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Ariel Pereda, Director Nacional del Organismo, adelantó que tendrán mayor margen para decidir y actuar a nivel local, a fin de agilizar el «ida y vuelta» con el sector productivo. Tendrían acceso a un «presupuesto coparticipado».
ARIEL PEREDA. El Director Nacional del INTA reveló que hay «nuevas propuestas para fortalecer a nuestras agencias de extensión rural en todo el país; y estamos trabajando, también, en una nueva política de investigación».
Anduvo por Mendoza en las últimas semanas, y dejó definiciones que permiten vislumbrar el derrotero que seguirá el organismo referente en materia de Investigación y Transferencia de Tecnología para el sector agropecuario en Argentina.
Ariel Pereda (veterinario), quien asumió la máxima responsabilidad al frente de la Dirección Nacional del INTA a principios de septiembre de 2023 -sucediendo en el cargo al mendocino Carlos Parera- ha transitado el primero de los cuatro años de la gestión para la que fue designado, por unanimidad, por el Consejo Directivo del Organismo.
Con la misión de coordinar, planificar y gestionar las actividades del Instituto en todo el país, el funcionario afronta el desafío de asegurar, en el día a día, que las Unidades distribuidas en toda la geografía nacional mantendrán la capacidad de responder, de manera rápida y eficiente, a las nuevas demandas de un sector productivo tan dinámico como diverso.
El ensamble entre la Investigación y la Extensión, (como partes inescindibles de un sistema que, durante las últimas siete décadas, ha venido dando respuestas a las demandas tecnológicas del Campo argentino); la política de Vinculación Tecnológica; y el rol de cada unidad del INTA en el ámbito territorial que le es propio… estuvieron en la agenda del extenso diálogo que mantuvo Campo Andino con el director Ariel Pereda. Aquí, algunos de los tramos más salientes.
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¿Cómo es el escenario que se abre para el INTA, a nivel nacional, en el actual contexto institucional?
– Estamos en todo el territorio nacional, como institución de Ciencia y Tecnología dedicada al sector agropecuario. Eso, en sí, es todo un desafío. Porque estamos hablando del sector productivo más importante del país… y de realidades productivas muy diversas. Pero, como esas realidades son dinámicas, lo que estamos viendo para adelante es que hay nuevos desafíos.
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– ¿Cuáles son los nuevos retos que plantea esa realidad cambiante?
-Básicamente, fortalecer la investigación y la extensión, y lograr que ambos sistemas articulen mejor. Venimos haciendo una revisión, con talleres en todo el país, para tener un diagnóstico… una foto del estado de situación real.
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– ¿Pudieron identificar algunas debilidades?
– Hay nuevas propuestas para fortalecer a nuestras agencias de extensión rural en todo el país; y estamos trabajando, también, en una nueva política de Investigación en el INTA, para que articule mejor con el área de Extensión.
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– ¿Han llegado a definir líneas de acción, en orden a ese objetivo?
– Estamos pensando en generar indicadores que permitan reconocer cómo está funcionando el sistema de Extensión en distintas regiones del país, para ver si tenemos que hacer ajustes o no… y dónde, en todo caso. Además, habilitar becas propias, con proyectos propios de Extensión… acompañado por el otro brazo que tiene el INTA, que es la Investigación.
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– Por lo que sabemos… las líneas de Investigación son definidas por los Consejos Asesores, donde tienen participación los propios productores, a través de sus representantes. Entendemos que se investiga en función de las demandas reales del sector productivo. ¿La cuestión, entonces, sería… cómo optimizar la transferencia de tecnología a los productores? ¿Habría algo por corregir ahí?
– Hay que trabajar en la formación del extensionista, en el seguimiento y monitoreo de la actividad de Extensión, y con la posibilidad de desarrollar proyectos propios -proyectos in situ- para resolver temas puntuales.
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– ¿Esto implicaría priorizar acciones (y ejecutarlas) partiendo de las demandas locales… acotadas a un espacio del territorio?
Correcto. Es que, en el INTA estamos en un proceso que denominamos «de autonomía responsable». Esto quiere decir que no todo se tenga que decidir a nivel central (nacional) sino que muchas de las decisiones… y las acciones, puedan ser llevadas adelante por las Regiones, para hacer más ágil el ida y vuelta con el sector productivo.
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¿Ya han decidido cómo van a trabajar en ese sentido… cuál será el procedimiento?
– La idea es que las Regiones dispongan de una especie de caja de herramientas y tengan acceso a un presupuesto coparticipado en todo el INTA; para que las decisiones de intervención y de influencia que tienen -cada una en su territorio- sea más ágil… que no todo tenga que ir, necesariamente hasta el nivel central.
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– Habló de «un proceso de autonomía responsable» . ¿Tiene que ver con esto?
– De eso se trata. Lo que sea de operación regional, que se decida a nivel regional. Le damos autonomía a las regiones. Pero también tienen la responsabilidad sobre lo que vayan a operar… y cómo lo va a hacer.
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– ¿Qué se reservaría para sí, en este esquema, la estructura Central del INTA?
– Bueno… Hay cuestiones generales de normativa nacional, que involucran facultades indelegables. Por poner un ejemplo: la cooperación internacional. Entre muchas otras cosas. El INTA va a seguir teniendo la impronta nacional. Pero queremos dar respuestas de manera más rápida y eficiente; y eso puede lograrse con un mayor margen de maniobra a nivel regional.
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– Hay mucha interacción entre los Centros Regionales (y las Experimentales que de ellos dependen) y organizaciones de productores; el entramado académico-científico-tecnológico; empresas privadas… ¿Cómo va a seguir eso?
– Estamos revisando la política de vinculación tecnológica, para que sea más fácil y fluido el relacionamiento entre el sector público y el sector privado. Me refiero a todos. Tanto al productor como a la gente del INTA; a los gobiernos provinciales y los gobiernos municipales; a las universidades; a la empresa privada, al emprendedor… a todo el ecosistema de actores que hacen la innovación en el sector agropecuario.
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– Tomando este último concepto: hay un sistema de Nodos de Innovación operando desde distintas unidades del INTA…
– Son incubadoras, que están funcionando desde hace dos años. Son cinco en todo el país. Una está en Luján de Cuyo, en la Estación Experimental Agropecuaria Mendoza; otra en Tucumán, hay otra en Patagonia, otra en Rafaela, y otra en Castelar.
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– ¿Está previsto sostener, también, ese sistema?
– ¡Claro! Porque nos permite poner todas las capacidades del INTA a disposición de empresas locales, de emprendedores… dispuestos a innovar en productos, en servicios, a hacer negocios en el agro. Estamos para ayudar a que se generen negocios en el agro, que nos desarrollemos y podamos ser un mejor país.
ARIEL PEREDA DIRECTOR NACIONAL DEL INTA INTA ARGENTINA