INNOVACIÓN

EMPRENDEDORES

Cómo transformar ideas en tecnologías, y tecnologías, en negocios

13 de junio de 2024

El Nodo de Innovación Cuyo MicroBioTech, motorizado desde el INTA, se consolida como plataforma de desarrollo e incubación de empresas constituidas por investigadores, para proveer productos y servicios al sistema agroindustrial de la Región.

ANALÍA DÍAZ BRUNO. La Directora Ejecutiva del NIC MicroBioTech del INTA, dijo a Campo Andino que «estamos ocupándonos de fortalecer a los equipos de investigadores y encontrar los perfiles adecuados para que se asocien y puedan producir tecnología desde la ciencia». FOTO / GENTILEZA Santiago Centeno – Comunicación Centro Regional Mendoza-San Juan INTA.


Son mujeres y hombres de ciencia. Investigan y generan conocimiento. Algunos dan un paso más, transformando ese conocimiento en desarrollos tecnológicos que respondan a necesidades concretas del sector agroalimentario.

Algunos otros van todavía más allá, hasta aceptar el desafío de llevar esos logros al plano de los negocios y gestionar su propio emprendimiento, ya sea en forma individual o en asocio con otros de sus colegas o con empresas que ya estén operando en el mercado. 

El espíritu emprendedor de los científicos argentinos abocados a la investigación y desarrollo de tecnologías para el sector agropecuario y agroindustrial, tiene su canal de expresión a través del INTA.

Es que el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria ha montado una red de nodos de innovación tecnológica ubicados en distintos lugares del país. Son cinco en total. Dos de ellos están operativos desde hace más de 10 años: Incuva (en la provincia de Santa Fe) e IncuINTA (en la provincia de Buenos Aires). Hay otro nodo en el NOA, uno más en la Patagonia, y otro en Cuyo.

INNOVACIÓN EN CUYO

En efecto, desde hace poco más de un año opera el Nodo de Innovación Cuyo (NIC) MicroBioTech. Es una de esas cinco plataformas técnico-organizativas -en este caso, especializada en Microbiotecnología aplicada al sistema agroindustrial– pensadas para transformar ideas en tecnologías y tecnologías, en negocios.

El NIC fue cobrando forma a partir de adaptar las exitosas experiencias de IncuINTA e Incuva, a las capacidades del INTA en Cuyo y al ecosistema de ciencia y tecnología agroindustrial en la región de Mendoza y San Juan.

«Estos nodos tienen por finalidad promover que las ideas, que surgen desde el ambiente científico como trabajos de investigación y desarrollo, se puedan incubar como emprendimientos» definió la Dra. Ing. Agr. Analía Díaz Bruno, responsable de la Dirección Ejecutiva del NIC, que trabaja con el respaldo de un calificado equipo técnico en la coordinación del Nodo cuyano.

En diálogo con Campo Andino, Díaz Bruno -quien, dicho sea de paso, es directora de la Estación Experimental Agropecuaria EEA INTA Mendoza precisó que se centraron en la Microbiotecnología «porque nuestras fortalezas académicas y la formación en la institución son muy sólidas en esta temática y nos permitirán hacer los aportes más consistentes al sector empresarial» .

Esto último está en la esencia de la iniciativa: darle utilidad a la producción científica, y protagonismo a sus hacedores, en función de la demanda de las empresas agroindustriales de la región.

INVESTIGADOR/EMPRENDEDOR

La referente del INTA explicó que «muchas veces, desde los grupos de ciencia / investigación, se genera conocimiento que puede ser transformado en tecnología y esa tecnología desembocar a su vez en un negocio» .

Así, en torno a una investigación podría constituirse un equipo de científicos-emprendedores capaces de hacer que esa tecnología resulte útil para la actividad productiva y genere desarrollo local.

Por eso es que «estamos trabajando desde el Nodo para motivar a los grupos de ciencia a transformar sus ideas en tecnologías, es decir, darle usabilidad a buena parte de la producción científica, que de otra manera no podrían convertirse en tecnología» remarcó.

UN EQUIPO multidisciplinario, con alto nivel de formación, sólido, motivado, creativo, es imprescindible para acompañar (desde el NIC) a los investigadores/emprendedores que aceptan el desafío de transformar su idea tecnología, y esa tecnología en negocio. FOTO / Revista Campo Andino & Agroindustria.

CONCURSO DE IDEAS

En el NIC tienen en carpeta muchas ideas potencialmente elegibles para transformarlas, primero, en tecnologías. Vieron la luz durante el concurso convocado el año pasado, «que nos dejó con un sustrato muy interesante para trabajar» apuntó Díaz Bruno.

La directora ejecutiva del NIC reveló que «hay cinco ideas con las que estamos trabajando para poder lograr el adecuado nivel de maduración tecnológica y poder armar luego los planes de negocios» .

Sobre el primer paso, remarcó que «si vemos que a alguna de las ideas que se presentan a la pre incubación le falta etapas de investigación para alcanzar la viabilidad técnica, acompañamos a ese plan».

Esto permite a los investigadores-emprendedores, acceder a experimentaciones a campo de mayor alcance y en situaciones reales; prototipados; experiencias en plantas piloto; etc., para que puedan alcanzar un determinado umbral de maduración tecnológica.

En la siguiente fase, «colaboramos con los equipos de ciencia para armar los planes de negocio y pensar el mercado que van a tener los productos que se van elaborando».

Es que «por lo general, los científicos-emprendedores no poseen las herramientas que necesitan; entonces nosotros proveemos de los medios para avanzar en las investigaciones y, al mismo tiempo, buscamos la forma de asociarlos para que puedan avanzar con sus desarrollos» precisó Díaz Bruno.

LA ESTRUCTURA DEL NIC

El Nodo de Innovación Cuyo MicroBioTech está estructurado en cinco oficinas técnicas y una oficina de negocios. Las oficinas técnicas operan desde cada una de las Estaciones Experimentales Agropecuarias que dependen de Centro Regional Mendoza-San Juan del INTA.

De manera que esas unidades se sitúan en las sedes de las Experimentales Rama Caída (San Rafael); La Consulta (San Carlos); Mendoza (Luján de Cuyo); Junín (en el Este mendocino) y San Juan (en Pocito).

Las oficinas técnicas cumplen, en principio, una doble función. Por una parte, ser el catalizador de las iniciativas propuestas en el ecosistema local y, por otra parte, ser la plataforma local para el acompañamiento técnico de proyectos.

Esas oficinas confluyen, para coordinar sus actividades, en el espacio de la mesa técnica. Pero cada una de ellas tiene capacidades especializadas en distintos temas, y la posibilidad de apalancar su gestión en las reconocidas fortalezas del INTA.

La oficina de negocios, en tanto, brinda soporte de gestión a las oficinas técnicas, facilita el desarrollo de negocios y ejecuta algunas tareas comunes, para liberar de ellas a las unidades técnicas.

DIEZ LABORATORIOS, dos plantas piloto, e investigadores y técnicos con muy alto nivel de formación, son parte del soporte que tienen para operar las oficinas técnicas del «NIC», que están instaladas en cada una de las Estaciones Experimentales Agropecuarias dependientes del Centro Regional Mendoza San Juan del INTA. FOTO / GENTILEZA INTA Informa.

Un paréntesis, para señalar que esas fortalezas del INTA (que respaldan la tarea del NIC) están dadas, hacia adentro, por la formación de sus profesionales y técnicos y el nivel tecnológico de su equipamiento, materializado en 10 laboratorios, 2 plantas piloto y 1 Centro de referencia en Microorganismos, distribuidos en las 5 Experimentales de la Región.

Hacia afuera, es altamente valorada la cercanía del INTA con los protagonistas del campo y la agroindustria, y una política de vinculación que revalida permanentemente los beneficios de la interacción público-privada.

Aparte -y no menos importante- en el ámbito del Centro Regional Mendoza-San Juan hay experiencia en el registro formal de la propiedad intelectual de las innovaciones (algunas patentes están vinculadas a las microbiotecnologías); y un software con derecho de autor aplicable a la vitivinicultura.

Asimismo, desde los laboratorios de las distintas Experimentales cuyanas se han inscripto 136 variedades de semillas en el Registro Nacional de la Propiedad de Cultivares del Instituto Nacional de Semillas. Además, han desarrollado una marca comercial, denominada «Criollas de Argentina Cepas Ancestrales Recuperadas».

LA PRIMERA INCUBADA

Lo cierto es que -volviendo al NIC- con todo este soporte, y a partir de los objetivos estratégicos del Nodo cuyano, «estamos ocupándonos de fortalecer a los equipos de investigadores y encontrar los perfiles adecuados para que se asocien y puedan producir tecnología desde la ciencia» dijo Díaz Bruno durante su diálogo con Campo Andino.

Producto de la tarea realizada durante el último año, el NIC puede mostrar ya la primera empresa incubada, que cobró forma a partir de una de las ideas ganadoras del concurso convocado en 2023.

Esa iniciativa -que surgió del INTA Mendoza- la lleva adelante una profesional, ex becaria del CONICET, que fundó una empresa especializada en la elaboración de sustratos inteligentes.

«Esa empresa fue incubada en el Nodo. La acompañamos en el diseño de una estrategia de desarrollo a 10 años, incluido su plan de inversiones, la búsqueda de financiamiento, un plan de negocios, e inclusive la formación en bionegocios de las personas que la integran. Hoy, están a punto de concretar el sueño de llegar al mercado con su producto», remarcó Díaz Bruno.

En ediciones anteriores publicamos contenido relacionado, precisamente, con ese emprendimiento. Aquí te dejamos el enlace para que conozcas más sobre Agrobio Loop S.A., la empresa de base tecnológica a la que se refería la directora ejecutiva del NIC.

Comentó, de paso, que «con las otras cuatro ideas -de las cinco seleccionadas entre la veintena que se presentó al Concurso convocado en 2023- estamos en proceso de elaborar el plan tecnológico y el plan de negocio, para poder evaluar la factibilidad real de convertir esas ideas en tecnologías, y esas tecnologías, en negocios» .

CICLO DE BIONEGOCIOS

La Dra. Analía Díaz Bruno destacó, por otra parte, que para este año programaron un Ciclo de Bionegocios. Hubo ya un primer encuentro y seguirán otros dos, en agosto y noviembre.

La referente del INTA adelantó que para el encuentro de agosto probablemente convoquen a especialistas que compartan sus experiencias en el desarrollo de clusters biotecnológicos en otras provincias.

Por eso están invitando al empresariado mendocino, a través de las entidades sectoriales y territoriales que los representan, a participar de estos encuentros «para interactuar con expertos en el desarrollo de bionegocios«, subrayó.

VISIÓN ESTRATÉGICA

Díaz Bruno aspira a que, tras los talleres que siguen a estos encuentros, puedan surgir líneas estratégicas para potenciar el desarrollo tecnológico de la Región, contemplando los incentivos y las herramientas necesarios para lograrlo.

En línea con ese propósito, reveló que «estamos acompañando una iniciativa del Gobierno de Mendoza para promover el clima innovador en la Región».

Mientras, consolidan el vínculo con otros organismos de ciencia y técnica, como el CONICET, el INTI, y las universidades, de manera tal de «crear sinergia y complementarnos con el ecosistema académico, científico, empresarial y del ámbito gubernamental», afirmó.

Esta interacción va direccionada hacia los objetivos centrales del NIC, que giran en torno a impulsar el desarrollo de empresas de base tecnológica y la creación de empleo de calidad, promoviendo el espíritu emprendedor y la formación de negocios de triple impacto.

Para ello, trabaja con un enfoque que integra la ciencia, la tecnología y la sustentabilidad para generar herramientas que agreguen valor a las principales cadenas agroalimentarias de la región, entre ellas, la vitivinícola, la frutícola, la hortícola y la olivícola.

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