GANADERÍA

SANIDAD

Queda mucho por andar para mejorar la sanidad de los toros en Mendoza

4 de marzo de 2022

La conclusión surge de datos oficiales sobre el control de las enfermedades venéreas en reproductores machos del rodeo bovino durante 2021.


El Ministerio de Economía de Mendoza difundió, a través de la página de Prensa del Gobierno de la Provincia, los resultados del Plan Toro 2021, que permitió relevar la salud reproductiva de los machos del rodeo vacuno durante el año pasado.

La acción apunta a detectar la presencia de enfermedades venéreas, en particular trychomoniasis y campylobacteriosis, que están presenten en buena parte de los rodeos de cría del país.

Estas enfermedades provocan pérdidas de preñez que podrían situarse en un promedio cercano al 15% anual, según estimaciones del INTA Anguil a partir de relevamientos realizados durante varios años en el caldenal pampeano, un ecosistema que tiene cierta similitud con las zonas más productivas de Mendoza.

“Estas cifras pueden definir que la actividad sea rentable o no”, aseguró el secretario técnico de la Dirección de Ganadería de Mendoza, médico veterinario Eduardo Naldini. “Cuando el toro enferma no presenta síntomas y contagia de forma directa a la vaca, que desarrolla la infección en el útero”, explicó.

Naldini, que es referente regional en nutrición y sanidad animal, precisó que “la enfermedad provoca la muerte temprana de los embriones que se reabsorben en el organismo de la madre o, cuando el embrión es un poco más grande, se traduce en abortos”.  

EL “PLAN TORO”

En Mendoza, la revisión de los reproductores es optativa, de manera que cada productor decide si sus animales van a ser sometidos o no a ese control, que ha sido institucionalizado -desde hace varios años- a través del denominado Plan Toro.

Es una línea de acción sanitaria que llevan adelante la Dirección de Ganadería (dependiente del Ministerio de Economía de la Provincia) y la Fundación COPROSAMEN (Comisión Provincial de Sanidad Animal Mendoza).

El productor contrata al veterinario que tomará muestras de los toros de su rodeo, y técnicos especializados, cuyo servicio financia la Dirección de Ganadería, estudia el material recogido. Ese análisis se realiza en el Laboratorio de la Fundación (instalado en General Alvear, al Sur de Mendoza), que pone a disposición de este operativo no sólo el equipamiento, sino también los reactivos específicos requeridos para el rastreo de cada enfermedad.

LOS DATOS OFICIALES

Lo cierto es que ahora, la información oficial consigna que en 2021 “se realizaron controles en 2.400 animales correspondientes a 160 productores” y que “el operativo lanzó como resultado que 4% de los toros se encuentra enfermo”.

Para dimensionar el alcance de estas cifras es oportuno recurrir a otras (que no están consignadas en la información oficial del Ministerio), y a otros datos que surgen de “leer” la realidad de la ganadería bovina de Mendoza.

Por un lado, hay que ver cuántos toros hay en Mendoza. Al menos, cuántos han sido efectivamente relevados.

Este número (el último oficial disponible) está en el informe final de la Primera Campaña 2021 de Vacunación contra Fiebre Aftosa, cerrada el 11 de julio del año pasado. Ese informe fue difundido oportunamente por la Fundación COPROSAMEN; y dimos cuenta de él -en su momento- por este mismo medio.

Según ese relevamiento, fueron vacunados 12.758 toros en toda la provincia. De manera que los (alrededor de) 2.400 “raspados” en 2021, representan prácticamente el 19% del total. Pongámosle el 20%, para que sea más fácil retener el número.

Con ese dato; con el de los “160 productores”; y con un par de interrogantes más, “marcamos” el 2625… (el prefijo telefónico de General Alvear, donde tiene sede la Dirección de Ganadería) y hablamos con el secretario técnico de ese organismo.

EDUARDO NALDINI. Según el secretario técnico de la Dirección de Ganadería de Mendoza, hay entre 400 y 500 campos cerrados en todo el territorio de Mendoza. De manera que esos 160 establecimientos donde el año pasado se hizo el Plan Toro (que es optativo), representan apenas el 30% -más o menos- de los campos donde, a priori, parece menos complicado realizar la detección y control de venéreas en el rodeo. «No sabemos si dentro del 70% restante habrá ganaderos que hayan hecho el control sanitario de los reproductores de su rodeo por fuera del Plan Toro. Pero se nos ocurre poco probable», señaló. FOTO/CAMPO ANDINO.

LOS “CAMPOS ENFERMOS”

En diálogo con Campo Andino, el Dr. Eduardo Naldini señaló, por un lado, que ese casi 20% muestreado es representativo del total. Pero relativizó la relevancia de ese dato, e incluso el de las muestras positivas.

En efecto, fue más allá al advertir que, más importante que el porcentaje de positivos sobre el total de muestras analizadas, es determinar en cuántos establecimientos se ha detectado la presencia de venéreas. O sea… que ese casi 20% muestreado no estaría mal, si fuera lo más importante. Pero no es lo más importante.

Dicho en sus palabras: “Lo más importante es cuántos campos están enfermos; porque un establecimiento que tiene diez toros positivos, está enfermo, y otro que tiene un toro positivo, está enfermo también” y en los dos casos va a disminuir la productividad del rodeo de cría. Aquí cambia el panorama, porque del Plan Toro 2021, surgió que el 18% de los establecimientos tenía algún toro enfermo. O sea que, cerca de 30 (de esos 160 campos) tenían venéreas.

REALIDADES DISTINTAS

De paso, corrigió un dato. Los 160, son establecimientos donde detectaron toros positivos. Aquí viene un par de consideraciones. Por un lado, qué parte del total representan esos 160 establecimientos. Por otro, cuál es la “historia” de esos campos en materia de prevención y control sanitario respecto de venéreas.

Sobre estos puntos, el Dr. Naldini dejó dos o tres definiciones importantes durante el extenso diálogo que mantuvo con Campo Andino. Nos permitimos interpretar algunas de ellas, y a otras las reproducimos textualmente.

Una de esas definiciones -y esto sirve para ponernos en contexto- es que para dimensionar el problema y definir niveles de complejidad en su abordaje, hay que caracterizar -aunque sea a trazo grueso- al universo productivo ganadero de Mendoza.

En la provincia hay alrededor de 3.000 ganaderos diseminados en el secano, los oasis irrigados y los valles cordilleranos. Muchos (en su mayoría, según las zonas) son ante todo productores caprinos, y varios de ellos… también tienen vacas.

Esto, en esos casos, define el escenario donde tiene lugar el hecho productivo. Son campos abiertos donde -además- no hay infraestructura de manejo o, si la hay, es muy precaria. No cuesta mucho imaginar las dificultades para inmovilizar un toro en estas condiciones, para hacer un raspaje.

Por supuesto que habrá que buscar la forma de resolver la situación de esos productores. Por un lado, tratando de involucrarlos en prácticas de manejo que no siempre están entre sus prioridades; pero también facilitándoles el acceso a lo mínimo indispensable para trabajar en condiciones de seguridad, tanto para operarios y profesionales, como para los animales. 

Pero hay otro perfil de establecimientos, que tienen como objeto prioritario la cría bovina. En muchos de ellos, en realidad, ésa es la actividad excluyente. Son campos donde hay infraestructura o, por lo menos, están alambrados.

FALTA MUCHO POR HACER

Podríamos inclusive ponerle números a ese universo. Según el Dr. Naldini, hay entre 400 y 500 campos cerrados en todo el territorio de Mendoza. De manera que esos 160 establecimientos donde el año pasado se hizo el Plan Toro (que es optativo), representan apenas el 30% -más o menos- de los campos donde, a priori, parece menos complicado realizar la detección y control de venéreas en el rodeo.

No sabemos si dentro del 70% restante habrá ganaderos que hayan hecho el control sanitario de los reproductores de su rodeo por fuera del Plan Toro. Pero se nos ocurre poco probable. Porque no tendría sentido desaprovechar la oportunidad de realizar este control sanitario pagando solamente honorarios y viático del veterinario que va al campo a tomar las muestras. De manera que, quien no lo hizo aprovechando el beneficio del Plan Toro, tampoco lo ha hecho por fuera.

Por otro lado, “si tomáramos todos los campos donde nunca revisaron toros, nos encontraríamos con una incidencia de establecimientos infectados por encima del 30%”, aseguró Naldini. Dicho sea de paso, los resultados de los estudios que han hecho en Mendoza sobre el nivel de incidencia de venéreas en esos campos, son coincidentes con los datos que ha relevado el INTA de Anguil, en las regiones pampeanas de cría.

EL AVANCE ES MUY LENTO

Según el secretario técnico de la Dirección de Ganadería de Mendoza, “entre un 70% y un 80% de los establecimientos que participan del Plan Toro vienen haciendo sanidad en toros de hace varios años, y el resto ha incorporado esa práctica de manejo en el último año, o en los últimos dos años”. Hasta se anima a “ajustar” un poco más el número, al decir que… “en realidad, no más del 15% entra nuevo, cada año”.

De esto podríamos inferir que la gran mayoría de los ganaderos mendocinos que hacen sanidad reproductiva en sus rodeos, lo han incorporado como una práctica permanente; y ése es un dato positivo. El problema es que son los menos.

Mientras tanto, las venéreas siguen haciendo notar su presencia, en términos de menor productividad en los campos de cría de la provincia, aunque por lo general no se las identifique como el origen de la pérdida de preñeces.

Es que, “muchas veces el productor no se entera de lo que está ocurriendo en su rodeo debido a que el toro no presenta síntomas”, advierte el Dr. Naldini. “Además, las grandes extensiones de campo reducen las posibilidades de observar síntomas en las vacas”, agregó.

Por eso, “tratamos de concientizar a los productores para que revisen sus animales”, puntualizó el especialista. De paso, recomendó que, al momento de comprar toros, exijan la sanidad de los animales.

La verdad, es que las condiciones son poco menos que ideales para, definitivamente, tomarse este asunto muy en serio, e incorporar el control de la salud reproductiva como una práctica regular en el manejo del rodeo bovino de cría.

El productor tiene que asumir (al menos mientras el Plan Toro esté vigente) una parte menor del costo, porque la porción mayor corre por cuenta de la Dirección Provincial de Ganadería y de la Fundación COPROSAMEN.

Además, para los casos de establecimientos sin la infraestructura adecuada para trabajar de manera segura y eficiente, la Dirección dispone de cepos móviles; mientras que la Fundación ya habilitó el Plan Cepo, mediante el cual facilita su adquisición a valores menores que los de mercado, en cuotas y sin intereses financieros. Todo parece indicar que son inversiones asumibles, sobre todo teniendo en cuenta los precios del ternero, que es la “moneda de cambio” del criador.

Quienes estén interesados en conocer detalles del Plan Cepo que habilitó la Fundación COPROSAMEN, puede consultar nuestra reciente publicación sobre ese tema (abajo dejamos el enlace) o directamente comunicarse con la Institución, en cualquiera de sus delegaciones.

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