FRUTAS FRESCAS
COYUNTURA
Los buenos precios en la plaza local se plancharon antes que otros años. Primicias de Mendoza terminarán de salir en menos de una semana. Coincidirá con la entrada al mercado del mayor volumen. La cosecha comienza este lunes en el Valle de Uco. Estrategias para sostener una actividad que concita el interés de nuevos inversores.
SORPRESA. La primicia salió este año de un cuartel implantado hace dos años (en Luján de Cuyo) con cerezos de la variedad Nimba. Fueron pocos kilos, pero esto alimenta la expectativa de arrancar en firme -en un par de temporadas, y probablemente hacia mediados de octubre- con fruta de mayor calidad comercial que la de la variedad que venía abriendo la temporada. FOTO / GENTILEZA Güizzo Frutas Frescas.
Con volúmenes que podrían superar a los que dejó la cosecha 2023, y la sorpresa de nuevas variedades (con mejores atributos de calidad) saliendo unos días antes de lo previsto -y de montes muy jóvenes– se mantienen tonificadas las expectativas del sector de la cereza en fresco de Argentina, en una temporada que está empezando a definir su rumbo comercial.
A menos de una semana de terminar la recolección en el Norte de Mendoza, y –muy probablemente– iniciándola este mismo lunes al menos en algunas explotaciones del Valle de Uco, el movimiento en los empaques se intensifica y, con cada caja que sale de la línea, terminada, se renueva el aliciente para una actividad a la que -dicho sea de paso– hay nuevos jugadores mirando con interés.
El frío de un invierno muy marcado en las zonas productivas adelantó un poco el proceso fisiológico de los cerezos, que mostraron muy buena floración y cuaja. Al punto que muchos productores debieron regular carga mediante raleo.
El ciclo avanzó sin demasiados contratiempos por la -hasta ahora- casi irrelevante incidencia de fenómenos meteorológicos adversos. La cosecha (que llegó puntual en la semana 44… quizás algún día antes que el año anterior) está dejando muy buena fruta (aunque no toda con los calibres deseados), que apenas salida de los empaques comenzó a llegar al mercado interno y también a los de ultramar.
Diego Aguilar, gerente de la firma frutícola Río Alara, confirmó que «en líneas generales, es una buena temporada, algo más temprana comparada con años anteriores (en cuanto al momento de la cosecha)», debido a que «tuvimos un invierno muy frío» .
En diálogo con Campo Andino, Aguilar remarcó que, debido a la anticipada acumulación de unidades de frío -en relación con otras campañas- los cerezos salieron temprano de la dormancia para activar el proceso fisiológico del nuevo ciclo.
Señaló que «en junio ya teníamos acumulado el tiempo de frío invernal necesario» por lo que «hubo una buena floración, muy pareja, rápida», lo cual derivó en «una cuaja muy exitosa» .
«En algunos casos, fue hasta… excesiva» dijo el empresario. Por eso fue que, en propiedades donde los cerezos se expresaron tan intensamente, «los productores se vieron obligados a regular la carga» a través del raleo, para lograr buenos calibres.
Aguilar -quien, en el plano gremial-empresario, es presidente de la Cámara de Cerezas de Mendoza- señaló que, en términos del volumen que terminará pasando por los empaques, «pensamos que vamos a tener entre un 10% y un 20% por arriba de la campaña anterior, que ya fue una buena temporada».
A la buena floración de este año (y la irrelevante incidencia de daños climáticos) se suman dos factores que contribuyeron con una cosecha de más kilos, según interpreta el referente del sector.
Uno, es la creciente producción que entregan los montes nuevos, dotados de más recursos tecnológicos. Otro, la reconversión (orientada al mercado de frescos), de montes que antes estaban muy perfilados al destino industrial de la fruta.
DIEGO AGUILAR. Para el gerente de Río Alara, «la gran incógnita es cómo va a reaccionar el mercado dentro de esta semana o la próxima, cuando venga el aluvión de fruta» del Valle de Uco y de Patagonia. FOTO / ARCHIVO Revista Campo Andino & Agroindustria.
Lo cierto es que la acumulación temprana de unidades de frío determinó, luego, un adelanto de la fecha de cosecha que fue de «más o menos una semana» comentó. Eso, en el caso de la fruta primicia -como es la de Mendoza- «es mucho, porque se obtienen mejores precios» dijo Aguilar.
Inclusive «Patagonia sorprendió saliendo muy temprano, casi igual que Mendoza, con fruta de la zona de Chimpay, en el norte de Río Negro, porque tuvieron un buen invierno y una buena primavera».
Apuntó que en el norte de Mendoza la cosecha arrancó hacia el 20 de octubre. Con buenos valores en el mercado interno durante los primeros diez días (más o menos), y planchados después «por la escasez de plata» en el bolsillo de los consumidores, según el gerente de Río Alara.
Fernando Güizzo, gerente comercial de Güizzo Frutas Frescas, que tiene poco menos del 70% de la superficie productiva, el empaque y el centro operativo en Luján de Cuyo, confirmaba que, para la empresa familiar, «la temporada arrancó bien con las primeras entregas de Nimba, una variedad nueva que plantamos hace dos años».
Admitió que «fue una sorpresa» porque, en teoría, se suponía que la fruta primicia debía salir del cuartel de Royal Lee. Es que, Nimba, «tecnológicamente se expresó para el 20 de octubre con una calidad extraordinaria; y eso fue una buena noticia como inicio de campaña», subrayó.
Lo llamativo es que no le habían hecho manejos agronómicos para que adelantara su producción. «Son plantas de dos años y queríamos dejar que se expresaran naturalmente» afirmó Güizzo en diálogo con Campo Andino.
«Así y todo -destacó- pudimos cosechar el 20 ó 21 de octubre; y esto nos permite pesar que, para el año próximo, vamos a poder a sumar kilos y más hectáreas… y es muy posible que lleguemos tener producción entre el 15 y el 20 de octubre» .
Si esto fuera así, «sería realmente extraordinario disponer de una variedad con características de calidad superadoras respecto a las variedades con las cuales venimos iniciando cada temporada, por las posibilidades comerciales que se abrirían no solamente para el mercado interno sino también para exportación» .
Es cierto que «fueron muy pocos los kilos, y todavía no podemos considerarla una producción comercial -reconoció- pero nos permitió confirmar que por fecha y por calidad es una variedad promisoria para el norte de la provincia de Mendoza», aseguró el gerente comercial de Güizzo Frutas Frescas.
La proyección productiva y comercial de estas nuevas variedades, es un tema que habíamos abordado en una publicación de inicios de octubre, tras nuestra visita a «Finca Boedo», el centro operativo de la firma frutícola, en Luján de Cuyo.
Por aquí te dejamos el enlace, porque es un contenido en el que reflejamos definiciones estratégicas de Fernando Güizzo, que merecen una relectura.
Retomando el abordaje de esta temporada, el empresario dijo a Campo Andino que la suma de variables como el suficiente número de unidades de frío acumuladas; la evolución del proceso de fisiológico de los cerezos; y la escasa (nula en muchos casos) incidencia de contingencias climáticas, se refleja en la línea de selección y empaque.
«Al menos en nuestra planta tenemos buenos rendimientos de la capacidad operativa instalada», expresada en «kilos por hora» porque ingresó «fruta sana y, dentro de todo, de buen tamaño».
Sobre este último punto, no obstante, reconoció que «en general, no es un año en el que abunde el buen calibre, porque hay mucha carga de fruta en las plantas». Es que… es poco probable que el raleo sea una práctica generalizada, por lo cual, la consecuencia esperable es que los frutos hayan tenido relativamente limitado su desarrollo, respecto del potencial.
Sobre la evolución de los negocios en el tramo inicial del ciclo comercial, Diego Aguilar, lamentó que este año no se pudo aprovechar en plenitud la opción que dan las variedades tempranas para conseguir mejor precio en el mercado interno, excepto en las primeras semanas.
Para el gerente de Río Alara, «la gran incógnita es cómo va a reaccionar el mercado dentro de esta semana o la próxima, cuando venga el aluvión de fruta» del Valle de Uco y la de Patagonia.
Los Güizzo fueron los primeros en llegar a los consumidores de Argentina; y plantearon una estrategia comercial a dos frentes, podríamos decir. Luego de esa avanzada con Nimba, siguieron con las otras variedades.
En el comienzo, «muy focalizados en el mercado doméstico, que arrancó con muy buen nivel de precio, incluso por encima de lo que puede pagar el mercado internacional», señaló el gerente comercial de la firma.
Subrayó, en ese sentido, que «un kilo de cerezas en Buenos Aires, en mercado mayorista, salía más caro que en el mercado de Barcelona; por eso abrimos el juego en el mercado interno».
Pero aclaró que «también tuvimos que dar inicio a las exportaciones, aun cuando en el comienzo de campaña tal vez no convenía tanto». Es que «hay que mantener los clientes del exterior y darles apoyo en circunstancias convenientes o inconvenientes… porque si nos basamos en el oportunismo, nos quedaríamos sin clientes».
«Sabiendo que este año Chile viene con mucho volumen, a nivel de estrategia comercial lo que hicimos fue establecer alianzas con retailers en los mercados externos, es decir, con plataformas de supermercados» reveló Güizzo.
Eso les permitirá asegurar un «flujo estable de volúmenes hacia el exterior, a precios razonables» . Porque, cuando llegue el mayor volumen de la temporada al mercado interno, los precios inicialmente obtenidos van a ser superados por los de las plazas comerciales de ultramar.
A todo esto, Diego Aguilar (de Río Alara), celebró el hecho que los mercados del exterior están «con demanda firme» . Aunque aclaró que no toda la fruta (eventualmente depreciada en el mercado interno) puede ser reorientada hacia un destino internacional, si el cultivo no ha sido adecuadamente manejado y provisto de insumos que permitan «sacarla en barco o en avión», explicó.
Por otra parte, coincidió en que «el mercado internacional está siendo bombardeado por fruta chilena» . El presidente de la Cámara de Cerezas de Mendoza remarcó que «Chile va a tener récord de producción este año».
Aguilar indicó que «el principal comprador de la fruta de Mendoza, sigue siendo Europa continental e Inglaterra». Este último destino, «junto con España y otros como Holanda y Francia, son los principales para la cereza argentina».
Apuntó que «de a poco va tomando más preponderancia China». Explicó que «desde el Valle de Uco se puede salir por vía aérea en forma directa, pero desde el norte de la provincia (como desde nuestra finca, por ejemplo) hay que salir con tratamiento de frío en tránsito» .
Aguilar se refería a la finca que la firma tiene en Agrelo, en la zona alta de Luján de Cuyo (que es área de escasa prevalencia, pero no libre de Mosca de los frutos)
El empresario y dirigente sectorial estima que «Mendoza, este año, puede llegar a superar las 1.000 ó 1.500 toneladas de fruta exportada». Sale en cajas, con capacidad que «ha ido cambiando», indicó.
«Antes era de 5 kilos como única opción, y ahora cada vez se van achicando más, y las cajas de 2,5 kg son las que más está saliendo» lo que en buena medida está determinado por los hábitos de consumo.
FERNANDO GÜIZZO. El gerente comercial de Güizzo Frutas Frescas reveló que, en el inicio de la temporada, apuntaron sus envíos al mercado interno (que empezó pagando mejor), pero sin descuidar a los clientes en el exterior. Es que los retailers de ultramar serán quienes les permitan sobrellevar la temporada, cuando la plaza nacional comience a estar sobreofertada. FOTO / ARCHIVO Revista Campo Andino & Agroindustria.
Sobre las condiciones de competitividad para exportar, Aguilar señaló en relación con el tipo de cambio, que «estamos con algún atraso… y eso es un problema difícil» de resolver. «Antes, con el mercado interno se podía zafar del atraso cambiario, pero ahora hay que exportar, aunque el dólar no esté subiendo al ritmo de la inflación».
De todos modos, aceptó que «son condiciones que están dadas de esa manera» como parte del esquema macroeconómico vigente. «Donde sí podemos trabajar es en el tema arancelario» subrayó el dirigente.
En ese sentido, puntualizó que «tenemos aranceles muy altos para poder ingresar a otros países, y eso nos juega en contra», con lo que dejó implícito el reclamo de acuerdos comerciales que permitan resolver ese punto.
Fernando Güizzo coincide en el sentido que «hay que exportar». Es que «arrancamos con la exportación no por una cuestión de necesidad ni de oportunidad comercial, sino para darle soporte a nuestro cliente» en el exterior.
«Desde el punto de vista del costo de oportunidad era más conveniente vender acá. Pero hay que tener siempre los dos mercados aceitados, porque Argentina tiene estas sorpresas macroeconómicas que hacen que, algunas veces, un producto sea más caro acá que en otro lado», señaló.
Reconoció que «no es sostenible» trabajar de esa manera «a lo largo de toda la temporada», pero explicó que, «como uno arranca primero, hay un punto en que el costo de oportunidad se va emparejando hasta que, mandar una caja al exterior, empieza a tener el mismo retorno que mandarla al mercado interno».
La lógica de esto tiene dos caras, podría decirse. Una, es que «si todos decidimos mandar al mercado interno, uno se termina ahogando en su propio pozo», porque contribuye a que los precios locales se derrumben.
Por otra parte, «no podríamos permitirnos perder un cliente (del exterior) que a uno lo apoya en las buenas y en las malas». Además, «en unos días el mercado interno va a estar poco menos que colapsado, por eso es que en el inicio de temporada hay que fidelizar al cliente del exterior, porque después será nuestro apoyo durante el tramo más difícil» del ciclo comercial.
El negocio de la cereza argentina en fresco tiene abierto un escenario de grandes oportunidades, particularmente en los mercados del exterior. Pero, como sector (e independiente del éxito que puedan exhibir algunas empresas), no ha logrado todavía una presencia cuya contundencia se corresponda con el potencial de la actividad.
Lo positivo es que productores y exportadores han ido consolidando fortalezas y vienen trabajando aceleradamente en corregir debilidades. Esto último, básicamente, a través de la incorporación de un paquete tecnológico que garantiza resultados positivos sostenibles en el tiempo. Claro que cuesta plata. Pero, para ganar, hay que invertir.
Hoy por hoy, el problema es que hay ciertas acechanzas que el sector no puede resolver. Sobre todo, lo relacionado con las condiciones macroeconómicas y las políticas de comercio exterior.
Al margen de si hay o no atraso cambiario, el alivio podría llegar por demorados acuerdos comerciales que ayuden a minimizar (si no eliminar) barreras arancelarias siguen esmerilando la competitividad de la producción argentina en el exterior.
No es desatinado imaginar que el planteo pudiera tener respuesta favorable. Al menos, considerando que, si en realidad algo está cambiando en Argentina, eventualmente podría abrirse una expectativa distinta para el mundo de los negocios… o para los negocios con el mundo.
Es interesante, en este sentido, rescatar expresiones del presidente de la Cámara sectorial de Mendoza, Diego Aguilar. El ejecutivo subrayó que «estamos viendo un cambio de época, también en la producción de cereza».
En este caso, se refería a que «hay mucho interés en de algunos productores en ampliar sus cultivos, y de otros -que vienen de otros ámbitos- en entrar en el mundo de la cereza» . De manera que una mayor apertura comercial, podría operar como una señal adicional para finalmente activar esas inversiones.
Aguilar destacó como «muy positivo» inclusive, que «gente de otros países, como Chile o Estados Unidos, ya estén interesados» en ingresar a este negocio «de la fruta temprana, de la fruta primicia» en Mendoza; y «eso abre un panorama interesante» remarcó.
CÁMARA DE CEREZAS DE MENDOZA CEREZAS FRESCAS DE ARGENTINA CEREZAS FRESCAS DE MENDOZA DIEGO AGUILAR FERNANDO GÜIZZO GÜIZZO FRUTAS FRESCAS RÍO ALARA