SANIDAD
CONTROLES
Realiza controles fitosanitarios para prevenir la introducción de plagas que pudieran comprometer la producción agrícola argentina.
ASÍ FUE. Se estima que Lobesia botrana -cuyo control insume costos multimillonarios cada temporada, para proteger la sanidad de los viñedos argentinos- se dispersó a través de pupas adheridas a cosechadoras de uvas para vinificar, presumiblemente introducidas -hace varios años- desde Chile. FOTO / Revista Campo Andino & Agroindustria.

El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) de Argentina, verifica las condiciones de la maquinaria agrícola usada ingresada al país para prevenir la eventual introducción de plagas que pudieran comprometer la producción agrícola nacional.
De los puntos de ingreso a la Argentina, 32 corresponden a pasos terrestres, marítimos o fluviales, aclara un reporte del ente estatal que aplica la normativa fitozoosanitaria.
Acota que también en los aeropuertos pueden darse casos de importación, cuando se trata de maquinarias experimentales, o partes de ellas.
Apunta que, dado cualquiera de esos casos, sus inspectores aplican el mismo procedimiento de inspección fitosanitaria.
PREVIO a cualquier transacción comercial, el importador de maquinaria agrícola debe gestionar la Autorización Fitosanitaria de Importación donde se detallan requisitos específicos para cada caso.
Las plagas que pueden ingresar a través de maquinaria usada son semillas de malezas, en cosechadoras que se utilizan sobre cultivos que estén afectados con éstas; y diferentes estadíos de insectos, como adultos, ninfas y pupas.
Se estima que Lobesia botrana (la polilla de la vid) se dispersó a través de sus pupas, presumiblemente adheridas a cosechadoras de uvas para vinificar usadas introducidas -hace varios años- desde Chile.
El informe del ente nacional fitosanitario de Argentina apunta que los restos vegetales o de suelo también pueden ser fuentes de dispersión de plagas y enfermedades.
LOS «FIERROS» usados son destinados, sobre todo, a campos de algodón y maíz y a explotaciones forestales. Pero también ingresan cosechadoras de uva, de aceituna y de frutos secos.
El Senasa realiza un control integral que incluye la revisión de la documentación exigible para admitir la introducción de estos equipos a territorio nacional, y la inspección física de la maquinaria ingresada.
Verifica el cumplimiento de lo solicitado en la Autorización Fitosanitaria de Importación (AFIDI), –equipos limpios, libres de suelo y restos vegetales– y que hayan recibido tratamientos fitosanitarios correspondientes.
Previo a cualquier transacción comercial, el importador debe gestionar, a través del Sistema de Importación de Productos Vegetales (SIGPV-IMPO), la mencionada AFIDI, donde se detallan los requisitos específicos para cada caso.

Las maquinarias agrícolas que mayormente ingresaron en los últimos 5 años son cosechadoras y desmotadoras de algodón, cosechadoras o cabezales para maíz y maquinaria para actividades forestales.
En menor medida -pero no por ello de menor impacto, y el «caso Lobesia» lo evidencia- hay antecedentes de importación de cosechadoras de aceituna; de grano fino como el trigo; y de frutos secos, fertilizadoras, vendimiadoras, sembradoras y tractores.
Estados Unidos es el país del que más se importa maquinaria agrícola. Pero hay maquinaria usada que llega desde Brasil, Uruguay, Chile, Paraguay, y en alguna oportunidad ingresó de Italia, Finlandia, España, Francia, y Alemania, detalla el reporte oficial.
CONTROL FITOSANITARIO DE MAQUINARIAS IMPORTACIÓN DE MAQUINARIA AGRÍCOLA USADA