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FRUTAS FRESCAS

PROTAGONISTAS

De aquí salen las cerezas primicia de Argentina, y a veces, las primeras de Sudamérica y del Hemisferio Sur

3 de octubre de 2024

Fernando Güizzo, gerente comercial de la empresa familiar, fue anfitrión en nuestra visita a «Finca Boedo» de Güizzo Frutas Frescas, en Luján de Cuyo, Mendoza. Un modelo tecnológico aplicado a lograr elevados estándares de productividad, y fruta de alta calidad y maduración temprana, para llegar a los mercados cuando todavía están «limpios» de competencia.

FERNANDO GÜIZZO. El empresario mendocino enfatiza que el cultivo del cerezo en Mendoza puede ser sustentable en el tiempo, «sí y sólo sí se le incorporan amenities tecnológicos que permitan asegurar la producción». FOTO / Revista Campo Andino & Agroindustria.


La finca está situada en Luján de Cuyo, en el borde sudeste del Gran Mendoza. Lleva el mismo nombre que la calle sobre la que se extiende su costado Norte: «Boedo«. Es el centro neurálgico de la empresa familiar Güizzo Frutas Frescas S.A., una de las (no muchas) productoras y exportadoras de cerezas de Argentina.

Son casi 35 hectáreas destinadas al cultivo, incluido un cuartel del que sale la primera cereza de Argentina, la más temprana. La misma que disputa -dependiendo del año- el primer lugar como primicia de Sudamérica. La que, además, se cuenta entre las más tempranas del Hemisferio Sur.

Finca Boedo (que complementa su producción con otra propiedad -de poco más de 15 ha- situada en Tupungato, en el Valle de Uco), es el centro neurálgico de la firma. No por el hecho que allí se concentre la mayor superficie productiva. Tampoco por ser (que lo es) el lugar donde se erige el empaque de donde sale la fruta cada temporada.

Lo es, sobre todo, por ser el sitio donde (como ocurre desde hace décadas) se gesta la estrategia de negocios de la empresa que, en la fase de producción primaria, pasa por sostener muy altos estándares calidad y de productividad orientados a lograr fruta de maduración temprana y, en el plano comercial, poder llegar a los mercados con esas cerezas, algunos días antes que los competidores.

ESCENARIO. A pocos metros del ingreso a «Finca Boedo», el terraplén que rodea a la represa ofrece un primer panorama que invita a adentrarse en las hileras de cerezos. FOTO / Revista Campo Andino & Agroindustria.

«LABORATORIO» A CIELO ABIERTO

Esa estrategia se sustenta en la aplicación de un paquete tecnológico que demanda inversión en infraestructura productiva, ensayos de nuevas variedades y sistemas de conducción, y un meticuloso manejo del cultivo.    

«Acá tenemos…algo así como un laboratorio donde probamos variedades y portainjertos, y ensayamos distintos sistemas de conducción», nos decía Fernando Güizzo, gerente comercial de la empresa familiar.

Volvimos a Finca Boedo hace alrededor de diez días -y después de algunos años- para encontrarnos con una isla verde en un mar de desarrollos inmobiliarios residenciales, un negocio que, con el tiempo, ha ido ganándole espacio a viñedos, olivares y montes frutales que otrora tapizaban la zona.

LOS FRUTOS venían abriéndose paso, iniciada la semana 39. Pero en los cuarteles donde están las variedades más precoces el desarrollo era mucho más ostensible, y ya no quedaban pétalos visibles. FOTO / Revista Campo Andino & Agroindustria.

LA SEMANA 42… O ANTES

Llegamos cuando iniciaba la semana 39 (del año), y faltaban quizás poco más de tres para que empezaran a salir las primicias del cuartel que ocupa parte de la mitad Este de la propiedad. Esa fruta (que suma un volumen relativamente menor, pero que es muy valorada en el mercado) debería estar saliendo en la semana 42 o quizás un poco antes, entre el 20 y el 25 de octubre.

«Si bien la fecha precisa puede variar, dependiendo de cómo venga el año, lo relevante es que la Zona Norte de Mendoza permite salir con cerezas tempranas cuando el mercado está limpio… en todos lados», comentaba el empresario.

Lo interesante es que, el que llega con fruta a un mercado limpio, logra mejor precio, y mientras más tiempo esté solo en esa plaza, mejor resultado dejará en negocio. «Porque después, cuando empieza a aparecer más volumen, el precio comienza a decaer», indicaba.

– ¿Cuál es el destino comercial de estas cerezas tempranas? preguntamos.

– Las primeras van a un mercado interno que está vacío. Hay un segmento de la población que está dispuesto a pagar valores tan interesantes como los que puede pagar el mercado internacional.

– ¿En qué fecha, aproximadamente?

– Arrancamos, generalmente, en la semana 42. Después, hacia la semana 44 ó 45, salen las primeras remesas al exterior, pero sin dejar de enviar al mercado doméstico. Estamos totalmente convencidos de que Mendoza tiene una gran oportunidad para producir cerezas tempranas… y comercializarlas.

ÉSTAS serán las primeras en salir al mercado. Son de la variedad Royal Lee, obtenida por el norteamericano Chris «Floyd» Zaiger, considerado el mejorador de frutas de carozo más prolífico de la era moderna. FOTO / Revista Campo Andino & Agroindustria.

LA GENÉTICA Y EL MANEJO

El recorrido fue extenso… y a buen ritmo, porque el sol empezaba a ocultarse en una tarde por momentos opacada por algunas nubes, en el Norte de Mendoza. Güizzo nos llevó por sectores de la propiedad donde podía verse, por ejemplo, un cuadro clásico donde prevalecían cerezos de la variedad Brooks con Lapins y con Santina.

Calle por medio, otros tres cuadros con dos variedades ultra tempranas, como son Nimba y Red Pacific (como polinizadora), implantadas en una relación de 4 x 1, en alta densidad (1.250 plantas/ha), y conducidas en dos sistemas distintos: en eje central y KGB.

Uno de los atributos de estas variedades (que fueron implantadas no sólo en «Finca Boedo», sino también en la propiedad que tiene la firma en el Valle de Uco), es «su bajo requerimiento de horas de frío» en consonancia con las condiciones del clima en del Norte de Mendoza, explicó el ejecutivo.

En segundo lugar, la precocidad. Son variedades que les permitirán «iniciar la cosecha -estimativamente- hacia fines de octubre». Además, «desarrollan buen calibre, arriba de los 28 mm ó 30 mm, buen color (rojo intenso) y buena firmeza, lo que determina la crocancia del fruto, que es una condición muy valorada en la cereza».

CONVIVEN en «Finca Boedo», distintos cultivares y diversos sistemas de conducción. En este caso, cerezos de las variedades Royal Down y Santina, conducidos en eje central. FOTO / Revista Campo Andino & Agroindustria.

SISTEMAS DE CONDUCCIÓN

Fernando Güizzo nos mostró «nuevos sistemas de conducción que estamos probando». Una parte en eje central; más allá en multieje… e inclusive el (australiano) KGB., de los cuales vienen evaluando ventajas y desventajas.

«El eje central -explicó- permite una entrada en producción más temprana; pero no se puede prescindir del uso de escaleras para cosechar… aunque tampoco es tan alto».

«Con el KGB -que fue desarrollado por un productor, en Australia- se demora un poco más la entrada en producción, pero es un sistema de conducción más peatonal, lo cual facilita la cosecha y la hace más eficiente» .

Pero prefiere «el eje central, porque el KGB -por ejemplo- si bien es muy bueno cuando ya quedó armado, es muy complicado darle forma a la base de ese vaso… a ese abanico, que puede llegar a ser de 10 ó 12 ramas».

Además, «hay que renovarlas, para que sigan teniendo flexibilidad (condición para poder cosechar de pie, junto a la planta) y es probable que eso incremente los costos en mano de obra».

Reflexiona que, al margen de los sistemas de conducción a los cuales finalmente vayan a darles continuidad, «la única forma de conocer sus pros y sus contras -como ocurre con todo lo que ensayamos en Finca Boedo- era probarlo».

CONDUCCIÓN. A las muy tempranas Nimba y Red Pacific, conducidas en eje central (arriba) les queda algo más que un par de años todavía, para estar en los mercados. Abajo, Fernando Güizzo simula la postura de un operario al momento de la cosecha, y muestra cómo se arquea la rama de un cerezo conducido en KGB, lo que permite recolectar los frutos sin necesidad de usar escalera. FOTOS / Revista Campo Andino & Agroindustria.

HERRAMIENTAS TECNOLÓGICAS

El empresario remarca que «el cultivo del cerezo en Mendoza puede ser sustentable en el tiempo, sí y sólo sí se le incorporan amenities tecnológicos que permitan asegurar la producción» .

Por un lado, «el riego tecnificado, teniendo en cuenta que el agua es un recurso escaso». El agua superficial, que distribuye el sistema de Irrigación de Mendoza a través del turno de riego, es almacenada en una represa desde la cual es aplicada al cultivo a través de un sistema presurizado.

Por otra parte, cada cuartel tiene un tendido paralelo (al del riego por goteo) utilizado para aspersión subarbórea de microgotas de agua, que sirve a dos propósitos. Uno, la defensa activa del cultivo frente a las heladas tardías.

En este caso, el agua asperjada llega al ambiente a una temperatura mayor que la del ambiente, que ha sido enfriado por efecto de un fenómeno meteorológico que puede provocar daños que varían según su intensidad y duración y, sobre todo, dependiendo del estado fenológico del cultivo (en floración, yema hinchada o frutos pequeños).   

Además, el agua que sale de los microaspersores subarbóreos es un recurso localmente aplicado para -por efecto inverso al del caso anterior- atenuar el impacto del viento Zonda, extremadamente seco y caliente, que puede deshidratar y quemar la flor.

Dada esta contingencia, el agua pulverizada bajo el follaje aporta humedad al ambiente y ayuda a bajar la temperatura… que ha subido peligrosamente debido a la presencia del viento.

EL AGUA «de turno», distribuida por el sistema de Irrigación de Mendoza (derecha), es conducida hasta la represa (abajo). Allí queda almacenada para ser aplicada en función de la demanda del cultivo, en el volumen, en el momento y con la frecuencia que lo requiera. FOTOS / Revista Campo Andino & Agroindustria.



SUBARBÓREO. Junto al tendido del riego por goteo, van los caños (de mayor diámetro, con las válvulas de colores) que llevan el agua para la microaspersión subarbórea, utilizada para defensa activa contra heladas y para atenuar los efectos del viento Zonda. FOTO / Revista Campo Andino & Agroindustria.

LAS MALLAS DE PROTECCIÓN

Sin dejar el fenómeno del Zonda, pero entrando en el terreno de las telas de protección, podía observarse una malla plástica -dispuesta de manera perpendicular al suelo– de una altura algo superior a la de los cerezos, que se alzaba en el costado de los cuarteles que dan hacia el cuadrante de donde llegan los vientos.

«Es para proteger al cultivo de la acción física del Zonda, que es muy abrasivo porque trae arenilla o tierra, que lija la fruta, lo que daña seriamente su calidad comercial» explicó Güizzo.

La más difundida -porque es aplicada a otros cultivos también- es la malla antigranizo. Los oasis productivos de la provincia de Mendoza están entre los territorios productivos más expuestos -en el mundo- a la acción de este fenómeno. Por eso, también esta es una inversión ineludible.

Finalmente, las coberturas contra la lluvia. Esto sí, implica poco menos que techar el cultivo. Son tramas tan cerradas que permiten evitar que las precipitaciones terminen malogrando la fruta a punto de ser cosechada.

Es que la estacionalidad de las lluvias coincide con la época en que los cerezos empiezan a entregar sus frutos en Mendoza. Esas láminas permanecen recogidas hasta poco antes de empezar la cosecha.

Llegado ese momento, se despliegan (cuando el pronóstico del tiempo lo amerita) para evitar que eventuales precipitaciones provoquen la sobrehidratación de los frutos y la consecuencia inevitable: terminarían rajándose.

En diálogo con Campo Andino, el gerente comercial de la empresa frutícola fue enfático al asegurar que «no tendría sentido invertir en un cultivo como el de la cereza, si no se aplica un pack tecnológico que tenga en consideración todas estas variables».

CORTAVIENTOS. Estamos de espaldas al Oeste… o mejor, al Oeste-Noroeste. De donde viene el Zonda. De paso que mostramos, en primer plano, la «génesis» del sistema de conducción KGB, con las ramas que empiezan a formar el vaso, al fondo de la imagen se puede apreciar la malla dispuesta de manera perpendicular al suelo, para frenar viento y proteger al cuartel que está detrás. FOTO / Revista Campo Andino & Agroindustria.



EL «TECHO». Arriba, la malla antigranizo, que había quedado abierta en algunos sectores para facilitar el paso de las abejas, que hasta hacía pocos días habían estado polinizando. Bajo esa malla, como ve en detalle en esta otra imagen, está (enrollada, pero lista) la tela de protección contra posibles lluvias al momento de la cosecha. FOTOS / Revista Campo Andino & Agroindustria.

LA ESTRATEGIA COMERCIAL

Fernando Güizzo prevé que las variedades que han implantado, «con el tiempo, van a ser el reemplazo comercial de Brooks«, porque «permiten salir con cerezas de mayor calibre y mejor color, en la última semana de octubre» .

Pero la producción de volumen comercial de esos cuarteles, comenzará dentro de aproximadamente cuatro años. Llegado ese momento, la fruta de la finca de Luján de Cuyo es la que debería estar en condiciones de salir en la última semana de octubre.

«Con la de Tupungato (donde la cereza arranca normalmente entre el 15 y el 18 de noviembre), queremos llegar al mercado a partir del 6 o el 7 de noviembre (una semana a 10 días antes)».

Reveló que «el objetivo es que la primera cereza en ingresar a China (vía aérea) salga del Valle de Uco, porque es la zona reconocida como Libre de mosca del Mediterráneo» (el Oasis Norte mendocino es considerado Área de Escasa Prevalencia, un status fitosanitario inferior respecto de esa plaga agrícola).  

Esto «nos permitiría establecernos como el proveedor más temprano, con la primera cereza de Argentina que vuele a China«.

Por lo pronto, «el objetivo es llegar antes, a todos los mercados». Es que «los primeros envíos de cerezas al mercado interno alcanzan los mismos valores que la exportación«.

Se justifica la idea de salir anticipadamente con el mayor volumen posible, independientemente del destino, si se tiene en cuenta que Güizzo Frutas Frescas exporta el 60% de lo que produce y coloca el 40% restante en el mercado doméstico, por loque ambos tienen una importancia relativa muy pareja.

AÑO CERO. Este cuartel está arrancando. Es lo más nuevo. Son cerezos de esas variedades tempranas, cultivadas en muy alta densidad, que habrá que esperar un tiempo todavía. De aquí (y de los otros cuadros que ya llevan un par de años instalados) saldrán las cerezas que irán reemplazando a las variedades más tradicionales. FOTO / Revista Campo Andino & Agroindustria.

INSTITUCIONALIDAD DEL SECTOR

Otro capítulo de nuestro diálogo con Fernando Güizzo se centró en la estructura de representación del sector, dada por la Comisión Cerezas de Mendoza (que preside Diego Aguilar, de la firma Río Alara), y la Cámara Argentina de Productores de Cerezas Integrados.

Valoró la trayectoria de aproximadamente veinte años de la entidad que nuclea a productores, empacadores y exportadores mendocinos, como espacio de interacción entre los protagonistas de la actividad, y la «muy buena sinergia con las instituciones públicas» .

En este sentido, reveló que «nos acaban de aprobar un aporte no reembolsable para destinar a estudios de fonología del cultivo y capacitación en prácticas de manejo y registros de campo» que estará dirigida a todo el sector y tendrá a su cargo de un profesional de Chile.

El empresario mendocino destacó, además, «la realización del Seminario de Cerezas Tempranas -lleva varias ediciones- que es un ámbito de intercambio de lo técnico y lo comercial que interesa particularmente a Mendoza, como la zona productiva de la que salen las primearas cerezas de Argentina». 

CÓMO VIENE ESTE AÑO

Cuando visitamos Finca Boedo, Güizzo preveía «una buena cosecha» pese a que «tuvimos dos eventos de viento Zonda en el Norte de Mendoza» . En ese momento, la situación en el Valle de Uco era menos previsible porque «si bien hay una excelente floración, hay que ver si el Zonda no afectará la fructificación».

Hoy, a diez días de la visita, tendrán una idea más acabada de cómo viene la temporada desde lo productivo. Hubo muy buena floración, también en el Norte de Mendoza, pero -como producción agrícola que es- la certeza podremos tenerla cuando la fruta esté adentro del galpón.

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