POLÍTICA
COYUNTURA
Su dimisión ocurrió bajo presión de la «motosierra» y las políticas de desregulación impulsadas por el Poder Ejecutivo Nacional, y en medio de una puja de dos laboratorios por la vacuna antiaftosa.

El ingeniero agrónomo Pablo Cortese renunció este lunes a la Presidencia del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), en medio de fuertes embates en el plano político-institucional y de un creciente conflicto entre laboratorios por la importación de vacunas antiaftosa.
Aunque adujo razones personales, Cortese (con más de 30 años de carrera en el organismo que presidía desde el inicio de la Gestión Milei) habría decidido dar un paso al costado para no seguir sometido a esos tironeos, según coinciden en señalar medios de Buenos Aires citando «fuentes allegadas al funcionario», a las que no identifican.
Por un lado, sobre el propio Cortese (así como sobre el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Sergio Iraeta), pesaba el inicio de acciones -administrativas/judiciales- de parte del laboratorio Biogénesis Bagó.
La empresa, principal proveedora de vacuna antiaftosa (para el ganado bovino) cuestiona las circunstancias en las fue aprobado el ingreso al país de dosis fabricadas en Brasil e importadas por el laboratorio Tecnovax.
El asunto había comenzado a ingresar en el plano de las acciones administrativas y jurídicas a mediados de julio, con cartas-documento e intimaciones a Cortese y a Iraeta.
Detrás de ese conflicto está el avance de las transformaciones de la Administración impulsadas por el Poder Ejecutivo, con restricciones a las incumbencias del Estado, a lo que se suman los recortes en las plantas de personal de sus dependencias.
Claro que, a esta altura, la desregulación y la «motosierra» ya no son novedad. Por eso es que no se descarta que la decisión del ahora ex presidente del Senasa se haya precipitado este fin de semana.
Es que, durante su discurso en el acto oficial de la Exposición Rural de Palermo, el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino, dedicó un capítulo al Senasa (así como lo hizo con el INTA).
El dirigente ruralista (quien precedió al presidente Milei en el uso de la palabra), pidió modernizar las políticas sanitarias para mejorar la competitividad de Argentina en los mercados internacionales.
En ese marco, reclamó reorganizar al ente fitozoosanitario nacional, eliminando «la ineptitud, la burocracia obstructiva y la influencia clientelista de origen político y gremial» .
Así -y entre otros puntos, relacionados con la trazabilidad del ganado y las decisiones que podrían afectar el estatus sanitario de algunas regiones del país- Pino demandó para el organismo «un plan a largo plazo» para que, como país exportador, Argentina tenga «un Senasa de mejor nivel internacional» .
Hasta la tarde-noche de este lunes no se conocía quién reemplazaría al frente del Senasa al ingeniero agrónomo Pablo Cortese quien, dicho sea de paso, es Experto de la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria de FAO/Senasa en sistemas de inteligencia y vigilancia sanitaria.
El funcionario renunciante (que es consultor internacional en materia de legislación fitosanitaria) se desempeñaba como representante argentino en negociaciones fitosanitarias internacionales para la apertura y mantenimiento de mercados agrícolas, y de la Comisión de Sanidad Vegetal del Mercosur.
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