GESTIÓN
CALIDAD
Lo estableció la Secretaría de Agricultura mediante resolución que, al mismo tiempo, aprueba el Protocolo de Producción de la aromática en ese territorio del Valle de Uco, provincia de Mendoza.
EN EL PLAYÓN, el orégano «espera» que el sol y el aire valletanos hagan su tarea, antes de la limpieza y envasado del producto. Es orégano de San Carlos. Claro que, para que la frase vaya impresa en el rótulo del envase, certificando dónde fue producido, hay que trabajar en orden al protocolo desarrollado por la Sociedad Rural del Valle de Uco. FOTO / Revista Campo Andino & Agroindustria.

La Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación aprobó el Protocolo de Producción del «Orégano de San Carlos» que “ampara la Indicación Geográfica (IG) «Orégano de San Carlos» .
La medida está contenida en la Resolución 28/2025 que, con la firma del secretario Sergio Iraeta, fue publicada el 27 de febrero (sobre el fin de la semana pasada) en el Boletín Oficial de la Nación.
Mediante la norma, queda reconocida, registrada y protegida la IG «Orégano de San Carlos» para la aromática producida en un área delimitada, que está localizada en los anexos que acompañan a la Resolución (abajo compartimos los enlaces para descargarlos).
Así, los productores de San Carlos (Centro-Oeste de la provincia de Mendoza) que cumplan con el Protocolo de Producción, podrán acceder a la IG que identificará al orégano producido en ese territorio del Valle de Uco.
La norma, que otorga el Certificado de Derecho de Uso de esa IG a la Asociación Civil Sociedad Rural del Valle de Uco (con sede en San Carlos), abre el camino hacia la mejora competitiva a más de 140 agricultores de la zona, que suman unas 1.200 hectáreas cultivadas con esta aromática.
Los oreganeros sancarlinos que produzcan de acuerdo al protocolo ahora aprobado, podrán certificar su producción y acceder así a nuevos mercados con un orégano de calidad y único en su tipo, debido a las particularidades agroclimática del Valle.
La medida establece el 1° de febrero de cada año calendario, como fecha de presentación de la Declaración Jurada Anual sobre estimación de volumen comercializable del producto amparado por esta Indicación Geográfica.
MARIO LEIVA. El presidente de la Sociedad Rural del Vale de Uco adelantó que hay algunos productores inscriptos que están en condiciones de certificar el proceso y acceder a este sello de calidad.

El logro fue celebrado con un encuentro de productores y dirigentes del sector, en la sede de la Sociedad Rural del Valle de Uco, del que participaron autoridades provinciales y municipales y referentes zonales del INTA.
De la reunión, junto con el presidente de la entidad anfitriona, el productor Mario Leiva, participaron el intendente de San Carlos, Alejandro Morillas; el ingeniero agrónomo Daniel Pizzolatto, director de la Estación Experimental Agropecuaria INTA La Consulta, el director de Agricultura de la Provincia, Alfredo Draque, y el ministro de Producción de Mendoza, Rodolfo Vargas Arizu.
El ministro destacó que «este logro, tal como se hizo con el aceite de oliva virgen extra, es el resultado de muchos años de trabajo conjunto entre el sector público y el privado» .
Remarcó el acompañamiento del Estado provincial y compromiso de las organizaciones con el crecimiento y el desarrollo. Puso sobre relieve, particularmente, el trabajo realizado por la Sociedad Rural del Valle de Uco y su conducción junto con las demás instituciones que fueron parte del proceso.
Mario Leiva, por su parte, coincidió en destacar el trabajo interdisciplinario e interinstitucional que derivó en este reconocimiento para el orégano sancarlino.
Resaltó, en ese sentido, el rol del INTA, del Instituto de Desarrollo Rural de la provincia Andina (ya disuelto), del Gobierno de Mendoza y el soporte institucional de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), de la que forma parte la gremial-empresaria valletana.
El ruralista sancarlino destacó el logro, que «permitirá a los productores de orégano de la zona alcanzar mayor nivel de competitividad», trabajando «bajo un estricto protocolo que hemos elaborado desde la Sociedad Rural».
El dirigente confió en el impacto comercial de este avance, y adelantó que «las empresas que fraccionan ya están preguntando cómo se pueden instalar aquí y salir con el producto ya envasado».
Reveló que esto es parte del proyecto denominado Camino de Indias, que incluye a otras aromáticas producidas en la zona.
El presidente de la Sociedad Rural del Valle de Uco apuntó que «será el mercado el que marque el éxito» de esta iniciativa. Recordó que en Mendoza prevalece la compra del producto a granel para fraccionarlo fuera de la zona de producción.
Reveló que «hay algunos productores inscriptos que están en condiciones de certificar el proceso y acceder a este sello de calidad» que será una herramienta poderosa para competir en un mercado global donde, el argumento comercial de los mejor posicionados, se sustenta más en el precio que en las cualidades del producto, según el dirigente.
Adelantó, por otra parte, han recibido consultas de empresas de Buenos Aires (interesadas en invertir en Mendoza) sobre «los pormenores del protocolo de calidad, que lo va a manejar la Sociedad Rural» afirmó.
Formulario de Registro para la Indicación Geográfica
Manual de Procedimiento para la Certificación
Modelo de DDJJ Producción Anual Comercializable

«Es de San Carlos, señor…»
El timbre estaba de más. Cada vez que llamaba lo hacía golpeando suavemente, entre sí, las palmas de sus manos pequeñas. Sonaban delicada… pero inconfundiblemente. Al asomarme por la mirilla reconocía sus ojos. Y su mirada.
Venía… cada tanto. Cada uno o dos meses. Así, por años. Desde nuestros tiempos de radio, cuando andábamos «por el aire» con los temas del campo, hasta los primeros pasos de ese Campo Andino que también es recuerdo (de vez en cuando extrañamos la textura del papel y el olor a tinta).
Lo cierto es que, cuando uno menos la esperaba, aparecía por Godoy Cruz (en el Gran Mendoza), como 120 kilómetros al norte del lugar donde vivía, entre surcos rodeados de alamedas.
Pero no andaba sola. Con sus padres y hermanos recorría cada cuadra con cestas de mimbre, ofreciendo frutos de su tierra, el Valle de Uco.
«Traemos ajo, miel, nueces… y orégano» decía; y antes que uno pudiera responder, remataba su argumento de venta: «Es de San Carlos, señor».
Al pronunciar esa frase ampliaba su pequeña voz, y le daba una particular inflexión. Quería dejar en claro que no daba lo mismo de dónde venía el producto que estaba ofreciendo.
Estaba convencida de eso, y era evidente que apelaba a ese recurso porque -además- daba por hecho que, quien estaba frente ella, lo valoraba con el mismo criterio.
Ahora, cuando los oreganeros sancarlinos logran el formal reconocimiento de los atributos diferenciales que confiere a su producto el ecosistema del Valle, nos sumamos a la celebración.
Tendrán que trabajar, es cierto, para producir de acuerdo al protocolo aprobado. Pero eso es lo de menos. Lo «de más», ya era parte del patrimonio regional porque venía incorporado, por generaciones, en la cultura productiva de su gente.
La diferencia (no menor) es que, ahora, no deberán conformarse con decirlo. Porque el envase llevará la Indicación Geográfica que lo certifica: «Orégano de San Carlos».
(Oscar González Del Campo – Director-Editor – Revista Campo Andino & Agroindustria).