TECNOLOGÍA
POLÍTICAS
Entrevista con
MÓNICA RUIZ – Directora
Estación Experimental Agropecuaria INTA San Juan.
Es una de las mujeres que asumieron, desde comienzos de marzo, la responsabilidad de conducir tres de las cinco unidades experimentales del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria que dependen del Centro Regional Mendoza-San Juan.
Trascendiendo el plano de la investigación (que aborda a través de su Licenciatura en Biología, enfocada en Fisiología Vegetal) Mónica Ruiz proyecta su visión -desde la política tecnológica- hacia un futuro que imagina más complejo que el difícil presente que enmarca a la producción agroindustrial de la provincia cuyana y, en general, a la del Centro-Oeste de Argentina
Para ella, su misión como máxima responsable de la Estación sanjuanina, con sede en la localidad de Pocito (al Sur de la capital de la provincia), es tratar de amalgamar esfuerzos de un mayor número de instituciones, a fin de consensuar una agenda de diagnóstico y acciones para hacer frente a problemáticas locales y regionales que prevé rápidamente cambiantes.
En diálogo con Campo Andino, Ruiz puso énfasis, además, en su preocupación por la escasez de agua y en la necesidad de ir hacia una agricultura que sea muy eficiente en el uso del recurso hídrico.
También en la conveniencia de buscar opciones de diversificación de cultivos y de agregar valor a las materias primas, en las zonas de producción. Compartimos con nuestros lectores los tramos más salientes de la charla.
– ¿Cuáles son los puntos centrales de su plan para gestionar la Dirección de la Experimental San Juan del INTA?
– La realidad productiva de la provincia es heterogénea y compleja. Tanto, que no alcanza con abordarla desde un solo ámbito de trabajo. Por eso creo que el punto de partida (y así está planteado en mi plan de gestión), es ampliar y fortalecer la interinstitucionalidad.
– Bueno, de hecho, el INTA viene interactuando con otras instituciones en la Región, así como en el resto del país, y también en la provincia de San Juan…
– Sí, tenemos mucho trabajo con el Gobierno de la Provincia, con la Universidad Nacional de San Juan… con algunos objetivos en común como -por ejemplo- la participación en el proyecto para la creación de un centro interinstitucional que aborde la problemática del agua en el árido, que es quizás la mayor preocupación no solo para la provincia, sino para toda la región.
– ¿Hay otros entes provinciales o nacionales involucrados en esto?
– La creación del Centro para la Gestión Integral del Agua en el Árido (CeGIAA) es una iniciativa de la que participan también el Instituto Nacional del Agua y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales, que aportará su capacidad de monitoreo satelital de la disponibilidad de agua superficial y subterránea.
– ¿Este proyecto tiene alcance regional, o se circunscribe al territorio sanjuanino?
– Va más allá; de hecho, el INTA lo está abordando desde el Centro Regional Mendoza-San Juan y nosotros estamos en sintonía con esa iniciativa. Aunque el trabajo inicialmente estará más centrado en San Juan, aspiramos a que nos permita generar un modelo de funcionamiento coordinado de varias instituciones, que después se pueda replicar en otras provincias.

EN FOCO. La crisis del agua en el árido es la mayor preocupación para toda la Región Centro-Oeste de Argentina. FOTO/GENTILEZA GOBIERNO DE SAN JUAN.
– ¿Cómo ve el panorama productivo de la provincia de San Juan?
– El panorama productivo es complejo. El problema del agua no es menor. Tenemos una profunda crisis hídrica y las perspectivas a futuro no son muy buenas. Esto ya nos está planteando un gran desafío, porque tenemos que mantener la actividad agrícola con una escasez de agua importante.
Por otra parte, persiste un problema que afecta a muchas economías regionales, que es la falta de rentabilidad de muchos de nuestros cultivos. Eso tiene que hacernos pensar bastante. Porque, si tenemos poca agua, y probablemente más adelante (no sabemos cuándo) vamos a tener menos… deberíamos plantearnos qué vamos a producir.
Porque producimos alimentos, y eso es un tema crítico. Con la situación sanitaria que vivimos, el abastecimiento local de alimentos cobró mayor importancia, y creo que debemos replantearnos qué producir con la escasa agua que tenemos, y pensando en la seguridad alimentaria de la población como objetivo primario.
– ¿Usted está proponiendo un cambio (o al menos abrir el debate sobre el tema) de la matriz productiva agroindustrial de la provincia de San Juan?
– Creo que la diversificación es clave. Tenemos que empezar a pensar en algunas otras cosas. En cultivos que estén mucho más adaptados a la falta de agua, porque es algo que va a seguir ocurriendo. No creo que vayamos a requerir una reconversión total ni rápida, pero sí que tenemos que ir pensando una matriz productiva… tal vez diferente.
– Ahora… ¿estamos hablando estrictamente de cultivos orientados al autoabastecimiento local de alimentos (enmarcado en el concepto de la seguridad alimentaria, que usted mencionó), o también de evaluar otros posibles cultivos comerciales?
– Otros posibles cultivos comerciales, y también apuntar seriamente a la industrialización y el agregado de valor en la zona de producción. Porque si solamente hacemos producción primaria, terminamos poniendo límites a la rentabilidad.
– Bueno, pero San Juan industrializa lo que produce. No sé cuánto -en qué proporción sobre el volumen de materia prima- pero elabora vinos, aceite de oliva, tiene sus plantas procesadoras de tomate… ¿Usted propone que una porción mayor de la materia prima sanjuanina se industrialice en la provincia… o que se industrialice alguna otra cosa que se pudiera llegar a producir… o lo uno y lo otro?
– Sí, gran parte del tomate se procesa en San Juan; toda la uva para pasa también; pero hay otras cadenas… La uva para vinificar es todo un tema. Aunque buena parte se elabora en San Juan, hay otra parte de la producción cuyo agregado de valor se hace en Mendoza, donde se destina a elaboración de vinos, algunos de los cuales salen a mercados internacionales inclusive.
Pero han ido tomando envergadura algunos cultivos interesantes, como el pistacho. Viene sumando superficie, al punto que hoy San Juan es la principal provincia productora de Argentina. También la quinoa, con la que se está elaborando una bebida (una especie de leche vegetal) a partir del procesamiento de la harina obtenida de la molienda de la semilla producida en San Juan. Creemos que puede ser un cultivo económicamente viable y sustentable.

DIVERSIFICACIÓN. En San Juan avanzan opciones productivas a las tradicionales. Como el cultivo de pistacho, que viene sumando superficie. FOTO/CAMPO ANDINO.
– ¿Han encontrado la forma de cosechar la quinoa evitando las pérdidas que suelen ser frecuentes en la recolección de una semilla tan pequeña? Ése fue uno de los problemas que, por ejemplo, tuvieron en Mendoza hace unos años en un proyecto de producción de colza, que tiene una semilla de dimensiones similares…
– Bueno, lo de la maquinaria es una limitante…pero no sólo para esta producción ni solamente por la disponibilidad de la tecnología. El problema es que la maquinaria tiene un costo al que un productor de menor escala no puede acceder… y el desarrollo de empresas que presten servicios para el agro todavía es incipiente.
Hablo de la mecanización porque ha pasado a jugar un rol clave en la producción agrícola, por un tema de costos y porque sabemos que hay dificultades para conseguir mano de obra.
Por lo pronto, la quinoa se puede trillar con las máquinas que están en el mercado. San Juan es reconocida como productora de semillas hortícolas, y en ese sector hay maquinaria que se puede adaptar.

OPCIONES de acceso a la mecanización de la cosecha, es una de las vías que se exploran para mejorar la competitividad y la rentabilidad de los viñateros. FOTO/CAMPO ANDINO.
– ¿Qué lugar ocupa en su plan de gestión la vitivinicultura sanjuanina? Sobre todo, ese universo de viñateros que probablemente estén fuera de todo esquema de integración y acusen los problemas más serios de competitividad…y de falta de rentabilidad.
– Hay varias posibilidades que han ido surgiendo y que son interesantes. Por un lado, la mecanización. Si bien es cierto que, para un pequeño productor, mecanizar su cosecha es imposible -al menos en forma individual- sí es posible si se junta con otros productores o si se logra constituir empresas de prestación de servicios para facilitar la cosecha mecánica o alguna alternativa como la cosecha asistida.
– ¿Han pensado en otras opciones de diversificación?
– Dentro de la misma vitivinicultura, hay productores que vienen haciendo ganadería ovina en el viñedo. Además del ingreso adicional por la producción de carne (en la misma superficie), las ovejas ayudan con el control de malezas, lo cual contribuye también con el cuidado del ambiente, de los recursos, y aporta un enfoque agroecológico a estas iniciativas.
Estos sistemas integrados son nuevos, y desde el INTA se están haciendo experiencias en predios de productores, que están en el segundo año de evaluación. Es una de las alternativas que surgen, con un panorama bastante promisorio.
– Habló del problema del agua. ¿En qué medida está sistematizado el riego en las explotaciones agrícolas sanjuaninas y cuánto queda por hacer en ese sentido?
– Si se ven los datos del Censo Agropecuario, en San Juan -aunque ha disminuido la superficie cultivada total- se ha incrementado el área que tiene riego presurizado, básicamente por goteo. Por supuesto que todavía falta. En un ecosistema árido como el que tenemos y con esta crisis hídrica (que puede durar mucho tiempo y que está asociada al calentamiento global y a cambios de gran envergadura), creo que tenemos que ir hacia una agricultura que sea muy eficiente en el uso del agua; y para ésto, estas tecnologías son fundamentales.

OLIVARES sanjuaninos son evaluados en el marco de un ensayo de riego deficitario, para ahorrar agua sin resentir volumen de producción ni calidad del aceite. FOTO/CAMPO ANDINO.
– Ahora, usted admite también que hay problemas de rentabilidad; y uno no puede menos que preguntarse cómo encarar ese proceso de incorporación de tecnologías como éstas, que demandan inversiones importantes…
– Es cierto, la inversión es clave. Pero no sólo tranqueras adentro (que es fundamental) sino tranqueras afuera también. Porque todo el sistema es ineficiente. La conducción, y el uso del agua a nivel de finca también.
Parte de lo que falta tiene que ver con infraestructura, y parte con los volúmenes de agua que se distribuyen y la forma de distribuirlos. Hay tecnología que ya está funcionando en otros lugares y acá todavía no y, efectivamente, requiere mucha inversión.
Con sólo hablar de impermeabilización de cauces, ya son costos importantes; pero también la automatización de compuertas, por ejemplo, con sistemas inteligentes. Son inversiones muy altas. Pero es a lo que deberíamos ir.
– Saliendo por un momento de su rol específico al frente de la Experimental… como especialista en Fisiología Vegetal, sus investigaciones se han focalizado en cultivos extensivos, que no son centrales en la matriz productiva de esta zona del país. ¿Cómo es que abrieron en San Juan esas líneas de investigación?
– Hace varios años que conformamos un grupo de trabajo en la Experimental San Juan del INTA, para evaluar la resistencia al estrés hídrico de distintas variedades de trigo y de maíz principalmente, y de algunas pasturas. El clima de la provincia favorece todo tipo de ensayos con estas especies. Esto forma parte del Plan de Mejoramiento del INTA.
En este momento estamos trabajando en el Programa de Trigo y hemos hecho ensayos para algunas empresas privadas también, a través de convenios de asistencia técnica. Inclusive nos hemos fijado objetivos para hacer el seguimiento de algunos genotipos.
– ¿Qué espera haber logrado cuando haya cerrado el cuarto año de su gestión? Su máxima aspiración (una) como balance de su rol al frente de la Experimental San Juan del INTA.
– Afianzar vínculos con todas las instituciones con las que tenemos llegada al territorio (en esto es muy importante el rol del Gobierno de San Juan, que ha financiado una cartera muy diversa de proyectos), y ampliar esos vínculos para expandir esta red a fin de abordar problemáticas concretas.
Quisiera ver consolidada esta estrategia de acción interinstitucional, para avanzar fluidamente en el análisis y en propuestas de acción para dar respuestas a las problemáticas de la provincia.
Es que, si bien hay un trabajo de años que involucra a distintas instituciones, no siempre hay una conexión plena al momento de actuar en función de un mismo objetivo; y creo que es imprescindible lograr esa sintonía. Necesitamos coordinar una agenda de trabajo interinstitucional de largo plazo porque enfrentamos problemas que son muy complejos y cambiantes, y que probablemente vayan a ser de más difícil abordaje en el futuro.
CEGIAA CENTRO PARA LA GESTIÓN INTEGRAL DEL AGUA EN EL ÁRIDO CENTRO REGIONAL INTA MENDOZA-SAN JUAN COMISIÓN NACIONAL DE ACTIVIDADES ESPACIALES CRISIS HÍDRICA EN SAN JUAN CULTIVO DE PISTACHO EN SAN JUAN ESTACIÓN EXPERIMENTAL INTA SAN JUAN INSTITUTO NACIONAL DEL AGUA LICENCIADA MÓNICA RUIZ MATRIZ PRODUCTIVA AGROINDUSTRIAL DE SAN JUAN PLAN DE GESTIÓN INTA SAN JUAN PRODUCCIÓN DE QUINOA EN SAN JUAN PRODUCCIÓN DE SEMILLA DE QUINOA EN SAN JUAN