA estudia el uso de herbicidas residuales como alternativa eficiente en el control de malezas.
Sobre este punto, Javier Crespo, especialista del INTA Paraná, detalló resultados de investigaciones realizadas con pre-emergentes.
«Ensayos locales -reveló- demostraron que la aplicación de herbicidas residuales logró al menos un 90 % de eficacia en el control de maíz voluntario (guacho) con diferentes ingredientes activos».
«Sin embargo -aclaró- los casos de malezas resistentes siguen en aumento, por lo que es clave avanzar en el manejo integrado de malezas» .
Al uso de herbicidas se suman otras estrategias de control de malezas. «A través de ensayos con maquinarias, lo que se busca es desarrollar otras estrategias exitosas de control» dijo Crespo.
En esta línea, el investigador explicó que «en colaboración con empresas privadas se evalúan diferentes métodos de control de malezas».
Entre ellos, «los implementos de control mecánico con mínima remoción superficial del suelo; el uso de cultivos de cobertura; la rotación de cultivos; el ajuste de la densidad de plantas; y la distancia entre surcos» .
Todas estas herramientas fueron ensayadas en alternancia con el uso de herbicidas, y esto -además- «contribuye a la sustentabilidad de los sistemas de producción» aseguró Javier Crespo en diálogo con INTA Informa, uno de los medios de difusión del organismo nacional.
Por otro lado, Crespo indicó que los ensayos realizados durante los últimos dos años demostraron que el uso de rejas planas antes de la siembra de trigo de ciclo corto permitió un control de malezas superior al 90 % de inmediato y de al menos 80 % a los 60 días. Esto generó un período libre de competencia de 40 a 50 días desde la implantación del trigo.
Por otra parte, «en contextos de déficit hídrico, herramientas como la rastra multipropósito han mostrado una eficacia superior al 85 % en el control de malezas, dependiendo del tipo de suelo y el estado de las malezas presentes», puntualizó. Pero advirtió que «una alta intensidad de uso puede aumentar la compactación y reducir la infiltración del agua».
Además, el avance de las AgTechs está revolucionando la protección vegetal. «Herramientas como drones, aplicaciones selectivas, inteligencia artificial y manejo remoto se están incorporando progresivamente al manejo integrado de malezas, permitiendo optimizar la eficiencia y reducir el uso de insumos químicos» .
«Todas estas prácticas, que componen la estrategia de manejo integrado de malezas, permitirían no solamente lograr alta eficacia en el control, sino también contribuirían a proteger el recurso suelo, minimizando el impacto sobre los cursos de agua, el aire, y la biodiversidad, y sin afectar su productividad y rentabilidad, e incluso aumentándola» concluyó Crespo.
CONTROL INTEGRADO DE MALEZAS INTA PARANÁ INVESTIGADOR JAVIER CRESPO