FRUTAS

COYUNTURA

No descartan que sea necesario adelantar la cosecha de ciruela de industria

24 de enero de 2023

Durante la última semana se aceleró notablemente el proceso de maduración, según dijo a Campo Andino el referente del INTA Rama Caída, Hilario Lázaro.


La aparente aceleración del proceso de maduración en los últimos días, podría obligar a iniciar antes de lo previsto la cosecha de ciruela para deshidratar en el Sur de Mendoza, dando inicio a una temporada de procesado que será corta, por la menor disponibilidad de materia prima producto de las heladas.

Esto implicaría que los establecimientos industriales deberían poner en marcha los hornos de secado con alguna antelación. Aunque, si fuera posible prescindir de los ciclos naturales, es probable que la Industria no tuviera demasiada urgencia en empezar a procesar. Es que, el 2022 no fue un año comercialmente bueno, y ha dejado stock en los galpones.

El nuevo ciclo había comenzado poco menos que como un relojito, hasta que las heladas tardías vinieron a mover las agujas y se descontroló todo. Después, algo de Mancha roja; y ahora, en los últimos días, la sorpresa de un -aparente al menos- aceleramiento del último tramo de maduración de frutos que, probablemente cansados de una temporada complicada, podrían comenzar a entregarse antes de tiempo.

Reflexionando sobre estas cuestiones estaba este martes por la mañana el ingeniero agrónomo Hilario Lázaro, en la Estación Experimental Rama Caída (San Rafael) del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria.

Andaba recorriendo un cuartel de ciruela, cerrando el riego subarbóreo que había activado para aliviar el monte de los 39° de temperatura máxima ambiente que registró el lunes por la tarde la estación meteorológica de la Experimental.

RÁPIDO Y DESPAREJO

Es que «quiero darle unos días más… porque veo que la ciruela está madurando muy despareja», dijo Lázaro a Campo Andino, mientras cerraba el último grifo. «Aparentemente está madura… se ven algunas ciruelas caídas -que dejan toda la impresión de una fruta terminada- pero a la par se ven frutos a los que les faltan veinte días… quizás algo menos».

«Sé de algunas industrias que se están preparando para empezar a secar más entrado febrero, y no sé si no sería tarde» comentó el referente del INTA sureño. «No me extrañaría que hubiera que adelantar la cosecha». Es que, «como hay menos fruta, lo que queda podría madurar a un ritmo más rápido que lo normal».

ESA FRUTA QUE CAE

Al repasar la evolución que tuvo el ciclo de la ciruela, Lázaro recordó que «venía todo en fecha, y tuvimos 4 ó 5 heladas en el lapso de un mes, que provocaron -sobre todo las dos últimas- daños muy severos en toda la provincia».

Por otra parte, «como todos los años, hubo afectación de Mancha roja, con impacto variable, dependiendo de las circunstancias de cada lugar y de las prácticas de manejo en cada explotación».

En algunos casos el daño fue importante, «pero ya pasó ese período». Claro que, «la última fruta afectada por Mancha roja, normalmente no sufre daño tan severo y no alcanza a caer en ese momento».

Aunque «entra en un proceso de envejecimiento acelerado y empieza a mostrar un aspecto propio de los frutos maduros (que es un síntoma tardío), hasta que termina cayendo». Eso «es lo que estamos viendo ahora; fruta que se ve madura (pero arrebatada), con otra que está todavía verdona… con quince días por delante».

SOFOCANTE. Hubo que activar el riego subarbóreo para aliviar los montes, de los 39° de temperatura máxima que hubo este lunes por la tarde en San Rafael. FOTO/GENTILEZA Hilario Lázaro.

A CALENTAR MOTORES

Al margen de eso, la cuestión es que la fruta que está sana, parece estar apurando el paso. «Hay secaderos que están preparándose para arrancar a partir de la segunda semana de febrero, pero, ¡cuidado! -advirtió Lázaro- porque al haber poca fruta en las plantas, aparte del calor que estamos teniendo, no me extrañaría que la fruta madure más rápido de lo que estamos imaginando».

De hecho, «a comienzos de la semana pasada recién empezaba el envero, el cambio de color». Hoy, «una semana después la evolución ha sido rapidísima; creo que tiene que ver con que, en general, hay poca fruta».

Todavía «queda una semana de enero, y como vamos, es muy posible que en los primeros días de febrero haya que empezar a cosechar» las ciruelas para deshidratar, en el Sur de Mendoza, «porque la fruta se va a empezar a desprender».

El referente del INTA apuntó que «la cosecha va a ser corta, porque no hay mucha fruta y los secaderos tienen mucha capacidad instalada, no sé si dará para más de vente días de horno».

EL PRECIO Y LOS MERCADOS

Al margen del diálogo con el referente del INTA de Rama Caída, la coyuntura nos merece un par de consideraciones, que dejan abierto un espacio adicional de consultas para los próximos días, con algunos de los referentes del sector privado. Inquietudes que tocan a distintos planos pero, sin dudas, están íntimamente vinculadas.

En lo inmediato, hay que levantar la fruta. La poca que, al parecer, hay en los montes. Quienes no estén mecanizados, deben estar viendo si van a conseguir cosecheros, y a qué costo. Porque, si cada planta va a rendir menos, a la gente le va a rendir menos el día.

Lo que el productor esté dispuesto a pagar -y aquí viene el segundo punto- dependerá del precio al que pueda vender su fruta. Como en otras producciones, previo a la cosecha, de un lado fuerzan los pulmones para inflar, y del otro, andan con el alfiler en el bolsillo.

El tamaño del alfiler depende de las expectativas de los industriales-exportadores, que tienen un ojo puesto en los mercados internacionales (el 95% de la ciruela argentina, o sea, de Mendoza tiene ese destino) y el otro en los galpones.

Este año, si miran las plantaciones (para ver cómo viene la cosecha) es al pasar, mientras giran la cabeza entre el mercado y el galpón. Es que, al parecer, esta temporada podrían ser las variables de mayor peso en la ecuación que debería dar, como resultado, el precio que estén dispuestos a pagar por la ciruela en fresco.

Es que el 2022 parece que no fue un buen año comercial. El escenario internacional no habría sido propicio para los negocios. De hecho, durante el pasado invierno no hubo gran demanda de las plantas deshidratadoras que compran la fruta seca que se reservan los productores primarios, esperando mejorar los valores de la que entregaron en fresco. Con el correr de los días, el panorama podría estar un poco más claro… o un poco menos incierto.

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