GANADERÍA

INCENDIOS

Mendoza reglamentaría este año las quemas controladas en campos ganaderos

22 de enero de 2023

El tema surgió tras el incendio en el Sur. Preocupa la falta de limpieza de picadas. Investigan fuegos intencionales en medio del que originó la tormenta.

IMPARABLE. «Si no hubiera llovido tanto como llovió, hubiera sido una catástrofe», dijo a Campo Andino el coordinador general del Plan Provincial de Manejo del Fuego, Diego Martí. FOTO/GENTILEZA Prensa-Gobierno de Mendoza.


El coordinador general del Plan Provincial de Manejo del Fuego, Diego Martí, reveló que la Dirección de Recursos Naturales Renovales (de la cual depende la unidad que coordina) tiene a estudio un proyecto de resolución para reglamentar la quema controlada de campos en el secano de Mendoza.

El tema surgió durante una ronda de consultas que iniciamos a poco menos de una semana de ocurrido el incendio que afectó -probablemente- entre 40.000 y 45.000 hectáreas de campos ganaderos en los parajes La Mora y Canalejas, en General Alvear, hacia el sudeste semiárido de la provincia.

El fuego, iniciado por las descargas eléctricas que acompañaron a la intensa tormenta que se abatió sobre esa zona, se extendió rápidamente y siguiendo un errático derrotero, por más de una razón.

Según se evalúa en esferas oficiales, incidió -por un lado- la cambiante dirección de los fuertes vientos; pero también la aparente falta de mantenimiento de picadas entre campos linderos y, peor aún: la presunta detección de gente iniciando nuevos focos, en medio del evento iniciado por la tormenta.  

Volveremos en un momento sobre estos puntos, pero, retomando el tema de las quemas controladas (que surgió durante el sondeo que hicimos sobre lo ocurrido hace una semana en General Alvear), la definición del coordinador general del Plan Provincial de Manejo del Fuego surge en momentos en que los ganaderos renuevan su viejo reclamo de una nueva reglamentación.

No sabemos si los fundamentos de la norma que está siendo evaluada -y quizás cocinándose- en el ámbito oficial irán en línea con el alcance que imaginan en el sector privado. Pero es una definición que no podemos dejar pasar, independiente de que habíamos puesto en el centro de estas consultas iniciales, al incendio del pasado fin de semana, sus causas y sus consecuencias.

LAS QUEMAS CONTROLADAS

En diálogo con Campo Andino, Diego Martí estimó que «podríamos terminar esta temporada con la nueva normativa en vigencia» para reglamentar las quemas controladas (si hay pronunciamiento favorable del área jurídica), que extendería la reglamentación de esa práctica; «lo cual no quiere decir que se va a empezar a quemar en toda la provincia a mansalva«, aclaró.

El proyecto de resolución está en el ámbito de Asesoría Letrada de la Dirección de Recursos Naturales Renovables, dependiente de la Secretaría de Ambiente y Ordenamiento Territorial. «Hay que definir varios aspectos -más allá de los detalles técnicos del procedimiento de quema- como la metodología de control, entre otras cosas», apuntó el funcionario.

El destino final de la iniciativa está en el interés del sector ganadero, que reclama desde hace años una normativa sobre este asunto. Es que, «se viene aplicando una resolución (la 864 del año 2000, que aún está vigente), que contempla solamente al Departamento de General Alvear», por lo que no se pueden realizar quemas controladas fuera de esa jurisdicción, según explicó Martí.

De paso, advirtió que «la quema debe cumplir ciertas condiciones técnicas, para que sea una herramienta de manejo racional del campo; para beneficiar a determinada pastura o para la eliminación de alguna especie invasora, pero no para la eliminación de monte nativo; la quema con ese propósito no la autorizamos».

MILES DE HECTÁREAS ARRASADAS

En cuanto al evento que disparó nuestra consulta, el fuego que -hace una semana- quemó campos ganaderos en el Este-Sudeste de General Alvear, «todavía estamos relevando; pero tenemos que hablar de más de 35.000 hectáreas afectadas, o 40.000… no tenemos un número definitivo», dijo Diego Martí.

Referentes de la zona, por su parte, estiman que podrían llegar a las 45.000, y ratifican que el fuego se desplazó de manera errática por esa extensa porción del semiárido mendocino. César Rigoldi, médico veterinario de Alvear, dijo a Campo Andino que «empezó, por un rayo, en el campo de Raúl ‘Chiquito’ Peralta, aunque hubo varios focos».

El incendio se habría iniciado a unos 20 ó 25 km al Sur de la Ruta Nacional 188 y a unos 15 a 20 km al Oeste del río Desaguadero (límite entre Mendoza y San Luis). «Avanzó hacia el Este, pasó a un campo vecino y de ahí al establecimiento Médano El Sombrero; luego tomó para el Sur y de ahí para el Oeste», explicó Rigoldi.

Añadió que, paralelamente, «hubo un foco más al sur del primero, y como vino viento sur arrancó para el Norte». Después «cambió el viento, se puso del Norte y el fuego volvió para el Sur, y de allá lo trajo un viento sudeste».

«Fue muy cambiante el viento, y corría a una velocidad infernal» indicó el profesional. «Fue realmente muy bravo. Había mucha paja amarga, coirón, monte… Eso ardió todo, y los alambrados también. Inclusive donde había picadas limpias, igual las pasaba, porque era muy fuerte el viento»; y se lamentó porque «algunos campos venían de incendios de otros años…».

Al mismo tiempo «el foco que se había iniciado en el campo de Peralta, en un momento arrancó hacia el Norte, como yendo para la Ruta 188, y después tomó para el Oeste» señaló Rigoldi. «Ahí estuvimos peleando contra el fuego cuerpo a cuerpo, con el Alejandro… hasta que llovió».

ALEJANDRO VIÑOLO. «La actividad está muy comprometida, fundamentalmente por la seca, y por los precios».  Si a eso se le suma «la pérdida de infraestructura por la quema de alambrados; es como que cae una piedra más en el bote, para que te termines de hundir». FOTO/ARCHIVO Revista Campo Andino.

FUE UNA CATÁSTROFE

«El Alejandro» también conversó con Campo Andino. Es Alejandro Viñolo, responsable operativo de los negocios de una tradicional familia de General Alvear, que tiene campos de cría y recría en la zona de La Mora.

Acerca del alcance territorial del siniestro, Viñolo dijo no tener la cifra exacta, «pero hablaban de 45.000 hectáreas afectadas». Resumió que «fue una catástrofe, porque se iniciaron varios focos que se fueron extendiendo debido al viento, que corría muy rápido y desde direcciones cambiantes».

Lamentó que «a un campo chico que tenemos lo quemó completo». Se refería a unas 2.000 ha que tienen al Sudeste de El Clarín (establecimiento de referencia en la región, que limita al Norte con la Ruta 188 y no fue afectado). En El Molino, situado más al Sur (con dos vecinos por medio) «nos afectó un lote, y ahí lo pudimos frenar, agrandando las picadas con maquinaria e implementos pesados».

El fuego se inició el sábado por la noche y se extendió por 48 horas, «y si no hubiera sido por la lluvia del lunes, todavía estaríamos ahí, peleando, porque no había forma de apagarlo», aseguró el referente sureño.

Explicó que «el daño principal lo sufrieron los alambrados»; y subrayó que «es muy costoso reponerlos». Si bien varios de esos campos tienen tendidos intraprediales (para dividir la propiedad en lotes y facilitar el manejo del rodeo para preservar las escasas pasturas de la zona), «lo peor de todo es que se quemen los alambrados perimetrales».

Eso «deja el campo prácticamente inutilizable» porque, dada esa situación «la hacienda se desparrama por todos lados». A los Viñolo no les afectó animales, pero sí alambrados, «y, aunque no tengo el costo actualizado -dijo- seguramente es muy alto».

Para colmo, esta emergencia se da en un contexto en el que «la actividad está muy comprometida, fundamentalmente por la seca». Remarcó que «ése es un factor determinante en la rentabilidad del negocio». Lo otro, es que «hay un tema de precios, que nos está afectando mucho».

De manera que «la combinación de los dos factores es mortal para la actividad». En este escenario, se da «la pérdida de infraestructura por la quema de alambrados; es como que cae una piedra más en el bote, para que te termines de hundir». Alejandro Viñolo vaticinó que «habrá muchas economías que van a colapsar».

UN DESASTRE. Los incendios del pasado fin de semana habrían afectado entre 40.000 y 45.000 hectáreas de campos ganaderos en los parajes La Mora y Canalejas, en Genera Alvear, hacia el sudeste semiárido de la provincia de Mendoza. FOTO/GENTILEZA César Rigoldi.

LAS PICADAS, UN «PUNTO CRÍTICO»

En el proceso que supone activar un operativo de lucha contra incendios rurales, uno de los puntos críticos es el mantenimiento de las picadas cortafuego. Una vez más, en este caso, parece haber sido una debilidad.

Así se desprende, al menos, de lo que dijo a Campo Andino el coordinador general del Plan Provincial de Manejo del Fuego. Diego Martí apuntó que «hay varios campos donde las picadas no estaban en condiciones, y eso nos dificultó mucho la aplicación de distintas técnicas en el combate del incendio». Remarcó que «es algo que se da muy a menudo en la provincia».

«En este incendio en particular, no pudimos llevar acciones previas por la falta de picadas. Lo mismo nos ha pasado en otras oportunidades, como en los incendios que hubo en noviembre pasado cuando no fue posible intervenir antes que ingresara el frente de tormenta del Sur, que teníamos pronosticado».

Aseguró que «hay campos que no tienen picadas o las tienen muy empastadas… que es lo mismo que no tenerlas». Recordó que la normativa es clara en el sentido que determina que esa franja a uno y otro lado de los alambrados que dividen campos linderos debe quedar «a suelo mineral».

Reconoce que «si uno hace una picada en septiembre, por ejemplo, con las primeras lluvias, en octubre, algo de pasto va a tener, pero hay campos donde pasan dos o tres años sin limpiar las picadas».

SORPRENDIDOS DESDE EL AIRE

El funcionario reveló por otra parte que, sumado a las dificultades que recurrentemente ocasiona la ausencia de picadas cortafuego o la falta de mantenimiento, «así como hay ganaderos que dan manos gigantes, poniendo a disposición maquinaria y gente para enfrentar la emergencia, tuvimos que lamentar dos casos (que detectamos) de gente prendiendo fuego cuadros que no estaban afectados por el incendio» original (el que había sido causado por las descargas eléctricas de la tormenta que se abatió sobre la zona).

Martí aseguró a la Redacción de Campo Andino que «el incendio se hizo más grande después del segundo día, por el fuego que inició esta gente a la que detectamos desde el aire, durante el vuelo del avión observador». Refirió que «conocedores de la zona no entendían por qué el incendio estaba tan extendido en ese momento, hasta que se pudo a ver a dos personas iniciando fuegos, en dos campos distintos».        

En principio, la tormenta del sábado de la semana pasada sembró al menos cuatro incendios distintos, de los cuales tres quedaron como focos activos. Luego, «dos de ellos se unieron». En realidad, fue una jornada movida porque, según precisó Martí, «el mismo día, esa tormenta nos había dejado fuego de Llancanelo al Este» (al Sudeste de Malargüe).

SI NO HUBIERA LLOVIDO…

El funcionario remarcó que «la gente que prendió fuego durante el incendio contribuyó a agrandarlo considerablemente, al punto que, de no haber llovido tanto como llovió, hubiera sido una catástrofe».

Indicó que esas personas «están identificadas, y estamos iniciando el proceso administrativo para sancionarlas». Eso, «más allá de lo que eventualmente resuelva la Justicia ordinaria». Apuntó que, en estos casos, la sanción administrativa que cabe es «una multa, que puede ser de hasta 4 millones de pesos».

El monto de la multa puede variar «según las condiciones en las que se inicia el fuego; la época del año; si el fuego fue iniciado en circunstancias normales o durante el desarrollo de un incendio; si el fuego iniciado contribuyó a que el incendio quede fuera de control o haya afectado a terceros…».

En el caso de «esta gente (la que observaron desde el aire), estaba aprovechando un incendio para quemar campo, y ver si la lotería les daba mejor pasto, no porque estén interesados en iniciar un proceso de manejo» racional de su explotación, porque «queman el banco de semillas (de especies nativas), queman alambrados, queman todo…», lamentó el funcionario provincial.

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