SANIDAD
MANEJO
Frente a la ola de muy elevadas marcas térmicas que cubre gran parte del país, llegan recomendaciones del INTA y el Senasa para cuidar el rodeo con medidas de manejo.
EL MONTE da un respiro. La sombra de los árboles es la más efectiva. No solo disminuye la radiación, sino que alivia la temperatura del aire por la evaporación desde las hojas. Pero lo ideal, no siempre es lo posible. FOTO / Revista Campo Andino & Agroindustria.

En temporada de altas temperaturas, y ante la ola de calor que afecta a gran parte del territorio argentino, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) coincidieron en recomendar la adopción de medidas de manejo, para prevenir -o al menos minimizar- los efectos del estrés calórico en los animales.
La preocupación por las consecuencias de la pronosticada intensificación del fenómeno para esta semana motivó inclusive, a las autoridades del Mercado Agro Ganadero (MAG de Cañuelas (Buenos Aires), a adelantar las ventas de hacienda en subasta pública, que dieron comienzo a las 7 de la mañana de este martes.
Lo cierto es que, a través de sus respectivas áreas de vinculación con el sector productivo, los organismos técnicos nacionales coincidieron en comunicar sendos reportes en los que indican una serie de sugerencias para favorecer el bienestar animal y atenuar pérdidas económicas. Aquí, un resumen de la información surgida de ambas fuentes.

CONFINADOS. En el engorde a corral, administrar entre el 30% y 40% de la ración por la mañana y el resto por la tarde; e incrementar el porcentaje de fibra en la dieta.
En sentido genérico, el estrés es una respuesta adaptativa, que permite a los animales hacer frente a los desafíos ambientales, entre ellos los cambios de temperatura. Cuando se superan las condiciones óptimas, el cuerpo intenta adaptarse a la nueva situación ambiental.
Sin embargo, a temperaturas ambientales más altas, los mecanismos de adaptación no logran eliminar el exceso de calor generado.
Se denomina estrés calórico al conjunto de cambios fisiológicos y de comportamiento que se desencadenan en los animales cuando son sometidos a condiciones ambientales que superan su temperatura de confort o zona termoneutral y son incapaces de regular su temperatura interna.
Además de su impacto negativo para el bienestar animal, el estrés por calor puede producir deficiencia alimenticia (por la disminución de la ingesta de comida); pérdida de peso y de condición corporal, deterioro del desempeño y los índices reproductivos; aumento del riesgo de enfermedades; e incremento de la tasa de mortalidad.

EL “MENÚ”. El pastoreo de pasturas tóxicas como festucas u otras infectadas por hongos productores de ergoalcaloides, así como las raciones hipercalóricas, incrementan el riesgo de golpe de calor.
Ante situaciones de estrés calórico, los animales dan señales a las cuales hay que estar muy atentos: tienden a reducir la actividad física; aumentar la frecuencia respiratoria; reducir el consumo de alimento; aumentar el consumo de agua; buscar sombra; y aumentar el jadeo y la salivación.
Factores propios del animal -tales como edad, color y largo del pelo- influyen en la susceptibilidad al estrés calórico. Sobre este punto, el reporte del Senasa recuerda que los animales más perjudicados son los que acumulan más nivel de grasa corporal, y que los animales de pelaje negro y en etapas de terminación son los más susceptibles a sufrir las consecuencias del fenómeno.
El tipo de alimentación también se relaciona con el riesgo de golpe de calor. El pastoreo de pasturas tóxicas como festucas u otras infectadas por hongos productores de ergoalcaloides, así como la administración de raciones hipercalóricas, incrementan el riesgo.

EL INTA difundió en todo el país un banner con algunas pautas a tener en cuenta ante la ola de calor. El material fue compartido por nuestro lector en General Alvear, Mendoza, Ricardo Arecidiacono.
Los técnicos recomiendan entonces proveer espacios de sombra suficientes para todo el rodeo bovino. La sombra de árboles es de las más efectivas. No solo disminuye la radiación, sino que alivia la temperatura del aire por la evaporación desde las hojas.
Cuando la sombra provista sea artificial, debe permitir el movimiento de aire por debajo (a una altura de entre 3 m y 4 m). Cada animal debe disponer de espacio suficiente (de 2 a 4 m²) para evitar el hacinamiento.
Además, es necesario proporcionar agua fresca, limpia y abundante. Un bovino adulto consume diariamente el 7% de su peso vivo en agua. Es conveniente haber realizado un análisis del agua para determinar las concentraciones de sales y prevenir que los animales sean renuentes a consumirla.
Los bebederos deben estar accesibles y cerca de ellos. Es preciso controlar el caudal y la presión en períodos de extremo calor, y asegurar espacio suficiente en los bebederos. Evitar el consumo abrupto de agua, luego de períodos de privación, porque puede desencadenar un cuadro de intoxicación con signos nerviosos.
Por otra parte, se recomienda evitar manejos estresantes. Cuando no sea posible, arrear de manera tranquila, respetando el paso de los animales. Realizar los encierres y trabajos en manga a primera hora de la mañana o última hora de la tarde-noche.
NEGROS Y AMONTONADOS. Mal hecho. Falta espacio en la bebida para tantos animales. Para colmo, los de pelaje negro (aunque estos no están etapa de terminación) son más susceptibles al estrés por calor. FOTO / Revista Campo Andino & Agroindustria.

En los corrales donde permanezcan los animales tiene que haber agua y alguna fuente de alimento. Es prudente consultar el pronóstico del tiempo antes de programar los manejos de la hacienda; y planificar todas las tareas y preparar los materiales necesarios para minimizar la permanencia de la hacienda en mangas y corrales.
Es conveniente conocer el nivel de infección con hongos productores de ergoalcaloides presente en las pasturas. En el engorde a corral, administrar entre el 30% y 40% de la ración por la mañana y el resto por la tarde; e incrementar el porcentaje de fibra en la dieta.
Refrescar la hacienda cuando se prevean temperaturas elevadas. Bien temprano a la mañana o durante la noche, utilizando un caudal suficiente para penetrar el pelo. Si se los moja en horas de mucho calor y de manera insuficiente, puede ser contraproducente. También se puede mojar el suelo de los corrales, sin embarrarlos, para minimizar la radiación indirecta.
Contemplar estas medidas contribuirá en mejorar el bienestar animal y redundará en beneficios para los diferentes actores de las cadenas pecuarias. Ante cualquier duda, es conveniente consultar con el médico veterinario de confianza.