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AGRICULTURA

MANEJO

Iniciar riegos frecuentes en cultivos de ajo, desde ahora y hasta días previos a la cosecha

19 de agosto de 2024

La recomendación llega desde el INTA La Consulta, Mendoza. Recuerdan que el riego es el factor de manejo más importante, en este tramo final del ciclo productivo.

PERO HAY MÁS. Los especialistas de la Unidad que opera en el Valle de Uco recuerdan que hay un tiempo para terminar de aplicar nitrógeno y advierten que hay dos productos que no tiene sentido usar; junto con otras sugerencias sobre manejo de malezas, plagas y enfermedades. FOTO / Revista Campo Andino & Agroindustria.  


A dos meses de iniciar la cosecha en Mendoza (pocos días menos en San Juan), los cultivos de ajo entran en la recta final y, con ello, empieza a focalizarse la atención en labores que pueden marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso de la campaña.

Factores estratégicos de manejo como el riego, la fertilización, el control de malezas y de plagas y enfermedades, cobran particular relevancia en este momento en que no hay que dejar de hacer ciertas cosas… y es mejor no hacer otras.

Estos temas fueron expuestos hace unos días en Lavalle, en el norte mendocino, durante una jornada técnica a campo convocada por la Agencia de Extensión Rural del INTA, que depende de la Estación Experimental Agropecuaria (EEA) Mendoza del organismo nacional.

En ese encuentro, especialistas en ajo de la EEA La Consulta (que, al igual que su homóloga mendocina opera bajo la órbita del Centro Regional Mendoza-San Juan del INTA) compartieron experiencias y resultados de ensayos realizados en la Experimental del Valle de Uco, que es referente nacional e internacional en este cultivo.

EL RIEGO ES DETERMINANTE

Tras la reunión en Lavalle, el ingeniero agrónomo Aldo López, (uno de los expositores en esa jornada) respondió a la consulta sobre lo que es necesario tener presente en esta etapa de la evolución fenológica del cultivo.

En diálogo con Campo Andino, López fue terminante al afirmar que «el riego es el factor manejo más importante, sobre todo en este momento del ciclo productivo del ajo».

«Así como, previo al inicio de la campaña, hubo que poner especial atención en la calidad genética y sanitaria de la semilla, la fecha y densidad de siembra, etc., el riego es el más importante, en todo el ciclo… pero especialmente a esta altura de la temporada» insistió.

Es que, «como cultivo típicamente invernal, no soporta temperaturas primaverales muy altas» . Esto implica que, «apenas empiecen los calores, va a aumentar considerablemente la necesidad de agua de la planta».

En efecto, dado el incremento de las marcas térmicas, los valores de evapotranspiración difícilmente bajen de 9 mm por día; y «si las temperaturas máximas son muy elevadas pueden superarlos».

En ese sentido, señaló que «dependiendo de la zona y de las condiciones ambientales, sobre todo cuando el cultivo está expuesto al viento Zonda, ese valor de evapotranspiración se puede disparar hasta los 12 mm en un solo día» advirtió el ingeniero López.

ALDO LÓPEZ. El referente en Ajo del INTA La Consulta (Mendoza) insiste en que, a partir de ahora, hay que tener el suelo -permanentemente- con un nivel de agua muy cercano al máximo de su capacidad de retención. FOTO / Revista Campo Andino & Agroindustria.

REPONER LO PERDIDO

Considerando, entonces, la creciente demanda de agua a partir de ahora (apenas pasen estos días más fríos) hay que asegurarse de mantener una dotación adecuada para evitar que la planta llegue a estresarse.

«En primer lugar -dice López- hay que tener el suelo siempre con un nivel de agua muy cercano al máximo de su capacidad de retención». Partiendo de esa premisa, será necesario asegurarse de reponer el volumen perdido durante los días que transcurran entre un riego y otro.

Esto requiere que, apenas asomen los primeros calores, «empecemos con riegos frecuentes, aplicados cada 3 días o, como máximo, cada 5 días, y seguir con esta frecuencia hasta el inicio de senescencia, pocos días antes de la cosecha».

En este punto, hay que recordar que en San Juan deberían comenzar a cosechar (estimativamente) alrededor del 15 de octubre, y en Mendoza, entre 5 días y una semana después.

UNA COSA, O LA OTRA

Aquí, un paréntesis, para dejar en claro lo siguiente: Hay muchos productores de ajo que también plantan tomate. El problema es que, en la mayoría de los casos, el agua no alcanza para regar bien los dos cultivos.

En esto de repartir la escasez (regando un poco uno, y otro poco el otro), y si el agua no ha sido entregada en el volumen y con la frecuencia que requiere el cultivo (muy especialmente en este momento, de llenado de bulbo), es altamente probable que la producción de ajo del año vaya a fracasar con todo éxito.

MENOS DE UN MES. Desde el INTA advierten que hay tiempo para terminar de aplicar nitrógeno, hasta que empiecen a formarse los dientes, lo que debería empezar a ocurrir alrededor del 20 ó 21 de septiembre. FOTO / GENTILEZA Aldo López.

SOBRE LA FERTILIZACIÓN

Según el referente en Ajo de la Estación Experimental Agropecuaria La Consulta del INTA, sobre la fertilización caben, básicamente, tres recomendaciones.

Una, es que hay que terminar de aplicar nitrógeno. Hay tiempo «hasta que empiecen a formarse los dientes. Esto debería empezar a ocurrir alrededor del 20 ó 21 de septiembre» aclaró.

Ésta es una fecha estimativa, con variaciones que dependerán de la zona y la variedad cultivada. De hecho, «hacia mediados de septiembre suelen empezar a verse algunos dientes en formación» aclaró el ingeniero López.

En resumidas cuentas, queda poco menos de un mes de tiempo para terminar de aplicar nitrógeno.

Otra recomendación sobre fertilización, es tratar de evitar la aplicación de fertilizantes foliares, para no incurrir en gastos improductivos. Según los ensayos realizados en el INTA, «en general, no han dado el resultado esperado en el caso del ajo» aseguró,

«Es que la hoja de la planta de ajo -explicó- tiene una cutícula muy gruesa y una cubierta cerosa muy espesa» . De manera que «la penetración del producto se ve muy dificultada al tener que atravesar, primero, esa cubierta, y luego, la cutícula para ingresar a la planta de manera efectiva».

La tercera recomendación sobre fertilización tiene que ver con el potasio. Los ensayos realizados por el INTA con aplicación de este elemento, han demostrado que «nunca hubo incremento de rendimientos, y tampoco han mejorado el color… y tampoco han mejorado la capacidad de conservación» afirmó Aldo López.

La aclaración es oportuna, porque las aplicaciones de potasio en este momento del ciclo productivo suele ser una práctica bastante generalizada. Entonces, aunque cada quien sabe qué hacer con su plata, si todos son «no» y «tampoco» es de imaginarse cuál es la sugerencia. Porque, dicho sea de paso, el producto no es nada barato.

LA ROYA (junto con la mancha púrpura) está entre las enfermedades que regularmente aparecen a partir de ahora. Apenas se observen los primeros síntomas, hay que aplicar de inmediato fungicidas específicos, tanto preventivos como curativos. FOTO / GENTILEZA Aldo López.

CONTROL DE MALEZAS

Por otra parte, en esta época empiezan a germinar las malezas de primavera-verano, por lo cual «es recomendable la aplicación de herbicidas de pre-emergencia de malezas, con efecto residual» subrayó el entrevistado.

De todos modos, hay que estar atentos porque, muy probablemente, igual van a salir algunas malezas de hoja ancha y otras de hoja fina (como las gramíneas), que son suficientemente conocidas.

«La recomendación general que cabe, dado ese caso (que se va a dar, porque los herbicidas de pre-emergencia no son 100% efectivos), es no dejar pasar los días y controlarlas en sus primeros estadíos. Obviamente, este control, tiene que hacerse con productos de post-emergencia» puntualizó.

EL SUELO es reservorio de plagas y enfermedades que provocan daños en el bulbo o en el cuello de la planta. FOTO / GENTILEZA Aldo López.

EL HONGO que provoca la podredumbre blanca está entre las más frecuentes. Aunque estas afecciones tienen (relativamente) mayor impacto económico en cultivos de ajo para semilla. FOTO / GFENTILEZA Aldo López.

PLAGAS Y ENFERMEDADES

De igual manera, hay que estar atentos a la aparición de mancha púrpura (Stemphylium vesicarium) y de roya, que son enfermedades de hoja muy comunes en el cultivo, a partir de ahora.

«Apenas aparecen los primeros síntomas hay que trabajar de inmediato con fungicidas específicos, tanto preventivos como curativos» advirtió López.

Ser rápido de reflejos es imprescindible en estos casos, porque esas enfermedades tienden a avanzar con mucha celeridad dadas ciertas condiciones climáticas, sobre todo elevado nivel de humedad en el ambiente.

También hay que vigilar el eventual desarrollo de enfermedades o plagas de suelo, que afectan al bulbo o al cuello de la planta, como podredumbre blanca y nematodos.

Esta vigilancia adquiere mayor relevancia en cultivos destinados a semilla, porque -si hubiera afectación- esos lotes quedarían inhabilitados.

De manera que, hay que verificar la presencia de manchas (que pudieran haber sido provocadas por nematodos o podredumbre). Si hay manchas, lo mejor es tomar muestras para analizarlas.

Más tarde, hacia fines de septiembre, principios de octubre, hay que estar pendientes de la posible aparición del Eriófido de los bulbos. Es una arañuela que está oculta en el bulbo durante todo el ciclo, y en octubre sube a la hoja.

Entonces, «hay que recorrer el cultivo, y si se observan ejemplares subiendo del bulbo a la hoja, ése es el momento para controlarlo» remarcó.

En otro orden, el Ing. Agr. Aldo López adelantó, de paso, que durante septiembre (en fecha a definir) realizarán una tercera jornada técnica en Lavalle, en este caso para acercar a los productores de toda la región una serie de recomendaciones vinculadas con la poscosecha de ajo.

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