APIARIOS

SANIDAD

Investigadores del INTA secuenciaron el genoma de dos virus que afectan a las abejas

13 de junio de 2025

Son el «de las alas deformadas», y el «de la celda real negra». En casos de alta incidencia, pueden ocasionar la pérdida de unidades productivas. La importancia de mantener fuertes las colmenas.

DIFERENCIA. Un estudio realizado en Entre Ríos permitió establecer, para el caso del virus de las alas deformadas («DWV») una incidencia mayor en apiarios trashumantes que en los que permanecen establecidos en un solo lugar. FOTO / GENTILEZA INTA Informa.


Un equipo de investigadores del Instituto de Virología del INTA logró detectar y estudiar en detalle la presencia del «virus de las alas deformadas» en colmenas de Entre Ríos, y consiguió secuenciar su genoma completo.

La presencia del patógeno (de relevancia a escala mundial) se asocia con la aparición de abejas con alas deformadas y con la reducción en su expectativa de vida, según un reporte de INTA Informa, uno de los órganos de difusión del organismo nacional.

«Si la infección no es controlada puede provocar una disminución progresiva en la población de la colonia hasta su colapso total» (…) y «la pérdida de unidades productivas» advirtió Fernanda González, especialista del Instituto de Virología.

Esto genera impacto negativo en la apicultura, una actividad de interés para las economías locales de 22 provincias argentinas, con mayor relevancia en algunas como Entre Ríos, una de las principales productoras de miel, donde los investigadores focalizaron este trabajo.

DÓNDE HICIERON EL ESTUDIO

Esta investigación es uno de los proyectos en los que trabaja el Instituto de Virología -del Centro de Investigación en Ciencias Veterinarias y Agronómicas de la Institución- en este caso como aporte al Programa Apícola Nacional.

El estudio apuntó a caracterizar la presencia del virus de alas deformadas (DWV, por su sigla en inglés) en apiarios destinados a la producción de miel.

Los investigadores analizaron 145 colmenas ubicadas en distintas regiones. Son apiarios establecidos en zonas destinadas al monocultivo de citrus y eucaliptus, y en otras con floración de pradera (donde se implementa, respectivamente, la trashumancia y el manejo estacionado).

CON QUÉ SE ENCONTRARON

«Fue posible detectar la presencia del virus en colmenas que implementaron ambos tipos de manejo» indicó González.

Aclaró, no obstante, que no registraron pérdidas de colonias durante los muestreos. Por otra parte -y, entre otras variables consideradas- clasificaron la fortaleza de las colmenas según el tamaño de su población (fuerte, medias y débiles).

Lo cierto es que el virus de las alas deformadas o DWV estaba presente en el 62,06% de las colonias revisadas, es decir, «90 de 145 fueron positivas a esta infección», afirmó la investigadora.

Agregó que «la mayor prevalencia ocurrió al inicio de la temporada» y «en colmenas migratorias, con un 86,2% de positivas» . Además, «37,9% de ellas fueron clasificadas como débiles» reveló.

En contraste, «los apiarios estacionarios solo presentaron colmenas fuertes o medias, con un 44,11% de positividad para DWV» .

De acuerdo con González, el virus DWV puede transmitirse de distintas formas: desde la reina a sus crías; entre abejas adultas; o a través de parásitos como el ácaro Varroa destructor, cuya presencia también fue mensurada durante el estudio.

En condiciones saludables, las abejas pueden convivir con el virus sin mostrar síntomas, pero, si hay estrés, mala alimentación o infestaciones del ácaro, los efectos pueden ser muy graves.

SECUENCIACIÓN DE GENOMAS

La investigación no solo confirmó la presencia del virus en la provincia de Entre Ríos, sino que por primera vez se logró secuenciar su genoma completo en la Argentina.

Esta información permitirá abordar nuevas investigaciones para conocer profundamente al DWV y cómo combatirlo.

Los investigadores del INTA pudieron también secuenciar el genoma completo de otro virus que afecta a las abejas, conocido como Black queen cell virus (Virus de la celda real negraBQCV, por sus siglas en inglés), que puede impactar en la producción de nuevas reinas.

«El conocimiento que obtuvimos con este estudio es clave para proteger a las abejas, que son fundamentales para la producción de miel y también para la polinización de cultivos» señaló Fernanda González.

Destacó que «es muy importante tener buenas prácticas en el manejo de las colmenas, porque eso puede marcar la diferencia entre una colonia fuerte y otra que se pierde» advirtió la investigadora.

COMENTARIOS


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

*
*

Lo más leído

AGENDA
AGENDA COMPLETA