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SANIDAD

Temor al virus rugoso del tomate activa la creación de un comité científico

22 de junio de 2023

Preparan estrategias de “prevención”. Reporte de prensa del SENASA no deja claro si el virus está o no en Argentina. El INTA lo habría detectado en Corrientes.

NO HAY REMEDIO. Se asegura que no existe tratamiento para este virus, y que sólo pueden aplicarse medidas preventivas a fin de minimizar el riesgo de contagio y dispersión. FOTO Ilustrativa / GENTILEZA SENASA.


El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) y los institutos nacionales de Tecnología Agropecuaria (INTA) y de Semillas (INASE) conformaron un equipo de trabajo interinstitucional para investigar sobre el virus rugoso del tomate, y elaborar un «plan de acción en prevención».

Un reporte de prensa del ente fitozoosanitario nacional, difundido este miércoles, señala que esta virosis, que daña cultivos de tomate y pimiento en distintos países, fue identificada por primera vez en 2014 en Israel; en 2018 en México y al año siguiente en Estados Unidos, aunque otras fuentes detallan su presencia en varios países más, a lo largo de estos años.

El SENASA recuerda que en 2019 Argentina incorporó al virus rugoso del tomate en el Listado de Plagas Reglamentadas, y comenzó a efectuar controles en la importación de semillas de tomate y pimiento al país.

La plaga fue categorizada como cuarentenaria por el Comité de Sanidad Vegetal del Cono Sur (Cosave), organismo integrado por Argentina, entre otros países de la Región.

El texto subido al sitio web del organismo, no deja en claro si este virus está o no en Argentina. Pero, de acuerdo a la información a la que pudo acceder la Redacción de Campo Andino, en enero pasado se habría confirmado la presencia virus en una zona productiva del Litoral.

CÓMO IDENTIFICARLO

El informe del SENASA explica que este virus es de «alta transmisibilidad en plantaciones de tomate y pimiento y puede persistir en algunas malezas». Agrega que «se transmite por semilla y plantines y, mecánicamente, a través del contacto en labores del cultivo (poda, desbrote, trasplante, cosecha etc.)».

Los síntomas pueden expresarse en hojas y frutos. «En hojas -indica- se produce una deformación en el desarrollo, por lo que toman un aspecto arrugado». Junto con ello, «aparece un moteado en tonos más claros u oscuros».

En frutos, en tanto, se observan «manchas marrones o amarillas con rugosidad», y también «pueden presentar deformaciones y madurar de manera irregular».

Argentina ha implementado «un monitoreo activo en zonas priorizadas donde se concentra la mayor superficie de plantación de cultivo de tomate y pimiento» destaca el reporte, aunque no aclara cuáles son esas zonas.

Consiste en «tomas de muestras que permitirán, mediante confirmación oficial del Laboratorio del SENASA, determinar la presencia o no del virus».

El informe destaca que «el trabajo conjunto entre las distintas instituciones públicas sanitarias y de investigación resulta indispensable para abordar las acciones preventivas en toda la cadena (semilla, venta de plantines y trabajo en el campo)». Lo mismo que «el diálogo permanente con autoridades provinciales y asociaciones de productores, semilleros y viveros».

LAS «HERRAMIENTAS»

Además del mencionado monitoreo activo, el parte oficial da cuenta de otras «estrategias y acciones» en las que están avanzando.

Por ejemplo, el refuerzo de la capacidad diagnóstica del Laboratorio Nacional del SENASA. «Es el único en el país -homologado por los organismos fitosanitarios internacionales- que puede declarar la presencia de la enfermedad», asegura.

Adicionalmente, el Laboratorio de Marcadores Moleculares y Fitopatología del Laboratorio Central de Análisis de Semillas (LCAS) del INASE puso en marcha acciones para poder realizar ensayos en material de propagación.

El INTA, en tanto, «fortalece sus capacidades en sus laboratorios y colabora con el diagnóstico y la caracterización molecular del virus», según el reporte del organismo fitozoosanitario.

Por otra parte, hace foco en el «desarrollo de capacitaciones y reuniones informativas con las asociaciones de productores, semilleros, plantineras y viveros para difundir la importancia y el posible impacto en la producción de esta enfermedad, y establecer acciones de prevención y detección temprana».

DÓNDE NO; Y DÓNDE… TAL VEZ

Campo Andino contactó al Ing. Agr. Patrick Smith, responsable de Investigación en Tomate para Industria de la Estación Experimental Agropecuaria La Consulta del INTA, para conocer en qué punto de la agenda regional del sector se encuentra el virus rugoso del tomate.

El profesional, que -además- es coordinador de Investigación Aplicada en la Asociación Tomate 2000, aseguró que «estamos muy pendientes del problema; pero no tengo referencia de alguna finca donde hayan aparecido plantas con síntomas compatibles» con la eventual presencia de este virus.

Remarcó que, al menos en tomate para industria, no tiene referencia de algún episodio que llame la atención, tanto en la provincia de Mendoza, como en las deSan Juan, La Rioja y Río Negro, que es donde (en mayor o menor medida) tiene presencia la Asociación.

Smith apuntó que, como parte de la metodología de trabajo de la Asociación «tenemos reuniones mensuales con extensionistas, productores e industriales, y cada vez que aparece algo llamativo, los productores nos consultan, pero nadie ha comentado nada» sobre este tema.

Dijo no saber si habrá registro de detecciones «en Salta, La Plata o Corrientes, donde hay producción de tomate bajo invernadero». Pero, precisamente, en el litoral hubo algún ruido hace unos meses.

En un reporte sobre «Virus rugoso del tomate y del pimiento (Tomato brown rugose fruit virus, ToBRFV)» la cátedra de Fitopatología de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de Buenos Aires (FAUBA) menciona los antecedentes de la detección del virus en el mundo.

La nómina la encabeza el identificado en Israel, en 2014; y después de varios más, en numerosos países, cierra con un episodio en Argentina, citando como fuente a: «(Obregón, INTA, Enero 2023)». Sobre este caso señala:

«Durante 2022 se observaron plantas de tomate en la zona productiva del departamento Lavalle, con síntomas similares a los provocados por los virus Tobamovirus (clorosis, moteados y deformación de hojas). Según revisión bibliográfica estos síntomas eran similares a ToBRFV».

A renglón seguido, el informe apunta: «En enero del 2023 se confirmó la presencia de ToBRFV en tomate a través de PCR».

Inferimos que el departamento Lavalle donde fue confirmada la presencia del virus, es en la provincia de Corrientes, algunos kilómetros al Norte de Goya, si tenemos en cuenta que «Obregón, INTA», citado por el reporte de la FAUBA, podría ser la ingeniera agrónoma Verónica Obregón, responsable del Laboratorio de Fitopatología Hortícola del INTA Bella Vista, también en Corrientes, varios kilómetros más al Norte de Lavalle.

SÓLO ES POSIBLE PREVENIR

Por lo pronto, en el reporte conocido en las últimas horas, el SENASA advirtió que «al no existir un tratamiento para esta plaga sólo pueden aplicarse medidas preventivas a fin de minimizar el riesgo de contagio y su dispersión».

Por eso, los tres organismos del Estado que han asignado investigadores para conformar este equipo de trabajo, establecieron una serie de recomendaciones para quienes producen tomates y/o pimientos a fin de prevenir la enfermedad:

* Comprar la semilla en comercios registrados en el INASE y verificar que el envase cuente con el rótulo amarillo de identificación de la semilla y Registro INASE.

* Asegurarse de que los plantines hayan sido producidos en condiciones seguras (libres de plagas y patógenos), en viveros registrados por el INASE e inscriptos en el SENASA.

* Limitar el ingreso a la zona del cultivo a las personas estrictamente necesarias para su manejo (por ejemplo, evitar el ingreso de personas ajenas al trabajo y asesoramiento del cultivo).

* Utilizar ropa de protección que pueda ser desinfectada una vez finalizada la jornada. Esa ropa debe ser usada en un único sitio de producción.

* Desinfectar las herramientas antes de pasar a otra fila dentro del mismo lote.

* Contar con un sitio en el cual se pueda lavar y desinfectar herramientas, manos y calzado. Para la desinfección puede utilizarse lavandina comercial al 10% preparada en el mismo día, con agua limpia.

* Limpiar y desinfectar el invernadero al final de una temporada de producción.

* Al detectar una planta enferma evitar el contacto con ella; desinfectar todo material con el que se la maneja; y aislar el sector.

AVISO DE SOSPECHAS

Ante sospechas de presencia de la enfermedad, es fundamental no tocar la planta, aislar el sector y avisar a la oficina del SENASA, INASE o INTA más cercana al lugar de producción.

Correo electrónico: responde@senasa.gob.ar / Whatsapp: +541135859810 / Centros regionales y oficinas del SENASA; sitio oficial del INTA y del INASE.

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